Holanda Sub-21 se enfrentaba en la tarde del 22 de marzo a Bélgica en un partido que poco tenía de amistoso por la rivalidad historica de ambos paises. El partido comenzaba mal para los jóvenes holandeses, prácticamente desde el principio del encuentro, en el minuto cuatro, se adelantaban les diablotins gracias a un gol de cabeza de Obbi Mamadou, con colaboración especial del portero local que no estuvo muy acertado. Tras este tempranero gol, el marcador no volvió a moverse en toda la primera parte por lo que los Jong Oranje se marchaban al descanso en desventaja.
El descanso pareció sentarle bien a los locales, que solo cuatro minutos después de la reanudación marcaron el empate. Recibía Groeneveld fuera del área y con una gran maniobra en el control se zafaba de los dos defensas que le marcaban, con caño incluido a uno de ellos, y culminaba la jugada con un gran disparo al segundo palo para empatar el derbi.
Poco les duró la alegría a los neerlandeses ya que en el minuto 56 Bélgica volvía a recuperar la ventaja con la que acabaría el encuentro. Dion Cools recibía solo dentro del área por culpa de un error en un despeje de la defensa y marca a placer.
El baño visitante era notable y la pasividad en la defensa local no ayudaba a igualar las fuerzas. Por culpa de esta pasividad llegaron dos tantos belgas más antes del final del encuentro. El primer vino con una jugada por la derecha que culminaba con un pase dentro del área para que Ngoy solo ante el portero anotara el tercero para los suyos.
La goleada se cerró en el 83, el delantero belga se zafó de la defensa holandesa con una facilidad pasmosa y estrelló el balón en el palo, que se quedaba muerto en el área para que Alexis de Sart anotara a placer ante la pasividad de los locales, poniendo así el 1-4 final.