El Valencia salió como si no hubiera un mañana. Parecían dirigidos por Willian Wallace directos a una batalla perdida. Así fue. El equipo de Juan Antonio Pizzi no defraudó. Dominó los primeros minutos y acabó abajo al descanso. Cumpliendo el guión establecido varios meses atrás. Los locales mostraron lo que no deben hacer frente al Sevilla en Europa League. ¿Cambiarán las tornas el jueves? Por el bien de los valencianistas deberá ser así.

Nuevamente el rival le comió la tostada al argentino. Un dominio que volvió a ser un oasis. La primera ocasión de Paco Alcácer fue un espejismo. Un síntoma más de la enfermedad que padece este paciente. Sin mordiente arriba. Sin ideas en ataque. Y más con el capitán del barco exhausto. Un Daniel Parejo sin descanso. El de Coslada acumula minutos en sus piernas y adolece de falta de frescura en sus pensamientos. Cortocircuito. ¿Servirá para apagar la esperanza de otra remontada?

Paciencia para seguir luchando el título

Diego Simeone impuso nuevamente su ley. El Atlético se echó atrás. Agazapado. Sin prisas. Sabían que los tres puntos caerían por su propio peso. El empuje. Otra vez se reflejó que querer es poder. Como toda la campaña de los colchoneros.

Los rojiblancos dejaron hacer. Fueron cansando a su rival. Y acabaron subiéndose a sus barbas. Las ocasiones aparecían. La fiera despertaba. Aunque se encontró con un aliado en su camino. Vicente Guaita. El portero local ejerció por enésima vez de ayuda al rival. Una mala salida por alto supuso el primer tanto rojiblanco. Gabi colgó el esférico con sutileza, y Raúl García hizo el resto.

A los madrileños no les importa recular unos metros. Defender cerca del portero. Esa lección la tienen bien aprendida. Aunque parezca que les hacen cosquillas, no es así. Nada más lejos de la realidad. La segunda mitad no se les hizo larga. Los tres puntos eran suyos. Y el Valencia no tiene el peligro suficiente para hacer daño. Se vio en el Sánchez Pizjuán.  Simeone da un paso más.

Se necesita algo más que actitud para ir a Turín

No se puede decir que la plantilla no tiene actitud. La tiene. Pero ya está. Futbolísticamente no hay más. Dejarlo todo a la improvisación. Al destello de luz de Parejo o Paco Alcácer. Así es difícil ganar partidos en Primera División. La demostración del porqué de la posición valencianista en la tabla. La actitud deberá ser suficiente para creer… y para pasar