Sobre el papel, un Sevilla-Valencia enciende las alarmas porque es un duelo en la parte noble de la tabla en un histórico como es el Estadio Sánchez Pizjuán. Este encuentro en particular tiene un valor añadido en tanto que ambos conjuntos están atravesando un momento de forma sorprendentemente inferior al que acostumbran y es esperable que salgan con las espadas por todo lo alto desde que el trencilla dé el pitido inicial. 

Nada es más peligroso que un equipo sin esperanza

Quizá uno de los mayores peligros que ofrece el Sevilla FC es, precisamente, que la lamentable imagen que han dado en los últimos partidos - culminando con la reciente eliminación de la UEFA Champions League - acabe siendo el golpe de motivación necesario para poner a trabajar a una plantilla de una calidad innegable.

Pese a su estado actual, la plantilla de Unai Emery es de las más compactas y competitivas de la Liga BBVA y frente a su afición mantienen el nivel, por lo que el Valencia no podrá dormirse en los laureles, porque el Sánchez Pizjuán no admite asaltos forasteros.

A los pies de Banega y Konoplyanka

Si el Sevilla se propone salir a por el encuentro, deberá encomendarse necesariamente a Éver Banega. El rosarino dispone de calidad suficiente para hacer jugar y llevar la voz cantante en el despliegue ofensivo del conjunto hispalense. Su visión de juego y su precisión con el balón le convierten en un jugador de importancia capital para los de Emery. 

Por su parte, el ucraniano Konoplyanka ha demostrado en más de una ocasión que puede ser un futbolista determinante en encuentros de alto voltaje. Su desempeño en banda izquierda, con velocidad y creativo en la asociación, le han catapultado a categoría de intocable. 

Sólo puede quedar uno

Este escenario es el que acogerá el encuentro que promete saldarse con un intercambio de golpes sin precedentes entre dos equipos con el orgullo herido.