Se pueden frotar los ojos, pellizcarse o incluso mirar algún reloj para comprobar que esto no es un sueño. Después de varios amagos en las últimas temporadas, Fernando Torres es, oficialmente, nuevo jugador del Atlético de Madrid. El delantero madrileño recala en su equipo de toda la vida, el mismo que está dirigido por Diego Pablo Simeone, aquel que fue su compañero de vestuario pocos años antes de marcharse a Anfield. "The Kid” vuelve cuando más turbulencias está viviendo el avión rojiblanco tras la división de aficionados en el Vicente Calderón.

Nadie puede negar que Torres es el principal ídolo de la última generación de atléticos, aquella que sufrió viendo como su equipo descendía a los infiernos y como recuperaba la gloria años después asomando la cabeza por una alcantarilla. Si, era Germán Burgos el protagonista de esa campaña, el mismo que hoy dirigirá también a Fernando desde la banda. Han vestido las rayas del Atlético grandes delanteros como Agüero, Forlán, Falcao o Diego Costa, pero nadie ha podido olvidar a Torres. “El Niño” es sin duda el jugador más querido por la parroquia colchonera, quizás porque rindió como el que más cuando le tocó competir con Petrov, Jurado y Galletti y no con Koke, Arda y Griezmann.

Curiosamente, Torres comenzó a escribir su leyenda en el Atlético ante el mismo equipo que, de una manera u otra, provocó que el también ídolo de la afición, Simeone, aterrizase en Madrid. Fue el 3 de junio de 2001 en el Carlos Belmonte de Albacete. El Atlético peleaba por el ascenso y a falta de quince minutos un joven pecoso con el 35 a la espalda sustituía a Kiko Narváez. Tan solo cinco minutos después, el 35 recibió un balón largó de Iván Amaya, él buscó la espalda del defensa y remató el balón con la cabeza al fondo de las mallas. Fernando Torres marcaba su primer gol con el primer equipo ante el Albacete, el mismo equipo que diez años después ganó al Atlético de Gregorio Manzano provocando su destitución y la llegada de Simeone.

Torres y su nuevo rol

La vuelta a casa por Navidad de Fernando Torres es un verdadero estímulo para el Atlético. Su regreso significa que el principal referente rojiblanco en los últimos años -aunque haya estado fuera del equipo- compita con uno de los mejores Atléticos de la historia. Evidentemente, no es el joven delantero que se fue harto de las ridículas derrotas ante Madrid o Barcelona, ni, desgraciadamente, tampoco el mismo que maravilló al mundo entero en su etapa en Anfield. Lo cierto es que Torres viene de años extraños en el Chelsea y de unos meses en Milán donde su aportación ha sido prácticamente inexistente.

Pero hay esperanza. En estos regresos mágicos de jugadores siempre hay que contar con que la afición llevará en volandas a Torres para que recupere su mejor nivel. Además, el plus de la dirección de Diego Pablo Simeone y su cuerpo técnico unido al nivel de exigencia y competitividad del nuevo Atlético pueden conseguir que Torres aporte lo máximo en su segunda etapa como rojiblanco. Se le presume un papel parecido al de David Villa en la temporada pasada, aunque algunos se conforman con que sume más que los Raúl Jiménez o Cerci.

Más alegrías que indignaciones

Torres: "Sin Simeone, este Atlético ganador sería imposible"​

Es muy complicado encontrar a algún simpatizante colchonero en contra de la vuelta de Fernando Torres. Los vecinos de la capital sí que están pendientes de la nueva incorporación y de sus posibles chascarrillos, pero dentro de la afición atlética parece que la opinión a favor del regreso de Fernando es unánime.

Desde aquellos que piensan que cualquier momento es bueno para que el hijo pródigo vuelva, hasta los que aseguran que su papel será fundamental en lo que resta de campaña, pasando por los que ya le otorgan el 19 y el brazalete de capitán. Otros, en cambio, aseguran que su fichaje es una simple cortina de humo y que su aportación será escasa. El tiempo pondrá a cada uno en su lugar.