El Arenas de Getxo, treinta y seis años después, vuelve a la Segunda División B. Su cómoda victoria ante la Sociedad Deportiva Logroñés en la vuelta de la final, unido al resultado favorable que cosechó en la ida, aúpa al conjunto rojinegro a la categoría de bronce del fútbol español, que se le resistía desde 1979. Gobela lució sus mejores galas para vivir la mayor fiesta de su equipo en los últimos años, con los viejos fantasmas de intentos anteriores ya olvidados. Los de Jon Pérez fueron superiores en todo momento a su rival, incluso cuando las adversidades eran mayores, y no sufrieron para hacer bueno el gol de Javi López en Las Gaunas.

La victoria de la pasada semana en tierras riojanas alentó para que todo un pueblo acudiera en masa a presenciar el partido más importante de un histórico del fútbol español, hasta el punto de agotar, cinco días antes del choque, las entradas disponibles. Y el equipo respondió a la perfección. Conocedor de las limitaciones defensivas del Logroñés –se mostró muy endeble en campo propio durante los noventa minutos–, los getxotarras intentaron, desde el primer momento, asediar la meta de Gonzalo. Aitor Ramos y Javi López, dos de los mejores jugadores durante toda la temporada, causaban dolores de cabeza a la zaga visitante, que se vio desbordada por momentos.

Aitor Ramos vio dos amonestaciones en menos de un minuto

Pero precisamente fue el delantero bilbaíno el que iba a protagonizar el susto del partido. El árbitro mostraba a Ramos dos amonestaciones en menos de un minuto haciéndole ver el camino a vestuarios a falta de una hora. “Menos mal que mis compañeros han tenido más cabeza que yo”, declaraba el jugador tras el pitido final. Sin problemas para el Arenas. Los getxotarras sacaron a relucir la pegada que faltó en el último tercio de temporada regular para matar la eliminatoria. Javi López ponía rápidamente el 1-0 aprovechando un balón muerto tras una falta lateral, llevando la tranquilidad a la grada.

Matador

En la segunda mitad, ni atisbo de reacción riojana. Aranbarri se encargó de finiquitar la eliminatoria, y por tanto, el ascenso del Arenas. Su hat-trick, forjado en menos de quince minutos, sirvió para que la fiesta se adelantara en Gobela y los cientos de areneros comenzaran a celebrar el regreso a la tercera división nacional, que prosiguió con el pitido del árbitro y la invasión de campo por parte de los más pequeños. Los goles de León, en el 61’, y de Peña, ya en el descuento, maquillaron el resultado de un choque marcado por el monólogo al que los locales sometieron a los de Llona, a los que su hinchada no dejó de animar ni siquiera tras la derrota. Bolo, preparador rojinegro, seguirá al frente de la nave el próximo año en Segunda División B, para la que a partir de mañana trabajará.