El Valencia no reacciona pese al resultado. Y es que la victoria no debe esconder las dudas infinitas del conjunto valenciano. La eliminación de Copa parece haber hecho mella en los ánimos valencianistas. La única esperanza che está en la consecución de la cuarta plaza. Y los de Nuno Espiríto Santo parecen desorientados en la persecución de su empresa. El camino ya no es tan certero como lo era semanas atrás. La imagen sigue siendo débil y cualquier pieza importante que cae del puzzle se echa en falta. Esta vez fue la de Otamendi. La defensa valencianista fue un cirio. Un despropósito. Faltas de concentración por doquier. Y Tomer Hemed lo aprovechó para hacer daño con dos goles rápidos  -algo que nadie lograba en Mestalla desde el triplete de Messi en septiembre de 2013 –tras sendos avances locales.Suerte para los locales que Negredo propició un alzamiento para liderar una revolución que trajo consigo tres puntos vitales. 

El equipo sigue compitiendo a rachas. Ávido de individualidades. De destellos tan puntuales como escasos. El Valencia se encuentra en un limbo de juego tan profundo que ni el mismísimo Dante Alighieri podría describirlo. El técnico llena de pájaros la cabeza de sus jugadores con numerosos cambios de sistema. Pero la idea fundamental que vertebra cualquier estrategia no está. Se ha esfumado como el humo del cigarro de más de un aficionado en la grada de Mestalla. Se desconoce la identidad del equipo. Ni siquiera saben cuál es  los propios jugadores. Así es difícil aspirar a un puesto europeo. Antes vivías de la efectividad. Pero ¿qué haces cuando está no aparece? Hoy se reconcilió con el Valencia tras 83 minutos. Pero no siempre será así. Ni que decir tiene que los nubarrones y el mal tiempo aguardan para descargar lluvia sobre la Avenida de Suecia. Y mientras tanto tras diecinueve jornadas, el medio plazo ha hecho daño entre la vorágine positivista del inicio de curso. El técnico luso hablaba de hacer bueno el empate de Balaídos venciendo en casa a los andaluces. Nuno debe dar gracias al 'muchacho' de Vallecas por su aparición para evitar que la banca venciera con una mísera doble pareja.

'Mesías' Negredo

Negredo es otra historia. Es vitalidad entre la desazón. Luz en una habitación oscura. La esperanza que el mismo Frodo Bolson representaba para la Tierra Media en El Señor de los Anillos. El '7' del Valencia es la estrella. Como Vincent Chase en El Séquito. Todo gira entorno a él. Y se nota.

Apareció en el escenario en el segundo acto. Pero fue suficiente. Él solo convenció a compañeros y grada de erigirse y revolucionar el partido. Los ches recostaron todo su peso sobre los 186 centímetros de altura del madrileño. Con el Almería encerrado y paciente, la orden fue clara: percutir en el corazón rival mediante envíos laterales. Sin adornos, ni vaselina. Todo o nada. Y salió todo. El ariete remató una y otra vez, pero no encontró la portería hasta el tercer remate. Y es que a la tercera va la vencida. En el minuto 83 cabeceó para dejar tres puntos valiosos en tierra. Más que el oxígeno a los pulmones.

El Almería opuso resisitencia

Los valencianos se adelantaron por partida doble en el primer tiempo. Pero no supieron mantener su ventaja más allá de cinco minutos en ninguna de las dos ocasiones. Ni siquiera al aplicar la fórmula que tanto éxito ha dado este curso: adelantarse pronto en casa. 

Los dos destellos llegaron de la misma forma. Gracias a dos triangulaciones perfectas que dejaron a Parejo, en primer instancia, y a Rodrigo después, en una posición franca para batir a Julián Cuesta. A los once minutos Parejo abría a banda para la incorporación de Barragán. El lateral derecho devolvía la pared al corazón del área. Allí Parejo remachó el balón para poner el primero. Quince minutos más tarde se repetiría la jugada con distintos protagonistas. André Gomes conducía por el centro para filtrar una pelota magnífica a Alcácer. El de Torrente remataba en semifallo y Rodrigo, con la caña y el anzuelo preparado, ponía una nueva ventaja local.

El Almería, lejos de amedrentarse, respondió rápido al examen de su rival. Primero Welligton Silva cabalgaba la banda para romper y dejar a Hemed rematar a placer. Descalabro defensivo. Cadena de errores colectiva puesto que se llegó tarde durante toda la acción. Un empate que llegaba segundos después del primer tanto blanquinegro. Después el israelí mandaría un testarazo a la red para empatar tras un saque de esquina. De nuevo sin tiempo para digerir el resultado. Y casi llega el corte de digestión, ya que antes del descanso los rojiblancos mandarían el cuero al larguero. Sonido de viento en la grada. Y los de Juan Ignacio Martínez logrando un punto en un campo complicado. Asimismo crecieron los enanos con la lesión muscular de Barragán que obligaba a una sustitución antes de tiempo. Pero al final, los andaluces claudicaron ante la llegada del 'salvador' valencianista. Remar para morir en la orilla. Una lástima porque merecieron mucho más.

 

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Sobre el autor
Iván Carsí Sánchez
Moderador de VAVEL España. Escribo sobre el Valencia CF y la NBA. Ex coordinador de Villarreal VAVEL. Ex colaborador en Levante UD Radio.