Nueve jornadas: seis derrotas, una sola victoria y dos empates que suman un total de cinco puntos. Así se encuentra el Getafe B tras más de dos meses de competición, como colista del grupo. El filial azulón comenzaba la temporada con una plantilla renovada casi en su totalidad, pero con varias caras conocidas. El encargado de repetir la hazaña de la campaña anterior en la que el equipo rozó el sueño de los playoffs con la punta de los dedos era José Luis Navarro.

Pero lo cierto es que los recuerdos de una temporada prácticamente idílica como la anterior, nublaron la mente de los azulones de cara al inicio liguero y el primer tropiezo llegó en casa, en la primera jornada frente al Fuenlabrada, en la que el Getafe B encajó un duro 0-3 que fue un gran jarro de agua fría. El regocijo de tiempos mejores se esfumó de un plumazo y el filial se vio al borde del precipicio. Aunque todavía quedaba y queda tiempo parar virar la dirección y no encallar en las rocas del descenso. Al fin y al cabo esto no hacía más que empezar.

Llegada a buen puerto: solo una

El segundo partido en casa dejó mejores sensaciones sin lugar a dudas, un equipo bien colocado en el campo, con profundidad e intensidad que parecía querer declarar que lo visto hasta el momento había sido un mero error de cálculo, que las direcciones estaban ya recalibradas y que el Barakaldo simplemente había sido la primera víctima de sus cañones. Tres impactos certeros concretamente fueron los que dieron la victoria al Getafe B en la Ciudad Deportiva, dejando el marcador con un 3-1 al final del encuentro.

Pero eso solo fue un tímido rayo de sol entre mil nubarrones. Rayos y truenos cayeron sobre el buque azulón en las siguientes etapas de esta travesía. Tres derrotas seguidas y luego un empate que apenas sirvió para achicar el agua de la cubierta.

La tormenta ha ido destrozando el casco de este Getafe B y hasta frente a embarcaciones de menor escala, los cañones parecen haberse encasquillado. Al filial azulón le falta intensidad, profundidad y con ellas, el mayor aliado: el gol. Es el equipo que más goles ha encajado (16), empatado con el Leioa, además solo lleva seis tantos a su favor, por encima únicamente del Mensajero La Palma (cuatro).

Capitaneando el buque: las lesiones

Por si fuera poco, cada jornada la tripulación del navío azulón se ha visto mermada. Hay jugadores, como el central Carrillo, que aún no han vestido de corto esta temporada. Y cuando unos vuelven, ya recuperados, otros caen. José Luis Navarro no ha podido disponer de toda su plantilla en ninguno de los encuentros ligueros.

Ahora mismo se encuentran lesionados: Carrillo; Juan Hernández, máximo goleador el equipo que lleva dos semanas de baja tras retirarse lesionado frente al Talavera; Alberto Carbonell, el capitán era sustituido en el choque frente a La Roda por molestias físicas; también por molestias se retiraba Noblejas antes del descanso frente al CD Ebro, en su lugar entraba José Carlos, quien llevaba apenas cuatro días entrenando tras dos meses de lesión. También frente al Ebro volvía Juanjo Chavalés, lesionado desde la primera jornada de liga, en la que apenas disputó el primer cuarto de hora de partido. Igualmente Theo Di Rosa comenzaba la temporada lesionado, aunque parece que ya está recuperado del todo. Asimismo, Juan Arcas estuvo fuera del grupo un par de semanas tras recibir un duro golpe en la cara frente al Gernika y tener que ser intervenido quirúrgicamente.

Sin embargo, jugadores hay y como apuntaba Borja Galán tras el encuentro del pasado domingo: "Los que estemos sobre el campo tenemos que darlo todo. Hay muchas cosas que mejorar y no podemos fijarnos en las lesiones ni sancionados. Somos los que somos y hay que sacarlo adelante".

Nuevo jefe de máquinas: Rubén De la Red

Buscando culpables a la tormenta, la entidad azulona ha acabado por prescindir de los servicios del hasta ahora técnico del filial, José Luis Navarro. Hasta qué punto la derrota frente a un rival directo como el Ebro fue determinante  para el cambio de entrenador es un aspecto desconocido, puesto que el nuevo jefe de máquinas del buque azulón se encontraba en la grada de la Ciudad Deportiva el pasado domingo.

Rubén De la Red, exfutbolista azulón, internacional absoluto y campeón de la Eurocopa 2008, lleva varias temporadas entrenando en las diferentes categorías inferiores del Real Madrid. En las temporadas 2010-11 y 2011-12 fue segundo entrenador del Juvenil A, en la 2012-13 primer entrenador del Cadete B, en la 2013-14 del Cadete A y en la pasada campaña (2014-15) entrenó al Juvenil B.

Por delante tiene un reto: sacar al Getafe B del abismo y evitar su hundimiento. El filial azulón por lo pronto se encuentra tocado y los malos augurios gritan que en dirección a las rocas del descenso si las máquinas no viran el rumbo e invierten el sentido pronto. Rubén De la Red tendrá que asumir el papel de faro iluminador en esta odisea en la que se ha convertido tempranamente la temporada del Getafe B.