Un niño con melena rubia era la esperanza del fútbol base del Espanyol. Captaba todas las miradas por televisión cuando llegaban los torneos que mostraban los futuros talentos. Rubén Herráiz (Barcelona, 1994), conocido futbolísticamente como Rufo, enamoraba siendo el pequeño cerebro de una gran horneada de canteranos. 

El atacante tuvo que marcharse a tierras del sur para enrolarse en las filas el Atlético Malagueño cuando el caos se adueñó de una de las mejores canteras de España. Tres años más tarde, sin melena y con barba, Rufo ha vuelto al Espanyol, a su casa.

Pregunta: ¿Cómo es que le llaman Rufo?

Respuesta: Mi padre me llamaba así en casa y mis compañeros del Alevín lo escucharon. En el vestuario lo comenzaron a repetir varias veces y así se ha quedado.

P: Siempre se ha dicho que Rufo era la gran esperanza de la cantera periquita, ¿era usted del Espanyol antes de llegar al club?

R: La verdad es que a mí de pequeño me gustaba el Atlético de Madrid. Tenía hasta camisetas en casa.

P: Los diferentes torneos de máximo nivel que se organizan en las categorías inferiores siempre son bonitos de ver por televisión. Usted jugó unos cuantos, ¿qué recuerdo tiene de ellos?

R: Guardo un gran recuerdo del Torneo Brunete. Perdimos la final contra el Barça y al año siguiente, en el Torneo de Arona, ganamos contra la selección de Camerún. Esos torneos para los niños son muy bonitos. Siempre me dicen que fui nombrado Mejor Jugador de Brunete pero al final el premio se lo dieron a un jugador del Barça.



P: No es ningún secreto que el Barça tenía miedo de enfrentarse al Espanyol porque estaba usted.

R: La verdad es que no sé si eso es cierto. Me tendrían respeto, pero no miedo, sería extraño. Yo le ponía siempre muchas ganas y lo más importante era disfrutar. He pasado unos grandes años en las categorías inferiores del Espanyol.

P: ¿A qué edad un futbolista de cualquier filial comienza a ser consciente de sus objetivos?

R: A partir de la edad Juvenil no ya comienza a ser consciente que el objetivo es llegar al primer equipo. Cuando era más pequeño no pensaba en eso. Compañeros míos en la cantera como Pau López, Joan Jordán, Rubén Duarte y Víctor Álvarez ya están en el primer equipo; y Sergi Darder estuvo en el Málaga y ahora en el Olympique de Lyon.

P: Usted ha sido una de las grandes promesas de la cantera periquita e incluso se le ha comparado con leyendas del Espanyol. ¿Sintió presión cuando jugaba en el fútbol base?

R: Nunca he tenido presión. Me lo tomaba como un juego. Es cuando uno va creciendo y quemando etapas cuando ya se toma el fútbol de un modo más profesional. A partir de Juvenil comienza el fútbol de verdad ya que dejas de enfrentarte a jugadores de tu misma edad a gente con experiencia y rondando los 30 años con mil batallas a sus espaldas. A mí me pasó cuando me fui al Málaga Atlético, en Tercera División.

P: ¿Cómo definiría la rivalidad entre el Espanyol y el Barça en las categorías inferiores?

R: Es ‘El Partido’. Cuando yo era pequeño y jugaba contra otros equipos, el Cornellà o el Badalona por ejemplo, estaba tranquilo; sin embargo, contra el Barça tenía los típicos nervios de querer salir al campo cuanto antes. Me acuerdo especialmente de un derbi en Alevín que se jugó en El Nou Sardenya y era la final de la Copa Catalunya. En aquella final marqué.

P: Usted fichó por el Atlético Malagueño después de estar toda la vida en el Espanyol. ¿Le costó separarse de su  familia?

R: Al principio sí que me costó. El caso es que yo tenía un amigo en Málaga que lleva tiempo viviendo allí con su familia, entonces mi madre habló con la suya y estuve viviendo con ellos los dos primeros meses. Durante mi etapa en Málaga ellos han sido como mis tíos: me apoyaron y sin ellos hubiera sido mucho más difícil. Mis padres cada dos o tres meses venían a verme.

Foto: Héctor Farrés - VAVEL

P: Se marchó justo después de hacer el doblete con el Juvenil del Espanyol y quedarse a un paso del triplete. ¿Lo consideró como un paso hacia atrás?

R: Yo quería continuar en el Espanyol pero, como todo el mundo sabe, en aquella época hubo unas  actitudes raras en la coordinación del fútbol base y Manel Casanova, que me conoce muy bien, me ofreció irme al filial del Málaga. No me lo tomé como un paso atrás.

P: ¿Qué diferencias hay entre el filial espanyolista y el malagueño?

R: Pues tampoco hay muchas, la verdad. Tal y como está el fútbol hoy en día muchos equipos tienen que tirar de cantera. Allí han salido Sergi Garder, que también se marchó del Espanyol, los dos Samus que están en el Villarreal o Pablo Fornals. En el Espanyol también está teniendo mucho peso la cantera y espero que así sea durante mucho tiempo.

P: Una de las grandes noticias de este verano en el filial fue su retorno al Espanyol. ¿Cómo se gestó su vuelta?

R: A finales de mi segundo año en Málaga el Espanyol se puso en contacto con mi representante para que volviese. No pudo ser por mi situación contractual ya que tenías tres años firmados. Este año hice un mes de pretemporada con el primer equipo y me comentaron que no tendría hueco y que mi sitio estaba en el filial. No quería pasarme otro año en Tercera, sabía que el Espanyol todavía andaba detrás mío y le dije a mi representante que quería volver. Siento que he vuelto a mi casa porque este es mi décimo año vistiendo la blanquiazul

P: ¿Manel Casanovas, su principal valedor tanto en el Espanyol como en el Málaga, le puso algún impedimento para marcharse del Atlético Malagueño?

R: Casanovas comprendió que en aquel momento que yo tenía que dar el salto al primer equipo del Málaga o dar un paso adelante a otra categoría.

P: En el Espanyol B se le ha visto muy cómodo con libertad de movimientos. Adrià Dalmau es la referencia goleadora del equipo y usted su pareja de baile perfecta ya que lleva cinco goles y unas cuantas asistencias. ¿Se ve en una posición más atrasada en un futuro?

R: Antes de irme al Málaga sí que era más mediapunta. Allí crecí como futbolista porque comencé a jugar de delantero y metí varios goles y ahora en el Espanyol B también llevo alguno que otro. Me es indiferente marcar o asistir; para mí vale lo mismo.  

Foto: Héctor Farrés - VAVEL

P: ¿Cómo fue debutar con el primer equipo en Copa del Rey?

R: Es inimaginable. Fue un sueño cumplido. De pequeño siempre me preguntaba si cuando llegara el momento estaría nervioso. La verdad es que no lo estaba. Solamente quería disfrutar y esos minutos fueron los más rápidos de mi vida. Simplemente no quería que el árbitro pitara el final.

P: De todos los jugadores del Espanyol, ¿con cuál se quedaría? ¿Y del Málaga?

R: Siempre me fijo más en los jugadores de ataque. Aunque esté cedido me quedaría con Marco Asensio. Por parte del Málaga escojo a Pablo Fornals, que hizo la pretemporada con el primer equipo y ahora ya está jugando en Primera División pese tener ficha del filial. Incluso le marcó al Granada.

Test personal

¿Qué le hace feliz? Estar con la familia

Su mejor virtud: Perseverancia

Su peor defecto: Cabezonería

Su mayor temor: Las lesiones

Un ídolo que no sea futbolista: Bono, de U2

¿Qué cualidades valora más en una persona? Sinceridad

Una comida: La sopa de mi abuela y los canelones de mi otra abuela

Una afición: Jugar al FIFA

Una bebida: Nestea

Un libro: El niño con el pijama de rayas

Una película: La lista de Schindler

Un deporte: Baloncesto

Un estadio de fútbol: Cornellà-El Prat

Un jugador de fútbol para recordar: Gerd Müller

Un jugador de fútbol para olvidar: Julien Faubert, fue gracioso que lo engancharan durmiendo

Un lugar para vivir: Barcelona

Un lugar para visitar: Málaga

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Sobre el autor
Santi Gilabert | Héctor Farrés
periodismo. Siempre al lado del Espanyol. Muy en contra de la Liga española y sus desigualdades. Prefiero la Premier y el Aston Villa.