15 de julio de 2018, el Mundial de Rusia ha terminado. Francia se ha coronado como campeona del mundo en este torneo por segunda vez en su historia, después del hito conseguido en 1998. Los de Didier Deschamps se impusieron en la tarde del domingo al combinado de Croacia por cuatro goles a dos, en otra exhibición de juego sólido y efectivo con Mbappé y Griezmann como máximos protagonistas. Los croatas realizaron una final digna con un interesante juego, pero no tuvieron tanto acierto como los franceses.

Efectividad y solidez francesas

Si algo ha demostrado la selección francesa en este Campeonato del Mundo es que no le hace falta plasmar un juego fantástico en el césped para ganar sus encuentros de manera tranquila. A lo largo de todo el torneo, Francia ha sido una de las selecciones más completas en todas sus líneas, con una defensa y un centro del campo muy sólidos y un ataque tan efectivo como maravilloso.

Con pocas ocasiones, los Griezmann, Mbappé, Giroud, Pogba… te la pueden liar, y así se demostró una vez más en la final del Mundial. En la primera parte dos acciones aisladas, y en la segunda otras dos jugadas cuando mejor estaba Croacia para intentar empatar el encuentro. Así lo planteó Deschamps, y así salió: a la perfección.

Una primera mitad demasiado injusta

Lo cierto es que todo el mundo que haya visto el partido pensará que la primera parte fue muy dolorosa para los croatas. Los de Dalic salieron desde el principio mejor que los franceses, llevando la manija del encuentro y más enchufados. Sin embargo, una acción aislada en la que Griezmann simuló una falta al borde del área acabó en el primer tanto del choque.

Los croatas tuvieron su premio con el empate de Perisic, pero poco les duró la alegría cuando el VAR y Pitana le dieron al propio Griezmann la oportunidad de adelantarse en el marcador de nuevo desde los 11 metros. El del Atleti no falló y así se llegaba al descanso después de que Croacia fuera mucho mejor con más ocasiones y dominio, mientras que Francia no había demostrado nada sino un par de acciones afortunadas.

Mbappé y Griezmann, dos puñales para cualquier defensa

Otra de las bazas de Francia es su calidad individual. Y es que tener un ataque donde estén Griezmann y Mbappé, escoltados además por Pogba y Kanté, es una auténtica maravilla. Casi la totalidad de acciones ofensivas francesas creaban peligro a Croacia mediante la calidad de Grizzi y la velocidad endiablada de Kylian, ya fuera a la contra con pases cortos o con balones largos.

Cada balón desde el campo de Francia tenía un único destino: los pies de Mbappé. Así es como llegó el gol de Pogba. Mientras, Griezmann fue protagonista en los dos primeros tantos. También el del PSG fue el autor del último gol para Francia, con un gran disparo desde la frontal. Esta dupla ha maravillado al mundo.

Subasic y Rebic no estuvieron a su nivel, sí la defensa francesa

En el otro lado de la moneda, la selección de Croacia no tuvo al mejor nivel a algunos de sus jugadores, o al menos al nivel que habían mostrado al mundo durante el resto del campeonato. Se trata de Subasic y Rebic. El portero no tuvo su mejor día y la realidad es que pudo hacer más en el momento de la estirada en tres de los cuatro goles de Francia, en los que se le vio un tanto apático.

Por su parte, Rebic tampoco destacó tanto como otros días y estuvo mejor su homólogo Perisic. No comenzó mal el partido, pero conforme pasaban los minutos no conseguía crear apenas peligro y fue sustituido finalmente por Kramaric en la segunda parte.