El Atlético de Madrid ya sabe lo que es deshacerse de un equipo inglés en semifinales de una competición europea. Lo consiguió en la UEFA Europa League de 2010 ante el Liverpool de Rafa Benítez gracias al valor doble de los goles en campo visitante. En esa edición, el conjunto rojiblanco cayó en el sorteo tras quedar tercero en el Grupo D de la Champions, donde también se encontraba, y acabaría primero, el Chelsea.

El Liverpool, al igual que el Atlético, llegaba a aquella competición rebotado de la fase de grupos de la máxima competición continental. Tras golear en Anfield al Benfica por cuatro goles a uno en la ronda de cuartos –dos de ellos de Fernando Torres-, llegaba al Vicente Calderón. En el encuentro de ida, que curiosamente también se disputaría un 22 de abril, los colchoneros se adelantarían en la eliminatoria merced a un gol tempranero de Diego Forlán. De esta manera, se seguía sin poder presenciar una victoria inglesa en el feudo de la ribera del Manzanares.

En la vuelta, celebrada la semana siguiente, los corazones de los aficionados madrileños tendrían una prueba difícil de superar. Los reds salieron con extrema intensidad, pero no lograban perforar la meta defendida por David de Gea. Sin embargo, cuando los rojiblancos ya se veían en el vestuario, Aquilani consiguió empatar la eliminatoria con un complicado remate que se coló ajustado al palo. Era el primer mazazo para el Atlético.

Forlán fue el héroe que dio el pase al Atlético en la prórroga

La tensión y el miedo a verse eliminado entraron en escena en la segunda parte del choque. El Liverpool intentó hacerse con el control del balón para evitar contragolpes que desembocaran en un gol que les dejara sin billete para la final. Así, se llegó a la prórroga, alargando la agonía de dos aficiones que apenas tenían uñas. El deleite para la grada local brotó en la primera jugada cuando, tras un gran barullo en la frontal del área, Benayoun recibía sólo y fusilaba a De Gea.

El Atlético, en esos momentos eliminado, se lanzó desesperadamente en busca del gol que le acercara a la gloria. Y no tuvo que esperar demasiado ya que, en el minuto 102, Reyes servía un balón milimétricamente medido a la bota del uruguayo Forlán. El ‘Cacha’, que no había aparecido en todo el encuentro, envió el esférico a las mallas demostrando una vez más lo decisivo que es como killer. El delirio y el griterío de los fans colchoneros desplazados a Liverpool silenció Anfield, que vería como su equipo ya no tendría más opciones de remontada y caería en el último escollo antes de la final.

Cuatro años más tarde, el Atlético de Madrid vuelve a tener en sus manos alcanzar una final europea. Esta vez es, nada más y nada menos, que la final de la UEFA Champions League. Sería la segunda final de la historia del club, tras la disputada en 1974 ante el Bayern, y sería el broche perfecto a una temporada repleta de récords, en la cual, aspira a un doblete que vuelve a situarle entre los mejores equipos del mundo.