Tras los buenos partidos y resultados del equipo milanista, los de Montella llegaban con más confianza que nunca para cumplir su objetivo de sumar otros tres puntos para poder volver a Europa.

El equipo de Vincenzo Montella llegó a esta reunión en el Stadio Adriatico, después de haber ganado cinco de sus últimos siete encuentros de liga, su única derrota en esa secuencia en casa del campeón, la Juventus de Turín, sin embargo, no pudieron llevar a cabo esta misión ya que salir del empate les fue imposible tras haberse herido ellos mismos.

El Milan se complicó la vida.

Un pésimo error en un pase de Paletta hacia el portero sensación en Italia, Gianluigi Donnarumma, adelantó a los locales en un partido en el que se esperaba que no hubiera muchos contratiempos para el Milan.

Este error le dio al Pescara un gran regalo que no se habían merecido ya que durante la primera parte y sobretodo en los primeros doce minutos de partido, el equipo local no había puesto en peligro en ninguna ocasión a la defensa milanista ejerciendo practicamente de espectador pasivo ante el juego de los de Montella.

Tras este contratiempo, los visitantes se disponían a darle la vuelta al marcador con remates como el de Romagnoli que acongojaban al Pescara. No obstante, los ataques del Milan no lograban ser materializados.

Los rossoneros querían ir a por el partido en busca de puntos que le permitieran mantenerse en la lucha por Europa y en el minuto 41 llegaba el momento tan esperado. Carlos Bacca peleó un balón dentro del área y el rebote terminó en Mario Pasalic, que con un veloz giro logró batir a Vincenzo Fiorillo bajo los tres palos. Con el empate en el marcador, el primer tiempo llegaba a su fin y la segunda mitad se disponía a ser más que cuesta arriba para los locales, los cuales, con mal partido habían conseguido dificultarles el encuentro a sus rivales.

Ya en la segunda parte, el conjunto dirigido por Vincenzo Montella se volcó en pleno partido para intentar meter otro tanto que les diera los ansiados tres puntos aunque comenzó con un ritmo de juego muy bajo que paulatinamente fue aumentando. 

Deulofeu estuvo bastante involucrado de nuevo cuando el Milan se recuperó. El español supo fabricar una ocasión para su compañero Carlos Bacca el cual se encontró con Cesare Bovo quien realizó un bloqueo heroico para anular por completo la jugada trazada por los hombres de ataque rossoneros.

Minutos después, Bovo, jugador del Pescara volvía a recordar al Milan el peligro que tenía el conjunto del Delfino tras una gran ocasión mediante un tiro libre que voló cerca de la meta rossonera.

Pese al constante juego ofensivo en los minutos finales los milanistas no supieron convertir en gol las ocasiones fabricadas y ya en el minuto 83 de partido, habiendo comenzado la recta final del encuentro, Gianluca Lapadula tuvo en sus botas otra nueva ocasión que fue interrumpida por la gran defensa de Fiorillo. Sin embargo, Alessio Romagnoli logró rematar al palo pocos segundos después sin hacer que el empate se moviese.

Tras esta clara ocasión el Milan no se daba por vencido y minutos más tarde se les presentaba otra clara ocasión a balón parado. Pese a esta oportunidad el tiro del argentino Lucas Ocampos fue interceptado por el guardameta del Pescara quién fue el culpable de dejar de manera definitiva en tablas al marcador.

Con este resultado el Milan se queda con 54 puntos a falta de cuatro puntos para meterse en los puestos europeos. Por el otro lado, el Pescara sigue colista en la liga con trece puntos a falta de nueve para la salvación.