Josu Urrutia encabezaba un proyecto candidato a reemplazar al de Javier García Macua al frente de la directiva rojiblanca. La candidatura de Urrutia ilusionó a muchos socios, que vieron en un exfutbolista rojiblanco el mejor candidato posible al despacho de Ibaigane. La victoria del lekeitiarra sobre su competidor por un ajustado margen suponía la marcha de Joaquín Caparrós, tras cuatro temporadas construyendo un equipo competitivo, y la llegada de Marcelo Bielsa, una de las grandes piezas del exfutbolista durante la campaña electoral.

En estos tres años de Josu Urrutia como presidente del Athletic, el conjunto rojiblanco se ha mostrado como un hueso duro de roer en las negociaciones. Varios equipos han fracasado en su intento de negociación con los rojiblancos, y otros como Bayern de Múnich y Manchester United han salido escaldados de algunos de sus intentos de fichaje, viéndose obligados finalmente a que el propio futbolista abone su cláusula de rescisión, como ha ocurrido con los casos de Javi Martínez y Ander Herrera. Si algo ha quedado claro durante el mandato de Urrutia es, precisamente, que el Athletic no es un club vendedor.

Llorente, Javi Martínez y Amorebieta abandonaron el club pese a ser "futbolistas estratégicos"

La marcha de estos futbolistas ha dejado en las arcas rojiblancas un total de 76 millones. Por el contrario, Fernando Llorente y Amorebieta, jugadores rojiblancos desde las categorías inferiores de Lezama, abandonaron el club por la puerta de atrás después de un año en el banquillo. Sorprende sobre todo la del riojano, que antes de llegar Urrutia al poder se encontraba inmerso en el proceso de renovación de su contrato, que paró para que la campaña electoral transcurriese con total normalidad. Llama la atención que tres de los jugadores arriba mencionados eran a los que el presidente rojiblanco había denominado como ‘futbolistas estratégicos’ y sin embargo no consiguió convencer a ninguno para permanecer en San Mamés.

En lo que no se puede realizar gran reproche al presidente del Athletic es en materia de fichajes. Comenzando por la llegada de Marcelo Bielsa, que volvió a hacer soñar a los aficionados del Athletic con un juego fantástico, que no pudo lograr que el equipo mantuviese durante las finales que disputó en su primera temporada. No obstante, Urrutia ha sabido reforzar el equipo a la perfección con fichajes tan necesarios como el de Aritz Aduriz tras la marcha de Llorente, o la incorporación de Iago Herrerín, un guardameta de garantías para dar relevo a Gorka Iraizoz en la portería rojiblanca a lo largo de la temporada. Esta presente temporada Mikel Rico, petición expresa de Valverde se ha consolidado como uno de los mejores futbolistas de la plantilla, cuajando grandes actuaciones y haciendo olvidar el mal sabor de boca que ha dejado Beñat, que llegó al club por 8 millones de euros y desapareció muy pronto. 

El acierto de Urrutia

Pero, sin ninguna duda, el mayor acierto del exfutbolista rojiblanco en su gestión desde su llegada ha sido la contratación de Ernesto Valverde para ocupar el banquillo de San Mamés. Después de dos temporadas más que convulsas con Marcelo Bielsa, con un equipo que llegaba en condiciones no demasiado buenas al final de temporada y cuyos problemas con las obras de Lezama al comienzo de la temporada descentraron al equipo y acabaron por destruir la relación entre presidente y entrenador. ‘Txingurri’, buen conocedor del funcionamiento del club y de algunos de los futbolistas de la primera plantilla, ha encontrado la tecla clave para el éxito de este equipo, llevando a los rojiblancos a la Champions League y dejando un muy buen sabor de boca en la Copa del Rey, donde solo un espectacular Atlético de Madrid logró pararle los pies.

No obstante, los éxitos deportivos no lo son absolutamente todo, y la afición rojiblanca comienza a pedir explicaciones urgentes tras la fuga de futbolistas de Lezama. La última evidencia de ese distanciamiento a sido la negativa de la asamblea de socios compromisarios a dar el visto bueno a la reforma de los estatutos propuesta por la actual junta directiva, algo que ha supuesto uno de los golpes más grandes a la gestión del presidente

El Athletic ha disputado cinco finales en los últimos cinco años

En honor a la verdad se antoja complicado encontrar una explicación lógica a que los futbolistas de un equipo que ha disputado cinco finales en los últimos cinco años no vean un proyecto lo suficientemente atractivo como para continuar en un club como el Athletic, en el que muchos de ellos llevaban desde las categorías inferiores. Extraña también que los rojiblancos no hayan conseguido atraer un patrocinador que mejore la aportación de Petronor a la entidad bilbaína tras una temporada en la que los rojiblancos han conseguido llegar a la Champions League exhibiendo un gran juego y mostrándose intratables en San Mamés. Solo la BBK ha acudido a la llamada del Athletic, pese al presunto interés de algunas empresas asiáticas en estampar su nombre en la elástica rojiblanca, según apuntaban diversos medios de Vizcaya.

¿Se avecina un gran cambio?

Tras las tres primeras marchas importantes, Josu Urrutia ya se mostró dispuesto a reflexionar sobre el modelo del Athletic, sobre el que se tendría que hacer “una reflexión”. De hecho, en unas decaraciones en enero de 2013, el exfutbolista declaraba que “si se convirtiera en una dinámica (la marcha de futbolistas) el modelo quedaría en cuestión”, unas palabras por las que se deduce que pueda haber un cambio significativo en el hacer de Urrutia a partir de ahora, o al menos se abre la posibilidad de analizar de nuevo lo ocurrido y tratar de ponerle solución.

Josu Urrutia podría no presentarse a la reelección

No obstante el cambio podría ir más allá y saldarse con la marcha definitiva del presidente de Ibaigane. Según publicaba el diario "El Correo" a finales de junio, el cargo ha desgastado lo suficiente al presidente rojiblanco como para no presentarse a la reelección en las próximas elecciones rojiblancas en caso de presentarse una candidatura afín a los principios del exfutbolista lekeitiarra.

En cualquier caso, lo que deberían ser tres años de disfrute de la afición rojiblanca se ha convertido en un periodo de incertidumbre en el que cualquier jugador que destaque minimamente tiene muchas posibilidades de ser tentado, o mejor dicho, dejarse tentar por algunos de los equipos más grandes de Europa. La incapacidad de la junta directiva por transmitir la ilusión por este proyecto ha sembrado la desconfianza en la afición que pide a gritos un cambio para frenar la situación. Casos como el de Joseba Etxeberria y Julen Guerrero son claros ejemplos de que hubo un tiempo en el que el Athletic era la máxima aspiración futbolística para sus estrellas.