El 10 de junio de 2001 se jugó un partido que difícilmente olvidarán los aficionados de la Real Sociedad. El conjunto donostiarra, tras una gran remontada en la clasificación, afrontaba un derbi crucial en San Mamés. Era la penúltima jornada de una de las temporadas más difíciles de su historia hasta ese momento y, si no quería pasarlo realmente mal en una última jornada de infarto frente a Osasuna, debía ganar. Como fuese.

Y lo hizo. Pero lo hizo, además, jugando un gran partido, algo muy difícil en una situación como en la que encontraba. Los realistas ofrecieron un excelente encuentro a su afición, que todavía estaba acostumbrándose a sufrir para mantener la categoría. Goles, emoción y polémica; pero con un final para disfrutar, hicieron de éste uno de los partidos más especiales de los últimos tiempos en La Catedral.

John Toshack, quien por aquel entonces se encontraba en su tercera etapa como entrenador de la Real Sociedad, alineó un once de garantías, con siete canteranos: Alberto bajo palos; Rekarte, Loren, Luiz Alberto y Aranzabal en defensa; Xabi Alonso, Idiakez, De Pedro y Khokhlov en el centro del campo; y De Paula y Jankauskas en la delantera fueron los once que deleitaron a la afición gipuzkoana con un primer tiempo para enmarcar.

Exhibición en el primer tiempo

Liderados por un jovencísimo  Xabi Alonso, que con apenas diecinueve años ya dirigía el juego de su equipo, en el minuto treinta se pusieron por delante gracias a un golazo de Jankauskas. El delantero lituano controló fuera del área, amagó y, tras recortar a un rival, disparó con la zurda, alojando el balón en el fondo de la red bilbaína.

Brilló especialmente Xabi Alonso, que mostró una madurez impropia de su edad

Los jugadores blanquiazules siguieron buscando el gol que les diera algo más de tranquilidad y, nueve minutos más tarde, De Pedro ejecutó magistralmente una falta directa desde el costado derecho del campo. Un joven Aranzubia nada pudo hacer ante un disparo que se coló por su escuadra izquierda y que ponía el partido cuesta abajo para la Real.

En el descanso nada parecía indicar que se le fuera a complicar un partido que tenía controlado, y es que, además de la gran exhibición ofensiva que ofrecieron los jugadores realistas, el trabajo defensivo fue para enmarcar. El Athletic no realizó un solo tiro a puerta en los primeros cuarenta y cinco minutos.

Polémica arbitral

Pero al poco de iniciarse la segunda parte el árbitro expulsó a Loren y el Athletic se vino arriba. La Real comenzó a sufrir de lo lindo y Urzaiz marcó en el minuto setenta y tres. Los nervios, tanto en los jugadores como en su afición, eran evidentes, algo de lo que los bilbaínos intentaron aprovecharse, pero, finalmente, una gran jugada de Aitor López Rekarte en el ochenta y seis acabó con un penalti que Idiakez transformó con una tranquilidad impropia del momento.

Dos minutos más tarde, el árbitro expulsaría a Oskar Vales y a Xabi Alonso, por lo que el final del partido se jugó con un equipo local que jugaba con diez jugadores y uno visitante que jugaba con nueve. En los últimos minutos la Real no pasó demasiados apuros y pudo disfrutar del final de un partido vibrante, y de la última victoria, hasta la fecha, del equipo txuri-urdin en el campo bilbaíno.

De esta manera se consiguió un objetivo que semanas atrás se veía realmente complicado, la permanencia. La plantilla entrenada por Toshack se conjuró semanas atrás contra el descenso y, entre las jornadas treinta y cuatro y treinta y siete, sumó diez puntos de doce posibles, firmando un final de temporada espectacular con partidos como este en San Mamés o el de El Madrigal, que fueron verdaderas exhibiciones de cómo jugar un magnífico fútbol con el agua al cuello.