Un viaje a los infiernos y un rápido retorno, bautizado bajo el nombre de Parma Calcio 1913 pero bajo la misma esencia de lo que fue durante más de 100 años de historia, el cuadro crociati vio en peligro el ascenso logrado esta temporada a la máxima categoría del fútbol italiano producto de un intercambio de mensajes a través de WhatsApp entre Emanuele Calaiò (goleador del equipo) y el defensor del Spezia, Filippo De Col en el que el experimentado delantero sugería a su ex compañero evitar la pierna fuerte y no dar todo de sí mismo, previo al Parma-Spezia de la última jornada de la Serie B que posterior victoria del Parma representaría el ascenso directo para el club.
Ante el caso, se puso en riesgo el ascenso del Parma hasta que el Tribunal de la FIGC se pronunció por el caso indicando una sentencia de sancionar al cuadro emiliano con una deducción de cinco puntos de cara al inicio de la Serie A 2018/19, esfumando así el peligro de que su ascenso fuese anulado como en principio había sido solicitado. El club fue acusado de tentativa de amaño y Calaiò fue sancionado con dos años de inhabilitación, lo que podría representar un retiro forzado del delantero debido a sus 36 años.
El Tribunal aseguró que los mensajes de Calaiò violaban el artículo 7 del Código de Justicia Deportiva de la FIGC, aun siendo estos en calidad de tentativa. El Parma calificó la medida como “anormal, injusta e inconsistente”, por lo que piensan recurrir a una apelación buscando que se reduzca la sanción a dos puntos de deducción y que sea únicamente un año de inhabilitación para el goleador del club.
Un mal comienzo para el Parma, aunado a todo el drama vivido durante los últimos cuatro años desde que le fue negada la Licencia UEFA para participar en competiciones europeas y su posterior situación de crisis financiera e institucional que derivó en la declaración de bancarrota del club crociati en 2015 que supuso el iniciar desde las categorías inferiores.