Tarea complicada la del Rennais en la noche de hoy: tenía que defender la última plaza que da acceso a competición europea en casa del campeón. No obstante, el equipo de Bretaña partía con algunas vetajas: por ejemplo, el equipo parisino no se jugaba nada -es campeón de liga desde hace jornadas- y venía de levantar la Coupe de France días antes. A esto se le suma que Unai Emery decidió alinear un once semititular la noche en que se despedía Thiago Motta. El equipo dirigido por Sabri Lamouchi también contaba con una baja muy sensible en el ataque: el entrenador francés no podía contar con Wahbi Khazri para el partido en el Parc des Princes.

Conscientes de la importancia del partido, los visitantes llevaron la iniciativa del juego durante los primeros minutos. Sin embargo, fue el equipo de la capital el que avisó primero: Ángel Di María envió el balón al travesaño a los diez minutos de partido. A partir de entonces, ambos equipos buscaban y esperaban el error del rival en la salida de balón para montar la contra.

El partido seguía abierto y fueron de nuevo los pupilos de Emery quienes tuvieron otra de las ocasiones más claras. Esta vez fue el Chirstopher Nkunku quien no pudo conectar la volea de manera correcta a un balón que le llegó “mordido” desde la banda derecha.

Sin muchos más sucesos se llegó al descanso en París. Aunque para su equipo el encuentro no tenía trascendencia alguna, el público animó parisino animó y cantó durante toda la primera mitad, señal de que una temporada más el PSG había conseguido varios títulos.

La segunda mitad comenzó de la misma forma, con el Rennais dominando los primeros minutos. La persistencia del conjunto visitante dio sus frutos: en uno de los ataques Presnel Kimpebme tuvo que salir a cortar la jugada, y mediante una falta se ganó la amonestación. De dicha falta se provocó un saque de esquina y de ahí el penalti. Jerome Brisand castigó un claro agarrón que impidió rematar a Adrien Hunou. El encargado de lanzarlo fue Benjamin Bourigeaud y, aunque Kevin Trapp adivinó la intención del extremo francés, nada pudo hacer ante la perfecta ejecución de la pena máxima.

Tras el gol fue el PSG quien debía llevar la iniciativa del partido. Sabiendo el guion que esperaba en la media hora restante, Unai Emery decidió hacer un doble cambio y dio entrada a Julian Draxler y Adrien Rabiot.

Después de unos minutos de intentos del PSG, llegó el segundo gol de los visitantes, que sentenciaba el partido. En un balón al espacio Hunou le ganó la posición a Kimpembe, y en dos toques, el delantero francés conectó una volea imparable para Kevin Trapp. Después de la acción del 0-2 apenas hubo ocasiones para los dos equipos, el Stade Rennais tenía como objetivo no encajar el primer gol para llegar al final del encuentro con cierta tranquilidad.

El Rennais da un paso de gigante

Desde los primeros minutos se pudo observar quien iba a llevar la iniciativa del partido. Muy rápidamente se vio a un PSG que no se parecía al campeón. En parte porque no había nada en juego y en parte porque no estaban todos los habituales.

Sin embargo, no es sencillo cosechar una victoria en París, bajo ninguna circunstancia. Es por eso que no se debe restar mérito a un Rennais que ha plantado cara en todo momento y ha sabido aprovechar sus ocasiones.

Con los resultados de sus rivales directos, el Stade Rennais está a un paso de atar definitivamente un puesto que solamente el Niza le puede arrebatar en la última jornada.