Con todo ya decidido en la carrera por el ascenso a Segunda B, Mirandés y Real Madrid Castilla afrontaban el último partido de una batalla en la que los blancos partían ya con la ventaja de 3 goles a 0 cosechada la pasada semana en el Alfreo Di Stéfano. Pese a que el propio Alberto Toril reconocía la escasa o nula necesidad de esta última 'eliminatoria' tras un año largo y difícil, cargado de partidos, las palabras del técnico del Castilla quedaban muy lejos del terreno de juego, donde su equipo saltó con una actitud encomiable. Ni un minuto tardó Morata en dejar claro que si había que jugar, sería única y exclusivamente para ganar; ya lo había intentado antes Joselu pero ambos disparos acabaron perdiéndose más allá de línea de fondo. 

Morata adelanta al Castilla y da la puntilla al Mirandés
 
El Mirandés trataba de recomponerse ante tan nefasto inicio pero el Castilla no estaba por la labor de permitirlo. Con 3 minutos de tiempo cumplido, sería de nuevo Álvaro Morata el encargado de plantarse frente al área del Mirandés para-esta vez sí-establecer el 0-1 en el marcador de Anduva. Ya había tratado de reaccionar el conjunto local con la simple intención de su rival y de nuevo lo intentaría tras la materialización del temido gol en contra. Pablo Infante sería el protagonista de la primera gran ocasión de los locales, que sin embargo terminaría finalmente en manos de Mejías. Esta había sido la respuesta a la nueva intentona de Alex, que pudo haber ampliado distancias para los suyos con un remate que acababa al fin en nada.
 
Tras el abrumador inicio del conjunto madrileño, el ritmo del partido se calmó ligeramente y el equipo local pudo empezar a generar algunas ocasiones algo más claras. Primero Cesar Caneda y luego Mikel  Iribas, ambos de cabeza, tratarían de establecer la igualada en el marcador para los suyos pero sendos remates terminarían perdiéndose fuera. Las embestidas de unos y otros dieron lugar a un tramo más calmado del partido, donde el juego se trabó algo más en la circulación y la transición de balón robó algo de protagonismo al peligro. Hasta que en el  minuto 20 apareció Pablo Infante. El futbolista del conjunto burgalés trató de batir a Mejías, mediante un zurdazo a pase de Alain Arroyo, un balón que acabaría finalmente en manos del guardameta del Castilla. 
 
La lucha del Mirandés no encuentra recompensa
 
Herido en su orgullo por no haber podido aún anotar un gol ante el otro mejor equipo de Segunda División B, el Mirandés continuaba intentándolo con más corazón que suerte. Antxon Muneta sería el nuevo protagonista de la siguiente acción ofensiva de los locales pero su disparo, de nuevo, acabó en nada. Reclamando el rol de jugador peligroso que había adquirido en los minutos iniciales, reaparecía Morata para responder a las jugadas del rival con lo propio; no obstante, su remate con la diestra no encontraría esta vez ni rematador ni portería. 
 
Con apenas 10 minutos para la conclusión de la primera mitad, sería otra vez Pablo Infante, uno de los jugadores más activos y también más peligroso del conjunto de Miranda de Ebro, el que insistiría en maquillar el resultado de su equipo frente a los chicos de Toril ,y suyo sería el nuevo remate con idéntica finalización a todos los anteriores; el disparo se perdía más allá de la línea de fondo sin consecuencias para el conjunto blanco. El Castilla descansaba sobre una ventaja de 4 goles y aquello parecía razón suficiente para ceder el dominio al Mirandés o, cuanto menos, las ocasiones de gol, y eso tratarían de aprovecharlo Alain Arroyo en primera instancia y Asier en segunda con sendos remates que seguirían topando con la mala fortuna.  No correría tampoco mejor suerte el siguiente disparo, esta vez de cabeza, de Mikel Iribas, que se marcharía fuera. 
 
Sentencia Joselu
 
Y tanto lo había intentado el Mirandés que al final marcó el Castilla. Joselu recibía un buen balón de Carvajal para abrir un abismo aparentemente insalvable en el cómputo global de los dos partidos, cuyo marcador general era de 5-0 para los hombres de Toril. Aún gozaría de una más Juanfran, en un remate que detendría Nauzet y que serviría para ponerle el punto y final a la primera mitad. 
 
El reinicio del encuentro mostró a un Mirandés igualmente decidido a ofrecerle a su gente una caída digna. No obstante, la primera ocasión la protagonizaría Juanfran, el mismo que había llevado a cabo la última del primer tiempo, con un remate desde la frontal que moriría en manos de Nauzet. A partir de entonces, la voluntad del Mirandés fue encomiable. Antxon Muneta sería el primero en acercar el peligro a la meta madridista, mediante un remate que acabaría perdiéndose fuera. Después, turno para Alain Arroyo, autor de la doble ocasión local con sendos derechazos que acabarían en nada. 
 
Las fuerzas se igualan, aunque no el marcador
 
César Caneda sería el siguiente. El defensa del Mirandés trataba de aprovechar un rechace en el área madridista para recortar distancias en el marcador, algo que finalmente no conseguiría. No tardaron los locales en recibir su particular réplica de quien se estaba especializando en ello: Álvaro Morata, de nuevo, enviaría un balón a la madera, que hubiera podido suponer el tercero para su equipo y el segundo en su cuenta particular. El partido entraba en una fase de 'toma y daca' en la que el Mirandés quemaba sus últimos cartuchos y el Castilla ofrecía sus últimas muestras de fútbol de la temporada. El remate de Alex sería la respuesta al de Álvaro Corral, disparos que acabaron con idéntico desenlace, en nada. Al igual que el de Lucas, que había recibido previamente de Casado.
 
Los últimos compases del partido dejaban lugar sólo a algún posible contraataque, ya que los dos equipos cedieron ante la claridad del marcador. El Castilla había hecho ya los deberes y el Mirandés, a la postre, también. No lograría el conjunto burgalés alzarse con el campeonato pero sí lo había hecho con el objetivo del ascenso, algo más que suficiente para ambos. Además, contra el equipo madrileño, habían ofrecido una lucha más que digna, que no obstante, resultó insuficiente ante los de Toril. 
 
Final 'movido' para el Mirandés
 
Uno de los latigazos finales, para el Mirandés en este caso, lo llevaría a cabo Rayco con un disparo desde el área grande, que acabaría marchándose fuera. Pero la temporada le prometía al conjunto local un final movidito. El Mirandés, que había agotado ya todos su cambios, afrontaba el castigo de una pena máxima que el guardameta, Nauzet cometía sobre Joselu. No dudaba el colegiado a la hora de señalar el penalti y expulsar al portero del equipo local. Aitor Blanco se armaba de valor para colocarse bajo palos y acabar, sin embargo, encajando el segundo gol de Joselu, el tercero en la cuenta del Castilla. 
 
Ni siquiera esa circunstancia impedía a la grada local seguir creando el entorno de fiesta que, a la postre, era el partido. No habría tiempo para más y ambos conjuntos cerrarían con un final feliz-uno más que otro-una gran temporada. El próximo año volverán a verse las caras ya como equipos de Segunda División.