Con Filippo Inzaghi como capitán del barco, el navío rossoneri comenzaba 2015 con el anhelo de recuperar su hueco en las competiciones europea. La embarcación era temida en el viejo continente por su trayectoria, pero los últimos años supusieron un paso atrás en su gloriosa historia.

La nave naufragó al finalizar la temporada. Un viaje sin rumbo, hacia la deriva, acarreó que un año más el buque llamado AC Milan no cumpliese sus objetivos.  La parte noble de la entidad poco tardaría en reaccionar. Sinisa Mihajlovic cogió los mandos y doce tripulantes más se unieron a la travesía. La ilusión poco a poco esperanza a sus tifosi, pero el puerto aún queda lejos.

La decepción

El 2015 arrancaba con el AC Milán séptimo en la tabla con 25 puntos, tan solo un por debajo de la UEFA Europa League y a dos de la máxima competición de clubes, la Champions League. Pero la primera jornada del nuevo año comenzaría con un nuevo traspiés rossoneri. Los milanistas recibían en San Siro a un Sassuolo que comenzaba a mirar hacía arriba y que poco a poco se ha convertido en uno de los verdugos de la entidad presidida por Silvio Berlusconi. Los visitantes se llevaban los tres puntos en ese choque y empezaría así un calvario para el Pippo.

Eliminados en enero de la Coppa de Italia en cuartos de final ante la Lazio por 0-1. Al AC Milán solo le quedaba la competición doméstica para redimirse y conseguir sus objetivos. La llegada de Cerci en el mercado invernal ilusionó a la afición milanista, pero el jugador proveniente del Atlético de Madrid poco pudo hacer para revertir la situación.

El conjunto rossonero disputó un total de 22 partidos de la Serie A, desde comienzos de año hasta el final de temporada, de los cuales ganó 7, empató 6 y perdió 9. Un pobre bagaje para un equipo que aspira a conseguir una plaza de Liga de Campeones. Como resultado, el AC Milán acabó la temporada décimo, muy lejos de los puestos que dan pase a competiciones europeas.

Fin a otra etapa, Inzaghi destituido

Pese a la confianza que había puesto en él Silvio Berlusconi para devolver al equipo a su sitio; el 16 de junio el club hacía oficial, mediante un comunicado en su página web, la destitución de Filippo Inzaghi como técnico del AC Milan. Un día después anunciaban, del mismo modo, la contratación del entrenador serbio procedente de la Sampdoria Sinisa Mihajlovic.

La ilusión vino con la revolución

Sinisa Mihajlovic ocuparía el banquillo de San Siro. Un entrenador con características distintas a los dos anteriores. La directiva del club había apostado por Seedorf e Inzaghi, dos hombres con poca experiencia pero conocedores de la casa. En cambio, con la llegada del serbio el AC Milan apostaba por un técnico con una larga trayectoria y sabedor de la dificultad del calcio. Sus buenas temporadas al frente de equipos como la Fiorentina o la Sampdoria le avalaban.

Noventa millones en nuevos fichajes

El equipo necesitaba una remodelación y Berlusconi no escatimaría en gastos. Jugadores contrastados, tanto en Europa como en Italia. Así llegarían Romagnoli (Roma) o Bertolacci (Roma), entre otros. Aunque los que encandilaron a la afición fueron los tres de ataque: Carlos Bacca (Sevilla), Luiz Adriano (Shaktar Donestk) y el regreso del hijo pródigo, Mario Balotelli (Liverpool). Un total de doce hombres en los que el club invirtió 90 millones de euros.

Comenzaba la pretemporada y con ella las ganas de los aficionados por ver debutar a los nuevos jugadores de su equipo. Una docena de hombres que llegaron al AC Milan con la idea de clasificarlo para la UEFA Champions League. En los enfrentamientos veraniegos, ante equipos de gran nivel, se pudieron observar los primeros cambios con respecto a la temporada 2014/2015; pero era muy pronto para sacar conclusiones.

Nubes y claros

Durante el inicio de la presente campaña, el AC Milan parecía dubitativo. Los jugadores estaban asimilando los conceptos del nuevo miíter y pasaban por un periodo de adaptación. Los rossoneri eran impredecibles. El juego del equipo variaba mucho de una semana a otra. Los de Sinisa Mihajlovic mostraban su mejor y su peor versión en tan solo siete días.

Corría el mes de octubre, el otoño comenzaba y el Parque Sempione teñía de marrón sus praderas, como cada año los árboles de hoja caduca perdían su envite frente a los perennes. Los de Milanello recibían al Napoli en lo que era una batalla directa por dar caza a los equipos que copaban los puestos de Europa League. Pero sería una tarde aciaga para el AC Milan. Los napolitanos vencieron por 0-4 y las dudas sobre este proyecto se apoderaron de todos los tifosi

El 0-4 frente al Napoli supuso un punto de inflexión

Más allá de derrumbarse, el equipo rossonero salió fortalecido de esa derrota. El técnico cambió su esquema habitual (4-3-1-2) instaurando el 4-3-3 para dar más profundidad al juego del equipo. Con el nuevo sistema táctico emergió una figura que, hasta el día de hoy, ha mantenido a flote al equipo: Giacomo Bonaventura. 

Tras varios meses de cambios en los que el conjunto de Milan ha sufrido numerosas bajas, entre las que destacan la de Bertolacci y Balotelli, Mihajlovic recompuso el equipo. La falta de gol era una constante jornada tras jornada y el entrenador serbio optó por variar de nuevo la forma de jugar, apostando ahora por dos puntas.

El año que dejamos atrás finaliza con el AC Milan sexto en la Serie A con 25 puntos, posición que le permite jugar competiciones europeas en la próxima temporada. Desde el varapalo sufrido frente al equipo de Maurizio Sarri, los rossoneri han conseguido 19 puntos en 10 jornadas, muy cerca de la media de dos puntos por partido que obsesiona al entrenador milanista.

Oportunidad copera

La Coppa de Italia es uno de los objetivos del equipo para el 2016. El club presidido por Silvio Berlusconi solo disputa dos competiciones y la copa puede ser una alternativa para disputar la Europa League en caso de que se trunque la via de la Serie A.

Clasificados para cuartos de final, se verán las caras con el Carpi el 16 de enero en San Siro. Además, en cuanto a la magnitud de los clubes, el AC Milán tiene 'ventaja' con respecto a sus máximos rivales en esta competición. En caso de vencer a los de Fabrizio Castore, se enfrentarán al ganador de la eliminatoria entre Spezia y Alessandria, de segunda y tercera división, respectivamente. En el otro lado del cuadro encontramos los siguientes enfrentamientos: Napoli - Inter; Lazio - Juve, que revivirán la final de la temporada pasada.