El lunes se disputará en el Coliseum Alfonso Pérez el partido que cerrará la duodécima jornada de la Liga BBVA, y que enfrenta al “Geta” contra el Rayo Vallecano. Los vallecanos llegan con 13 puntos, tres más que el cuadro azulón, y en el puesto 12. 4 partidos ganados, 1 empate y 6 derrotas nos muestran a un equipo lleno de luces y sombras.
Un equipo definido por su intermitencia
Tan pronto va ganando a los 10 minutos de juego, como le ocurrió contra el Granada la pasada jornada, como gana 3-0 al Espanyol o realiza un gran partido ante el Barcelona (a pesar del 5-2 final) como de repente pierde 0-3 en Vigo, el Sevilla le remata en el Pizjuán a 4 minutos del final (3-2) o empata en casa con el Valencia.
Muestra de ello son las tarjetas que recibe cada encuentro. El Rayo es el equipo con el que más tarjetas rojas ha sido amonestado. Un total de 5 y todas ellas en encuentros y por jugadores distintos. Aunque si bien es cierto que no les ha ido demasiado mal jugar con un jugador de menos (han conseguido 3 victorias y 2 derrotas en los mismos), tener que modificar la defensa por obligación en tantas ocasiones no es un sinónimo de continuidad, precisamente.
Por otra parte, motivación no les falta, y si hace poco Emiliano Velázquez declaraba que el Getafe era el tercer equipo de Madrid, a Trashorras no le faltó tiempo para afirmar rotundamente que el Rayo es el mejor equipo de Madrid, “estoy aquí y es el mejor”. Su confianza junto con todos los resultados negativos que el Getafe ha cosechado contra los rayistas en los últimos tiempos les convierten en un rival a tener en cuenta.
Bajas
De cara al derbi madrileño, el Rayo cuenta con cuatro bajas. La hernia de Cobeño que le dejó K.O. al principio de temporada, la rotura del ligamento cruzado de Toño contra el Granada y la reciente lesión en el tendón del hombro derecho de Rat mientras jugaba con su selección. Tampoco puede jugar Zé Castro debido a la tarjeta roja que recibió la pasada jornada.
Las urgencias en la portería de los vallecanos son un hándicap a tener en cuenta, pero si el Getafe realmente piensa en vencerlos deberá, como mínima, practicar el mismo buen fútbol que el que desplegó durante la primera parte del partido contra el Eibar.