Las rachas son ilusiones estadísticas, una frase que utilizan bastantes matemáticos, pero que no definen a un deporte tan impredecible como es el fútbol capaz de hacer cosas como la que de un equipo casi desconocido venza 4 a 0 a todo un Real Madrid (hablo por supuesto del alcorconazo). Como es sabido, toda racha, tanto positiva como negativa, tiene un inicio y un final y la del Milan fue finalizada el pasado partido donde vencieron en casa con ciertos apuros a la Sampdoria, pero a pesar de la victoria, el equipo rossonero quería dar la vuelta a la tortilla y encarrilar una nueva jornada sin perder este caso visitando el campo del Udinese, un equipo que hasta hace pocos años estaba disputando entrar en UEFA Champions League y que con el paso de los años está disputando por no descender a la Serie B.
El Milan afrontaba su tercer partido liguero en 7 días naturales con la esperanza de conseguir lo mismo que en los dos anteriores en forma de tres puntos.
Para dicho partido, Gennaro Gattuso no podría contar con los lesiones Lucas Biglia, Bonaventura, Caldara y Strinic. El técnico italiano decidió usar el dibujo del 4-4-2 introducido en el partido ante la Sampdoria formando con Donnarumma en portería; defensa de 4 formada por Abate, Zapata, Romagnoli y Ricardo Rodríguez; mediocampo poblado con Suso, Kessie, Bakayoko y Laxalt; como doble punta jugarían Cutrone e Higuaín.
Por su parte, el salmantino Julio Velázquez no podría contar con los lesionados Agyemang-Badu, Inglesson, Pezella y Teodorczyk. A pesar de ello, decidió usar el 3-1-4-2 introducido ante el Genoa y que pareció darle un resultado positivo. Este once sería formado por Musso en portería; Opoku, Troost-Ekong y Samir en defensa; Mandragora como pivote; ter Avest, Fofana, Pussetto y Larsen más adelantados; como puntas De Paul y Lasagna.
Primera parte sin mucha presencia, pero de peligro visitante
Con un Dacia Arena lleno hasta la bandera y con gran número de hinchas milaneses que cubrían las gradas comenzaba el partido con un Milan muy activo en ataque refrendado en un remate de Higuaín desviado, otro disparo de Suso también desviado.
El Udinese no se quedaría de brazos cruzados y también inquietaría el área rival con un disparo de Mandragora que rozó el larguero y un remate de Lasgna que remataba fuera desde el interior del área.
En el minuto 35. El Milan recibiría una mala noticia en forma de lesión, ya que Gonzalo Higuaín tenía que ser sustituido por Castillejo por unas dolencias.
El Milan tendría la última de la primera parte gracias a un pase que recibe Patrick Cutrone y que prácticamente solo remataba sobre el cuerpo del portero que impedía el gol en última instancia.
Con estas oportunidades llegábamos al descanso con el resultado de 0 a 0.
Delirio final en los últimos compases
La segunda parte comenzaba sin cambios en ninguna de las escuadras, pero con un ritmo bastante bajo hasta que pasado un cuarto de hora, Samu Castillejo avanzaba a trompicones y cedía a Suso que remataba alto.
Con un Milan algo impreciso en ataque, Gennaro Gattuso decidió dar entrada a Borini para dar más importancia al ataque cosa que consiguió en forma de ocasiones como un disparo de Castillejo que no llega a embocar a gol y un disparo de Suso que blocaba por bajo Musso.
Por su parte, el Udinese quiso ser atrevido y Julio Velazquez dio entrada a Balic y Nuytinck para dar más importancia al ataque generando ocasiones como un disparo de Balic desviado por la derecha.
En el minuto 95 de juego y prácticamente con el reparto de puntos confirmado, un pequeño rondo dentro del área del Udinese terminaba con el disparo de Romagnoli al interior de la red suponiendo el 0-1 con algo de intriga, ya que el colegiado tuvo que recurrir al VAR para ver si había alguna situación antirreglamentaria, cosa que no hubo.
Con los tres pitidos del árbitro llegábamos al final del partido confirmando una sufrida victoria milanista que le mte en zona de UEFA Champions League en cuarta plaza. Por su parte, el Udinese hace de barrera del descenso, aunque esté fuera, en decimoséptima posición.
