Tratándose de dos clubes históricos del fútbol europeo, resulta incluso extraño que este no sea un partido habitual en los mejores entornos futbolísticos de la actualidad. Liverpool, con cinco Copas de Europa, y el Real Madrid, con doce, se miden tres años y medio después de que ambos equipos se vieran las caras. También fue en la Champions League, pero la situación era bastante distinta.

Tras hacer una gran temporada en la Premier, el Liverpool se plantó en la máxima competición europea con las manos vacías de títulos y un problema de estructuración en la plantilla. La venta de Luis Suárez al FC Barcelona llevó al club a gestionar el dinero entrante invirtiendo en jóvenes. Hasta siete fueron las incorporaciones que intentaron cubrir, sin éxito, las necesidades de la plantilla.

El Madrid alcanzó el título continental en mayo de 2014 y ponía fin a una travesía por el desierto demasiado larga. De la mano de Carlo Ancelotti, el club madridista logró su ansiada Décima y volvía a estar en un buen momento. Además, mantenían una buena racha victoriosa, con 22 encuentros consecutivos, que terminaría en enero del 2015.

Stering intenta escapar de Arbeloa y Pepe. | Imagen: www.liverpoolfc.com
Stering intenta escapar de Arbeloa y Pepe. | Imagen: www.liverpoolfc.com

Las visicitudes del destino hicieron que se volvieran a cruzar estos dos clubes en la fase de grupos de la Champions, encuadrando a ambos en el grupo B. El calendario estipuló que se medirían en Anfield a finales de octubre y en el Santiago Bernabéu sólo 13 días después.

En el encuentro disputado en Liverpool, los locales sufrieron su primera derrota a manos del Real Madrid en su historia. Además, vieron como un ex del United como Cristiano Ronaldo les hacía dos goles, acercándose a la cifra de máximo goleador de la historia de la Champions. El 0-3 del resultado final dejó clara la superioridad blanca.

Los Reds viajaron a Madrid con tres puntos de nueve posibles en la Copa de Europa y con un partido ante el Chelsea, en aquella campaña líder indiscutible de la Premier League, cuatro días después. Este panorama fue suficiente para que Brendan Rodgers decidiera rotar su equipo y darle prioridad a la competición liguera.

Benzema controla ante la presión de Touré. | Imagen: www.liverpoolfc.com
Benzema controla ante la presión de Touré. | Imagen: www.liverpoolfc.com

Hasta seis fueron los cambios iniciales (Kolo Touré, Manquillo, Leiva, Markovic, Lallana y Borini) respecto al equipo que salió de inicio ante el equipo que dirigía Ancelotti en su primer encuentro. El equipo español, que jugaba en casa, no quiso sorpresas y se plantó con solo una variante de su once de Anfield. Las expectativas del partido, entre el subcampeón de la Premier League y el tercer clasificado de la Liga española, decayeron con este planteamiento del club inglés.

Un Liverpool venido a menos y un Madrid campeón

Cuando echó a rodar el balón se vio lo que se esperaba al ver las alineaciones. En los primeros 45 minutos estuvieron controlados, como cabía esperar, por los locales. El Madrid, con un centro del campo muy propenso al control de la posesión, manejó el balón y se acercó insistentemente sobre la meta de Mignolet. Llegaron a producir 13 remates, solo seis a puerta.

Mediado el primer tiempo, llegaría el único tanto del partido, con un centro de Marcelo desde la izquierda que encontró a Benzema, solo, en el segundo palo prácticamente dentro del área pequeña. Pese al buen día que estaba teniendo el meta belga del Liverpool, el francés no falló. Si ya se antojaba complicado para el equipo inglés, este tanto fue la puntilla. El asedio continuó hasta el descanso, llegando al mismo con cinco paradas de Mignolet y ninguna de Casillas.

El Real Madrid celebra su único tanto en el encuentro. | Imagen: www.realmadrid.com
El Real Madrid celebra su único tanto en el encuentro. | Imagen: www.realmadrid.com

No hubo una gran diferencia en la segunda mitad. El Madrid, con el marcador a favor, quiso tener la pelora aún más y llegó más veces a la portería contraria, con 15 remates. Además, el choque se endureció y empezaron a verse las cartulinas amarillas para ambos conjuntos -Skrtel y Moreno en el Liverpool, James, Ramos y Marcelo en el Real Madrid-. Con las sustituciones, Rodgers atisbó una oportunidad de relanzar a su equipo e intentó enmendar los errores de su once de salida.

Dio entrada a tres de sus hombres de referencia como eran Sterling, Gerrard y Coutinho, pero tal y como estaba el partido, resultó imposible. Lallana, tras una combinación rápida, tuvo la única ocasión de los visitantes, pero ni siquiera fue entre los tres palos. Pese a eso, el Madrid tuvo oportunidad de aumentar su ventaja en el marcador. El hombre más importante del Liverpool aquel día terminaría siendo su guardameta Mignolet, que impidió que el resultado aumentara en más de una clara ocasión.

Con el 1-0 final, el equipo blanco se aseguró el pase a la siguiente ronda de la competición, donde llegaría hasta las semifinales para caer a manos de la Juventus. Por el lado inglés, continuó un peregrinaje que le llevaría a la eliminación en Champions, depués la Europa League y, a la postre, a la caída también de esta segunda competición europea ante el Besiktas.

Sergio Ramos en la pugna por un balón con Manquillo y Markovic | Imagen: www.realmadrid.com
Sergio Ramos en la pugna por un balón con Manquillo y Markovic | Imagen: www.realmadrid.com

Los históricos siempre vuelven a encontrarse

De aquel partido no será bueno el recuerdo para el equipo de Anfield. En una temporada de transición, lo que debiera haber sido un duelo de históricos, por entidad de ambos clubes, quedó marcado por el planteamiento defensivo de los visitantes. El recorrido en la memoria no será más que, quizá la despedida de Gerrard de un estadio más en su última campaña como capitán Red. Aquella temporada terminó sin títulos para los de Rodgers y con un Mundial de Clubes para el Madrid.

Actualmente, el Real Madrid tiene dos trofeos de la Champions League más en sus vitrinas. En el club madridista, debido al éxito cosechado, 15 jugadores de la plantilla continúan. El Liverpool, una esperanza renovada y hambre de recuperar el camino de su historia. En los Reds, solo siete han mantenido su plaza en el grupo. Mucho han cambiado ambos conjuntos desde entonces.

Mohamed Salah celebra su gol ante el Manchester City | Imagen: www.liverpoolfc.com
Mohamed Salah celebra su gol ante el Manchester City | Imagen: www.liverpoolfc.com

Tres temporadas después, Liverpool y Real Madrid se encuentran. No será el Bernabéu ni Anfield, será el Estadio Olímpico de Kiev. Será una final entre clubes legendarios para dilucidar si continúa el mandato del conjunto español de los últimos años o si, por el contrario, es real el regreso de los de Klopp.

El club madridista ha conseguido encontrar un estilo que mantiene desde la temporada de su último encuentro ante los de Rodgers. El equipo de Liverpool, ahora de la mano de Jürgen Klopp, se ha convertido en un irreverente grupo que no teme a nada. Aunque los resquicios que quedan, en forma de futbolistas, son muy pocos, los Reds aspiran a todo donde no tienen nada que perder. El Madrid, con dos Champions consecutivas, tiene todo de cara, a priori, para convertirse en leyenda del deporte. Mucho ha cambiado el cuento para ambos, pero sólo uno hará historia en Kiev.