La temporada 2014/2015 ha llegado a su fin para la suerte del mallorquinismo, que ha vivido otra decepcionante campaña en la Liga Adelante. El Mallorca afrontaba su segundo año en el infierno con la intención de volver a Primera y celebrar la temporada del centenario donde un club con esta historia merece, pero por desgracia no ha sido así. 

La pretemporada fue de lo más movida, tanto a nivel deportivo como a nivel institucional. El vestuario necesitaba profundos cambios después de sufrir un horrible debut en Segunda División, y veteranos como Dudu Aouate, Antonio López y Nunes dejaron el equipo, además de otros jugadores de peso como Emilio Nsue, Alejandro Alfaro y Tomer Hemed. 

La directiva tuvo que emplearse a fondo para recomponer un equipo con tantas bajas. Se consiguió retener a algunos jugadores importantes como Marco Asensio, Pedro Bigas y Joao Víctor. Además, el equipo se reforzó con la llegada de jugadores con experiencia en la categoría como Manuel Arana, Jesús Cabrero, Fofo o Cristian Bustos. Por último, Pau Cendrós y Michael Pereira empezaron su segunda etapa en el club. 

Caos institucional 

Durante el verano fueron varios los rumores que apuntaban a una posible compra del club. El primer interesado fue Aoaute, que tenía un preacuerdo con Serra Ferrer para la compra de sus acciones y después fue el turno del italiano Filippo Ghirelli, que llegó a viajar a Mallorca. Al final, el conjunto balear empezó la temporada con Serra Ferrer como máximo accionista, con Biel Cerdà como presidente y con el alemán Utz Claassen y Pedro Terrasa en la oposición. Algo que no acabaría bien. 

El Real Mallorca fue un caos. Dudu Aouate irrumpió en las decisiones deportivas como supuesto comprador del club, lo que le dio potestad para hacer y deshacer a su antojo. Echó a Soler y marginó al director deportivo para decidir los fichajes a su gusto. 

La gestión del israelita no sirvió para nada, ya que meses después anunció que desistía de la lucha por la compra de las acciones y que, por tanto, no volvería a intentar hacerse con el control del club debido a los desentendidos con Biel Cerdà, quien con un  ridículo porcentaje de acciones había conseguido un poder infinito como bisagra en un accionariado sin mayoría y enfrentado entre Serra Ferrer y el grupo de Claassen 

La figura de Serra Ferrer fue debilitándose a lo largo de la temporada. Su etapa había acabado y fue desvinculándose poco a poco del conjunto balear para pasar a ser únicamente accionista, hasta que en enero, después de cuatros años y medio en el accionariado del club, decidió vender a Claassen el 49,6 por ciento de sus acciones, después de que el alemán comprara a Terrasa su 25 por ciento. Empezaba una nueva etapa en el Mallorca. 

Cerdà se había quedado sin ningún tipo de poder, así que decidió vender su 5,4 por ciento de acciones a Claassen, que se había convertido en propietario absoluto de la entidad balar, siendo el primer propietario extranjero del Real Mallorca. 

Así acabó definitivamente la etapa de Cerdà en el Mallorca, el directivo más repudiado por el mallorquinismo, que tuvo que dejar de ir al palco (al igual que Serra Ferrer) al no ser bien recibido por la afición. De esta manera, se cerró un largo periodo de inestabilidad institucional y de guerras internas. El control de la mayoría accionarial del alemán inauguró una etapa de estabilidad en los despachos que no sirvió para mejorar los resultados deportivos del equipo.

Un inicio surrealista 

El director deportivo, Miguel Ángel Nadal, apostó por Miquel Soler y el catalán fue anunciado como nuevo técnico para la temporada 2014-15. Sin embargo, al cabo de un mes y después de haber confeccionado la plantilla a su gusto, Dudu Aouate fue nombrado mánager general y decidió sustituir al entrenador catalán por el ruso Valeri Karpin cuando faltaban diez días para el inicio de la competición.

El equipo sufrió un horrible comienzo de liga, sumando solo un punto de 12 posibles en los cuatro primeros partidos. La mala racha de resultados se prolongó y el equipo cayó al último puesto de la clasificación habiendo sumado dos puntos en siete partidos. A partir de ese momento, con el entrenador en la cuerda floja, el conjunto bermellón encadenó cinco victorias de manera consecutiva, lo que le permitió escalar posiciones y situarse a dos puntos de la promoción.

Foto: @agus_g_85

Posteriormente, el equipo entra en una dinámica irregular, consiguiendo más derrotas que victorias y siendo incapaz de amarrar un triunfo contra los equipos de la zona alta de la clasificación. Los bermellones sumaron tres derrotas de manera consecutiva, lo que provocó la destitución del entrenador ruso tras tocar fondo ante el Leganés. Karpin finalizó su etapa en el Mallorca con siete victorias, seis empates y once derrotas. 27 puntos de 72 posibles. Unos números que dejaron al equipo a solo 3 puntos de los puestos de descenso. 

Soler vuelve a escena

Miguel Ángel Nadal eligió a Soler para que volviera a hacerse cargo del conjunto bermellón, sucediendo, irónicamente, al entrenador que previamente habido sido elegido para ocupar su lugar.

En el mercado invernal el club acertó con los fichajes, que sirvieron para dar un salto de calidad a la plantilla y mejorar la situación. El Mallorca firmó al delantero Xisco Jiménez, que ayudó al equipo con nueve goles; a Joselu, y al centrocampista Héctor Yuste. Además, el club hizo un esfuerzo para traer devuelta a Albert Riera e ilusionar a la afición. Sin embargo, su fichaje salió rana y el club le suspendió de empleo y sueldo por declararse en rebeldía y publicar en su cuenta de Twitter que no seguiría en el Mallorca “mientras esté al que llaman entrenador”. 

Con Soler el equipo cambió y consiguió tres victorias seguidas, llegando a ofrecer un buen juego y haciendo soñar a la afición con alcanzar las posiciones de playoff. El equipo cosechó una buena racha de resultados y llegó a reducir la distancia con los puestos de promoción en cinco puntos. Tan solo fue un espejismo.

Fuego cruzado entre Soler y varios jugadores

Tras los buenos resultados el equipo volvió a verse inmerso en una pésima racha de seis partidos sin ganar. Los cambios que había introducido Soler en los últimos partidos no sentaron bien a parte del vestuario, y jugadores como Xisco Jiménez o Joao Víctor criticaron públicamente las rotaciones y cambios de sistema del entrenador. Xisco fue contundente y aseguró que si algo funciona no hay que tocarlo. Soler se defendió y aseguró que los jugadores buscan excusas para fallar, además de acusarles de no seguir sus instrucciones. La fractura en el vestuario era evidente. 

Los resultados conseguidos dejaron al equipo sin opciones de acabar la temporada en puestos de playoff y con riesgo de perder la categoría.

Reuniones maratonianas con los jugadores

Ante la situación, Claassen decidió reunirse individualmente y durante horas con los jugadores y con Soler “para conocer la opinión de todos y poder mejorar”. Las reuniones no sirvieron, ni mucho menos, para dar normalidad a la situación. La dirección deportiva decidió mantener a Soler en el cargo y, aunque sus resultados también fueran malos, bastaron para asegurar la permanencia a falta de tres partidos para finalizar la temporada.

Pésima imagen para concluir la temporada

El Mallorca se jugaba su honor y terminar la liga lo más alto posible pese a estar ya salvado y no tener opciones de entrar en posiciones de playoff. Sin embargo, el equipo se relajó,  perdió los tres últimos partidos y Soler anunció que había llegado a un acuerdo con Claassen para no seguir en el banquillo del Mallorca la temporada que viene.

El Mallorca ha vuelto a ser un fracaso. Utz Claassen y Miguel Ángel Nadal ya preparan la temporada 2015/16, que es la del centenario, con el único objetivo de luchar por el ascenso a Primera División. 

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Sobre el autor
Xavier Fornés
Periodismo en Palma de Mallorca