Al igual que en la novela de Robert Louis Stevenson, El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde, la UE Llagostera posee la rara enfermedad del trastorno psiquiátrico de la doble personalidad, que convierte al equipo en algo totalmente diferente cuando juega en casa o cuando juega fuera.

Y este sábado en Palamós, le tocaba el turno al bueno, al Dr. Jekyll. Pero además lo hizo recuperando la esencia de siempre, la de la intensidad desde el primer minuto, la de la portería a cero (fundamental) y la del equipo con fe. 

Nada más comenzar el partido, las intenciones de los dos equipos quedaron claras para el espectador. Tocaba divertirse. Una primera ocasión para el Llagostera a la que no llegó Samu por muy poco, un primer centro con peligro del Huesca que despejó de puños René o un intento espectacular de vaselina de Machís que detuvo el meta local, muy atento. Jugaban bien los visitantes pero los locales aún mejor.

Juanjo tuvo el primer gol al cuarto de hora, pero su disparo desde dentro del área, muy flojo, lo detuvo el meta oscense. Y a reglón seguido, Mainz pudo adelantar al Huesca con un remate demasiado centrado que detuvo muy bien René, que estuvo salvador en la siguiente jugada, parando un remate a bocajarro con una de esas intervenciones que le llevaron a ser el mejor portero de la temporada pasada.

A los 20 minutos de encuentro, comenzó el festival de Pitu lanzando faltas. La calidad del centrocampista catalán sólo se puede medir en la misma medida que a Iniesta, Isco, Nolito o cualquiera de los grandes de primera división. Un show y una delicia para la vista. Un saque de falta dirigido a la escuadra que Whalley supo despejar con un vuelo acrobático y magistral. Fue como un calentamiento para Pitu que, unos minutos después, repetía desde la misma posición y misma distancia. Ahí Pitu ya no perdonó. Limpió las telarañas de la portería de Whalley que, en un bonito gesto, felicitó al centrocampista del guante en la zurda.

Con un gol de ventaja, la UE Llagostera jugó con más comodidad, ya sea por la confianza que les dio el gol, o porque la SD Huesca se vino un poco abajo. Sin embargo, fueron los visitantes los que tuvieron una ocasión inmejorable para empatar antes del descanso con otro remate a bocajarro desde dentro del área pequeña. Lo que hizo René Román en esa jugada fue, simplemente, coger una escalera, subir al video marcador, borrar el 1 en el casillero oscense y volver a poner el 0. Salvador.

El penalti más largo del mundo

La segunda mitad comenzó con otra falta para Pitu Comadevall. Otra vez esa "zurdita", otra vez buscando la escuadra y Whally que despejó como buenamente pudo. El Llagostera salió decidido a cerrar el choque. Y lo consiguió gracias a un gol de Juanjo que no perdonó dentro del área pequeña una dejada de cabeza de Chus Herrero tras un saque de banda de Samu.

Pero casi de inmediato, el colegiado señaló penalti en el área local. Parecía que los locales tendrían que volver a remar contra corriente.

Luis Fernández colocó el balón con mimo. Miró a René. Lanzó y...gol. Pero el árbitro observó que varios jugadores visitantes entraron antes de tiempo al área y ordenó repetir el lanzamiento. Luis Fernández colocó el balón con mimo. Miró a René. Lanzó y...Paradón de René que ésta vez le adivinó el lanzamiento. Pero el árbitro observó que varios jugadores del Llagostera habían entrado en el área antes de tiempo y ordenó repetir el lanzamiento. Luis Fernandez colocó el balón con mimo, ya menos mimo. Tevenet, el míster sevillano del Huesca, indicó a Luis Fernandez que no lanzara otra vez él, que dejara probar a otro compañero. Sabía que la guerra psicológica la había ganado René. Y Luis Fernández dijo que no. Que tenía confianza. Miró a René. Lanzó y...fuera. El balón salió por encima del larguero muy desviado. Final de la presencia oscense en Palamós. 

A partir de ahí, el Llagostera dio un pequeño paso atrás y se limitó a que pasaran los minutos intentando algún contragolpe. El Huesca no aprovechó el temblor de piernas de los locales que, con miedo a perder lo ganado, dejaron escapar el control del partido. 

Sólo quedaba tiempo para otra falta magistral de Pitu, con nueva parada de Whally, otro chut de Pitu desde lejos que salió rozando la escuadra, un tiro al palo de Luis Fernandez ya con el tiempo cumplido y la expulsión de Machís por doble amarilla por simular una falta a tan sólo 10 segundos del final del partido, de éste buen partido.

Y ahora espera la historia, la gloria, la Copa del Rey, el Deportivo de la Coruña. Justo cuando el Llagostera recupera su esencia, su espíritu. Justo cuando Mr. Hyde parece que por fín ha sido derrotado.