Al final del día, los focos dejarán de alumbrar y descansarán durante un tiempo. Este fin de semana, el último de la temporada en el fútbol estatal, se antoja vital para los intereses de muchos equipos a lo largo de la geografía española, que echarán el resto para conseguir un ascenso que llevan persiguiendo más de diez meses. En Vizcaya, por primera vez en muchos años, tres serán los equipos que luchen en las finales por su plaza en Segunda División B: Gernika, Portugalete y Arenas de Getxo, que por tercera vez consecutiva se encuentra a las puertas de la categoría de bronce. Así las cosas y a expensas de la eliminatoria del Bilbao Athletic ante el Cádiz por un puesto en Liga Adelante, ocho podrían ser los equipos vizcaínos que conformen la categoría, algo inaudito hasta la fecha y que solo cuenta con un precedente cercano: los siete que disputaron la temporada 1996/1997 con Barakaldo, Lemona, Zalla, Zamudio, Bermeo, Bilbao Athletic y el propio Gernika.

Y además, parte de la tarea está hecha. Tanto Arenas como Gernika supieron sacar petróleo de sus visitas a Las Gaunas y El Sadar y jugarán la baza del resultado favorable en casa. Los de Javi Luaces, que aprovecharon el irregular final de temporada precisamente de los getxotarras para colarse en el segundo puesto de la clasificación regular, plantearon un partido trabado del que supieron sacar más rédito que el Osasuna Promesas gracias a un gol de Zarandona, que remató de chilena desde el punto de penalti. El rechace de uno de los centrales rojillos acabó colándose en su propia meta para deleite de los más de 150 aficionados desplazados hasta tierras navarras. Por primera vez en este play-off, los blancos no deberán remontar en Urbieta, como ya hicieron ante el Mercadal en primera eliminatoria y ante Jerez, en un partido no exento de polémica de la que se vieron beneficiados y terminaron consiguiendo el pase en la prórroga. 

A la tercera puede ser la vencida para el Arenas, que trae un buen resultado de la ida

Idéntico resultado consiguieron los de Jon Pérez ‘Bolo’ ante la SD Logroñés, que pese a jugar en casa y haberse marcado como objetivo prioritario el ascenso, no gozó de balón en ningún tramo del partido y se vio a remolque de un equipo rojinegro que gozó de las ocasiones más claras. Además, la expulsión de Iñigo a la media hora de juego facilitó la labor de los de la margen derecha, que a través de Javi López consiguieron anotar fuera de casa e intentarán finiquitar, con el bajón del último tercio de temporada superado y ya sin los fantasmas del pasado año –el Trival Valderas arrinconó a los areneros en La Canaleja y dieron la vuelta al resultado– este sábado en Gobela.

Para ello, la afición ya ha respondido al llamamiento del equipo y en tres horas agotaron las entradas disponibles. Se espera una gran fiesta en el feudo getxotarra para vivir la posible vuelta de un histórico del fútbol español a la Segunda División B más de 35 años después. La delicada situación deportiva de los riojanos, con dos sancionados y sin lateral izquierdo por la marcha prematura de Félix Bárez en busca de una oportunidad en Eslovenia, también esperanza a una afición incansable que no ve el momento del pitido inicial.

Al Portugalete solo le vale ganar

La peor de las suertes cayó del lado del Portugalete. Es el claro ejemplo de la irregularidad de la Tercera División, que puede convertir a un equipo sólido y en buena forma tras lograr campeonar en uno de los grupos más complicados en algo, por momentos, vulnerable y con falta de chispa. Los jarrilleros, en un play-off duro y donde han cosechado las mismas derrotas que en toda la temporada regular, disputaron un encuentro gris en la ida de su final ante el Cayón del que pudieron salir peor parados. Urko Macías, guardameta del conjunto vizcaíno, salvó a su equipo de un descalabro que hubiera dificultado la eliminatoria. Los cántabros, que disputan por primera vez una plaza para la tercera categoría nacional en el año de su centenario, fueron superiores y esperan, tal y como lo hicieron en las anteriores eliminatorias, dar la campanada y disfrutar del premio del ascenso.

La Florida decidirá el último de los ascensos a Segunda División B en la tarde de domingo, donde solo ha dejado de sumar de tres en tres una única vez esta temporada. La misma afición que siete días antes del partido que puede devolver al equipo de la margen izquierda a una categoría que no conoce desde 2006 tiñó Sarón, aún más si cabe ya que ambos aspirantes visten igual, de gualdinegro, prepara un día festivo que comenzará a mediodía con animación y comida popular. Ese triplete puede suponer algo inédito para el fútbol de Vizcaya.