La esencia base del equipo se ha perdido de un año a otro. Un conjunto que no sabe como afrontar los partidos, sobre todo fuera de casa. No hay lucha, no hay entrega, en cada balón dividido siempre sale victorioso el rival. Una imagen paupérrima del Sevilla que aún con la dificultad añadida que suponían equipos como la Juventus y el Manchester City, ha sido apabullado por el supuesto rival "más débil" del grupo, el Borussia Mönchengladbach. Concretamente 4-2 ha sido el resultado final, maquillado al final gracias al empuje de Krychowiak y el penalti que ha provocado, que permite tener ganado el goal average a los alemanes en caso de empate a puntos.

Objetivo: Sergio Rico

Los alemanes salieron con un único objetivo claro: perforar la portería del cancerbero español cuanto antes y desde cualquier lugar. Y desde el minuto, con un disparo de Raffael no cedieron en su empeño. Y así hasta llegar a la primera media hora de juego, con hasta seis intervenciones de Sergio Rico, casi todas desde fuera del área: un verdadero asedio. Sobre el minuto 29, llegó el premio a tanta insistencia para los alemanes, con un centro chut desde la banda izquierda que solo y ante la pasividad de la defensa sevillista, Stindl batía a placer al cancerbero sevillista desde prácticamente el área pequeña.

Antes, el signo del partido podría haber cambiado. Concretamente en el minuto 9: una jugada individual de Gameiro que acertaba a rematar el francés y que exigía al guardameta Sommer desviar a córner. Y al cuarto de hora de juego, un contragolpe llevado a la perfección por Gameiro y Konoplyanka, este último disparaba demasiado fácil con su pierna menos buena, la izquierda. Ocasión clarísima.

Krychowiak / Krohn-Dehli / Banega no ha funcionado

Se esperaba mucho de este centro del campo formado por la fuerza y el despliegue físico del polaco, el contador de kilómetros y el buen hacer de Krohn-Dehli, junto a la calidad y al último pase de Banega. Pero nada más lejos de realidad, ni Krychowiak que lo juega todo y no descansa, ni Krohn-Dehli que venía de lesión, han podido robar y suministrar de posesión y balones al argentino. Esta facción del terreno ha tenido un solo color. De hecho, en el minuto 63, Emery decidió dar marcha atrás en su planteamiento, pese a ir por detrás en el marcador, y optó por N´Zonzi, un jugador más físico y menos técnico que el danés, Krohn-Dehli. Pero ni por esas, lejos de lograr el empate con otra ocasión de Gameiro dentro del área y solo ante el portero, lo que llegó fue el dos a cero, obra de Johnson. Corría el minuto 68. El sueño de la Champions se esfumaba, debido a la incapacidad sevillistas y a la victoria momentánea de la Juventus que se estaba sucediendo en Turín.

Pero la pesadilla no había terminado aún. En el minuto 78, Raffael hacía el tres a cero e igualaba el resultado de la ida cosechado en el Pizjuán. El partido estaba roto y el Sevilla hecho añicos, desmenuzado. Emery, que antes del tercer gol y perdiendo ya toda opción de Champions, decidió cambiar delantero por delantero, dando salida a Llorente por Gameiro. Ocho minutos más tarde, un gran pase del riojano dejaba solo a Vitolo para que este con un toque sutil batiese al guardameta alemán, era el 3-1. Un espejismo, pues un minuto después, Lars Stind cerraba la cuenta de los alemanes con su segundo tanto de la noche. Ya en el descuento y debido a un arrebato de Krychowiak, el polaco decidió hacer la guerra por su cuenta e internarse en el área con un autopase. Fruto de la infracción al interceptarlo consiguió sacar un penalti, que bien puede valer seguir participando en Europa, en la competición fetiche del equipo, la Europa League.

Imagen nefasta

Pese a la remota posibilidad de acabar terceros, este Sevilla ha defraudado y mucho tanto a sevillistas como a aficionados a este deporte pero ajenos al equipo de Nervión. Es cierto que ha sido el grupo más duro de todos, pero la imagen ofrecida no es ni de cerca a la que se esperaba de este equipo que si algo le ha caracterizado siempre ha sido su coraje, lucha y entrega. Aptitudes que salvo en el primer partido, ante este mismo rival y en el Etihad ante el Manchester City, donde pudieron ganar y acabaron perdiendo, apenas se han visto.