Hace poco más de un año, el Real Zaragoza navegaba a la deriva. La continuidad del Club pendía de un hilo y todo se veía negro. Sin embargo, la aparición de la Fundación 2032 salvó a la Entidad, que en pocos días comenzó a trabajar para cerrar numerosos fichajes.

El primero en llegar fue Pedro Sánchez, procedente del entonces recién ascendido Córdoba CF, y lo hacía firmando con el club aragonés para cuatro temporadas, sinónimo de una de las cosas por las que se ha caracterizado su carrera: intención de echar raíces.

El alicantino no tardó en ganarse a su nueva afición gracias a su fútbol y, sobre todo, su entrega mostrándose siempre como el futbolista que se echa el equipo a las espaldas si las piernas flojean. Este año, a falta de ocho días para que el balón eche a rodar de nuevo, los aragoneses ven en Pedro un pilar fundamental de un equipo que volverá a pelear por ascender a Primera División.

Trayectoria marcada por el compromiso

El extremo blanquillo comenzó su carrera profesional en el Alicante CF, donde llegó a debutar con el primer equipo en el año 2008, cuando los alicantinos militaban en Segunda División. Tal fue su buen papel, que varios equipos importantes de la categoría de plata se interesaron en un entonces jovencísimo Pedro, que con 20 años terminó fichando por el Real Murcia.

En suelo murciano echó raíces disputando tres temporadas y 107 partidos con los pimentoneros, en las que, además, destapó su faceta más goleadora anotando 20 tantos. Entonces llegó el momento de cambiar, y apareció en escena el Córdoba CF, que se lo llevó hasta la ciudad andaluza.

En la escuadra blanquiverde, Pedro tuvo un papel importante durante las dos temporadas que permaneció allí. Pero su labor destacó en la campaña 2013/2014, que terminó siendo la del ascenso de los cordobeses a la élite. Durante la misma, el extremo diestro fue un jugador clave, sobre todo en el tramo final. Marcó ocho goles y jugó un total de 37 partidos.

Cruce de caminos

Pese a ser un futbolista clave en el retorno de los andaluces a Liga BBVA, el club no contó con Pedro y entonces apareció un recién renovado Real Zaragoza. El alicantino no se lo pensó dos veces y aterrizó en la ciudad aragonesa, donde consiguió destacar desde el primer momento.

Durante ocho jornadas, Pedro permaneció lesionado. Tras su vuelta, siguió siendo un futbolista importante.

La banda derecha del equipo maño tuvo dueño claro desde el primer partido. Sin embargo, una inoportuna lesión en la jornada 3 ante el Barcelona B, le tuvo apartado de los terrenos de juego durante nueve semanas, hasta que en la jornada 12 volvió a disputar el choque frente al Sporting de Gijón.

Una vez que volvió a estar disponible, el extremo derecho fue un fijo de nuevo en el once titular tanto de Víctor Muñoz como de Ranko Popovic. Así, Pedro terminó por disputar 36 partidos y sumó un total de 3.026 minutos. Sus siete goles también fueron claves para que el Real Zaragoza terminara por entrar en puestos de playoff de ascenso.

También Pedro reflejó en numerosos partidos su ya conocida polivalencia, actuando en ambas bandas e incluso por detrás del delantero. Polivalencia que dotó al equipo zaragocista de un plus de calidad en la zona de ataque, donde además el blanquillo se encargó de ejecutar la mayoría de las jugadas a balón parado.

El Real Zaragoza le sigue necesitando

Su fabulosa labor, vista tan solo empañada por la lesión de principio de temporada y algún encuentro más gris, ha hecho de Pedro un futbolista vital para los intereses del Real Zaragoza.

Y es que, pese a solo llevar una temporada en las filas zaragocistas, el alicantino ya se ha erigido como uno de los pilares sobre los que construir el fútbol del equipo. Además, con las constantes idas y venidas de futbolistas dada la situación financiera del Club, Pedro se convierte para la próxima campaña en uno de los futbolistas más veteranos e, incluso, podría optar a ser el capitán de la escuadra maña.

Con tan importantes galones afronta Pedro Sánchez la que será su segunda temporada en el Real Zaragoza, donde siempre manifestó su deseo de continuar. Por su trabajo y por esa muestra de compromiso, la afición blanquilla se encomienda a su labor que, a buen seguro, seguirá sumando alegrías en la tardes de fútbol que vivirá la vieja Romareda.