El pasado lunes concluyó la vigésimaprimera jornada del campeonato liguero. Otra jornada que el conjunto ché no pudo sumar puntos a domicilio. Un solitario pero excelente gol de Samu Castillejo bastó para cerrar un partido que dominó el Málaga desde el momento del 1-0, siendo muy superior, dónde Alves salvó a los suyos de una mayor ventaja del conjunto de Javi Gracia. El Valencia se sitúa quinto con 41 puntos, a dos del Sevilla, que con 42, y un partido menos a disputar en el Santiago Bernabéu, tiene el poder de la cuarta plaza. Ese puesto que da lugar a la fase previa de la máxima competición europea. La champions. El gran objetivo valencianista. A pesar de los meritorios y tolerables numeros a estas alturas, los pupilos de Nuno siguen causando cierta duda e imprecisión. Sobre todo cuando se aleja de los aledaños de Mestalla, donde el juego y la personalidad del equipo ché son desconocidos. Nuno continua sin dar con la tecla, y el equipo no logra esa solidez y fidelidad en el juego. Una idea que da frutos pero no alcanza la definición perfecta.

Mestalla: La fortaleza

Uno de los aspectos más positivos de la presente campaña para cualquier aficionado valencianista es haber recuperado sensanciones en su coliseo, en su casa. Nuno, y su plantilla han conseguido recuperar ese espíritu por el que es conocido Mestalla. Esa garra, ese carácter, tan reconocido. Un par de temporadas son las que el Valencia había perdido esa identidad, ese estilo. Mestalla ha vuelto a ser la fortaleza que era. Once son los partidos que lo demuestran. Un balance que arrojan 28 puntos de 33 posibles, con 9 victorias, 1 empate, y 1 derrota, en el descuento, ante el Barcelona. Números sensacionales, que le han permitido al Valencia luchar en los puestos altos de la tabla. Afición y equipo han conseguido una unión mágica. Mestalla se ha convertido en un bastión inexpugnable, que también ayuda a esconder las carencias de un equipo que cuando viaja a domicilio, muestra una imagen opuesta a la que tienen acostumbrados a conceder como local. 

La afición: un apoyo persistente. (Foto: Carla Cortés | Vavel)

Una asignatura más que pendiente

Nuno continua guiando al equipo por el camino correcto, pero fuera de casa, no encuentra la fidelidad, la constancia y regularidad que debe tener un equipo champions. El técnico luso lucha por encontrar la tecla que les otorgue la perfección. Sin embargo, los números y la imagen mostrada durante la temporada a domicilio no arrojan tranquilidad y serenidad a equipo y afición. Una importante ausencia de identidad, y juego. Una asignatura más que pendiente. El balance cuando los blanquinegros viajan fuera de Mestalla es mediocre. 10 partidos con 13 puntos de 30. Tan solo tres victorias cosechadas contra Getafe, Villarreal, y Eibar, con tres empates y cuatro derrotas. Números que deben mejorar si se pretende lograr el objetivo final, esa ansiada vuelta a la Champions League. El problema reside, además de los resultados, en la imagen. Los pupilos de Nuno, a pesar de jugar una sola competición, prosiguen sin conseguir trasladar la personalidad que juegan en Mestalla a domicilio. El equipo echa en falta a la afición, a Mestalla, y la afición no entiende esa metamorfosis que sufre su equipo. 

La tecla

Con las vueltas de Piatti, Barragán, y Feghouli, Nuno vuelve a contar con la plantilla al completo. Vuelta al trabajo. Equipo técnico y plantilla empiezan de cero para encontrar la famosa tecla. Hay que sumar puntos. Hay que dar una buena imagen. Jugar a fútbol como algo básico. Dieciocho jornadas, dieciocho finales. 8 de local, 10 de visitante. Próxima parada: Cornellà-El Prat. Mal recuerdo tiene afición y equipo, ya que fueron apeados de la competición copera hará cerca de un mes. Un tropiezo que supuso el fin a una gran ilusión. Borrón y cuenta nueva. Solo vale ganar, ganar, ganar, y volver a ganar.