Año 1990. El CD Logroñés se queda a las puertas de la Copa de la UEFA. Dos décadas después, el club no aparece inscrito en ninguna competición. Fútbol, tan cruel y miserable como bello y fantástico. Uno de los grandes animadores del balompié nacional decía adiós. Los años de vino y rosas en los que Salenko y Julen Lopetegui representaron al Logroñés en el Mundial de Estados Unidos, Manu Sarabia impartía clases de buen juego y Jabo Irureta y Juande Ramos arrancaban sus carreras en el banquillo de Las Gaunas quedaban para la historia. Y el fútbol siguió su camino, sin ni siquiera guardar un minuto de silencio. Porque querer no siempre es poder.

Pero, ¿qué ocurrió en el Logroñés en ese periodo? Para entenderlo, es imposible no nombrar a Marcos Eguizábal Ramírez, empresario vitivinícola que se adueñó de la entidad blanquirroja tras su primer ascenso a Primera División en 1987.

Todo marchaba con aparente estabilidad, incluso cuando una desastrosa temporada en la 94-95 daba con los huesos del Logroñés en Segunda División. En ese momento, Eguizabal prometió volver a la Liga de las Estrellas. Y lo logró, en Toledo, con miles de riojanos en las gradas. Pocos imaginaban que esa gloria sería efímera.

El principio del fin

Eguizabal tuvo grandes aciertos, pero también errores muy graves en su etapa como presidente del Logroñés. Nos hizo vivir por encima de nuestras posibilidades económicas. Por ejemplo, Anton Polster, el gran delantero austriaco que llegó procedente del Sevilla en la 91-92, firmó un contrato en el que percibía 90 millones de pesetas anuales. En el verano del 92, Polster se fue al Rayo habiendo cobrado únicamente 45. Como él, muchos jugadores de renombre sufrieron algo similar".

"El mayor pecado del Logroñes fue vivir por encima de sus posibilidades"

Habla José Uriarte, riojano que vivió como aficionado la edad de oro del CD Logroñes y que fue uno de los que, incluso, llevó comida a los jugadores blanquirrojos en los encierros que tuvieron lugar cuando la entidad agonizaba económicamente.

“Dejar de pagar Hacienda fue el principio del fin. El club se hipotecó y los ingresos mermaron. Cuando Eguizábal se marchó, la deuda ya ascendía a doce millones de euros”, comenta resignado.

En contra de lo que le sucedió al Alavés con Piterman o al Racing con el indio Ahsan Ali Sied, el Logroñés cayó en manos de Emilio Ganuza, empresario de La Rioja que, según Uriarte, “ni él ni los siguientes presidentes podían con la deuda. Era demasiada pasta y el agujero siguió creciendo”.

Foto: flickr

 

Obviamente, lo deportivo no era ajeno a tan delicada situación. Con la entrada del nuevo siglo, el Logroñés abandonó la Segunda División y, además, fue enviado al pozo de Tercera por impagos.

Sin embargo, el Logroñés no se rindió. Volvió, con Rubén Galilea en el banquillo  y Fernando Villamor en el palco, a Segunda B una temporada después e, incluso, llegó a disputar la liguilla de ascenso a Segunda en 2003. “Estoy seguro de que, de haber ascendido, todo hubiese sido muy distinto”, se lamenta Uriarte.

Pero no pudo ser. Muy pronto, el Logroñés se quedó sin opciones de liderar aquel grupo con Cádiz, Barcelona B y Universidad de Las Palmas. El conjunto gaditano ganó en Las Gaunas en la primera jornada y ya se sabe que, con aquel formato, perder en casa era decir adiós al sueño por el que habías peleado durante toda una temporada.  Ya nunca más se agolparían hasta diez mil personas en el mítico estadio riojano.

El ascenso a Segunda B de La Romareda en 2006 fue la última gran alegría para el CD Logroñés

Juan Hortelano cedió el mando de la nave al empresario ganadero José Luís Martín Berrocal, que convenció a Quique Setién, actual técnico de Las Palmas en Primera División, para ocupar el banquillo blanquirrojo. Sin embargo, el proyecto fracasó estrepitosamente. El Logroñés volvió a Tercera al no disponer de liquidez para afrontar los pagos y Juan Hortelano se encargó de obrar otro milagro, al menos, deportivamente hablando.

Hinchas del CD Logroñés celebran el ascenso en Zaragoza. Foto: vikingu

La 2005-06 fue la última gran hazaña del CD Logroñés. Finalizó en segunda posición la liga regular en el Grupo XVI de Tercera División y se lanzó a la aventura de los playoffs de ascenso. Eliminó al Escobedo cántabro y celebró, en La Romareda, su regreso a la división de bronce tras deshacerse del Universidad de Zaragoza.

La muerte de un histórico

Parecía que las deudas no podían con la entidad riojana. Sufría lo indecible para mantenerse en pie, pero lo lograba, quizás por ese impulso que te da ser un histórico. Hasta que, un día, llega la rendición. La muerte. Por agotamiento, desgana o por vivir siempre en el filo de la navaja. Quizás por todo a la vez. Quién sabe.

El 1 de agosto de 2008, el Logroñés, tras dos temporadas relativamente cómodas en Segunda B, era enviado desde los despachos a Tercera. Otra vez por impagos a los propios jugadores del equipo. La cifra ascendía a algo más de cuatrocientos mil euros. Sorprendentemente, los futbolistas retiraron las denuncias y la Federación decidió prolongar en cuatro días el plazo para saldar la deuda. La directiva riojana no pagó y el descenso, como estaba previsto, se produjo el 5 de agosto.

Javier Sánchez terminó de hundir al Logroñés, que 'murió' en Navarrete el 18 de enero de 2009

Pocos días más tarde, el club conseguía asegurarse la plaza de Tercera. Sería la última vez que el club sufriría en verano. Hortelano vendió el Logroñés al navarro Javier Sánchez en noviembre de ese mismo año y, a pesar de que aseguraba que la recuperación económica de la entidad era posible, la cruda realidad era otra bien distinta. En el mes de enero, dos incomparecencias ante Calasancio y Tedeón provocaron la muerte deportiva del CD Logroñés.

¿Cómo vivió José Uriarte ese último año? ¿No intentó la afición salvar al equipo? Sin pelos en la lengua, habla con el corazón en la mano. “Yo no era directivo en aquella época y palpé en la afición el sentimiento de interesarse siempre por el caballo ganador, aquí somos así. Esas movilizaciones tan bonitas solo se dan en Oviedo o Cádiz

Así esperó el Tedeón al Logroñés aquel fatídico día. Foto: El País

“En los últimos partidos -continúa- ni una décima parte de la hinchada que acudió a aquel duelo contra el Cádiz apareció por Las Gaunas. En parte era normal, aquella última campaña 2008-09 fue surrealista. No conocí a Javier Sánchez, pero siempre tenía una excusa para retrasar los pagos. Y lo peor es que te convencía. Incluso los jugadores declararon en su día que una de sus últimas propuestas fue que ellos se repartieran una bolsa con dinero que dejaría en una furgoneta blindada cerca de un prostíbulo”. Lo que parecía el peor epílogo posible se convirtió en una posibilidad esperanzadora.

El CD Logroñés desapareció. O no, porque ese es un tema cuanto menos delicado. Su heredero más directo es la SD Logroñés, que actualmente milita en el grupo riojano de Tercera. A pesar de que la UD Logroñés milite en el Grupo I de Segunda B, José Uriarte, encargado de comunicación de la Sociedad Deportiva, explica el porqué de semejante afirmación y las diferencias entre los dos proyectos.

¿Dueño de tu destino o fe en un mecenas?

“Cuando el Logroñés dejó de jugar en el mes de enero, un grupo de cuarenta o cincuenta personas se comenzó a reunir en la puerta cero de Las Gaunas todos los lunes a las siete de la tarde. La opción de crear un nuevo equipo y empezar de cero en la Preferente riojana fue una opción que cada vez tomaba más cuerpo y peso.  Así nació la plataforma Puerta Cero a la que me uní. Yo ayudé a la parcela deportiva y juntos preparamos la asamblea donde se acordarían los estatutos del club. Acordamos que, por tan solo veinte euros, cualquier aficionado podía ser socio fundador de esta Sociedad Deportiva”. El calendario señalaba por aquel entonces el 15 de mayo de 2009.

 José Uriarte: "Revuelta es dueño de la UD Logroñés; la SD Logroñés es de sus aficionados"

Por suerte o por desgracia, en esta vida hay una pluralidad de pensamientos descomunal. Es muy complicado que haya unanimidad en una decisión tan delicada como ésta. Y no la hubo. Un grupo de aficionados decidió abandonar este ilusionante proyecto tras ser rechazada su propuesta: adquirir la plaza del CD Varea, entidad representativa de un barrio de Logroño, que luchaba por ascender a Segunda División B.

El 24 de junio, en la biblioteca municipal de la ciudad, tuvo lugar la fundación de la SD Logroñés. “Dos días antes, nos enteramos que Félix Revuelta, uno de los empresarios más ricos de España gracias a Naturhouse, había notificado que estaba dispuesto a adquirir la plaza del Varea, que acababa de subir. Lo hizo de forma casi clandestina, reuniéndose con Ángel Aguado, presidente del Varea, y no avisando ni tan siquiera a un socio de dicho equipo. A Aguado lo colocaron durante dos años como presidente de la UD Logroñés, que comenzó la siguiente temporada en Segunda B, a razón de unos treinta mil euros anuales”.

Foto: VAVEL

Dos herederos de una misma historia. Dos hermanos enemigos irreconciliables luchando por la herencia de un padre fallecido. O, mejor dicho, en coma. Uriarte lo aclara: “El juez dio la baja federativa al CD Logroñés en su día, pero todavía es posible la resurrección del club. Obviamente y, siendo realistas, hace falta muchísimo dinero y no creo que ocurra como con el histórico Real Burgos, que ahora milita en la Regional de Castilla y León”

Entonces, ¿cuál de los dos es el heredero más directo del Club Deportivo? La realidad es que ninguna de las dos partes toma partido. Prefieren pasar página y pensar que todo comenzó aquel verano de 2009. Como curiosidad, es de recibo destacar que  “la Sociedad Deportiva es dueña del nombre y el escudo del histórico Logroñés. El Ayuntamiento no lo quiso y Fernando Villamor se lo cedió a miembros de la Plataforma y, por tanto, forman parte del nuevo proyecto. De hecho, Revuelta quiso que la Unión Deportiva tomara el nombre de Club Deportivo Logroñés pero le fue imposible por este motivo”.

Duelo fraticida

Dos entidades de un nivel parejo en una ciudad como Logroño provocan, en un deporte tan competitivo como el fútbol, roces de convivencia. Una particular versión de Mis adorables vecinos, popular serie de Antena 3. “La relación entre juntas es fría. Cordial, pero fría. Recuerdo con simpatía los momentos en los que, durante la primera temporada, los socios de la Unión Deportiva venían a nuestras oficinas a sacarse el carnet de socio. Es lo que tiene estar puerta con puerta, que incluso te llegan cartas del rival deportivo que tienes que intercambiar”.

"Revuelta nos echó de Las Gaunas amenazando al alcalde y luego pidió nuestra vuelta"

Precisamente, el estadio fue uno de los puntos de fricción entre ambos. Y en este tema, José Uriarte ataca duramente a Félix Revuelta. El motivo es bien simple. “Durante el primer año de competición compartimos campo, pero el propietario de la Unión Deportiva lo quería en exclusiva para él y amenazó con abandonar y llevarse consigo los patrocinios del equipo de baloncesto y voleibol. El alcalde, literalmente, se acojonó y cedió. Tuvimos que irnos al Mundial 82 en nuestro primer año en Tercera después del ascenso en la 2009-10.

Aquel año, la Sociedad Deportiva alcanzó los 1152 socios. “Nuestros socios pagaron sesenta euros por ver al equipo en la Preferente riojana, mientras que la Unión Deportiva ofrecía carnets a quince euros en Segunda B. De esta forma consiguieron atraer una masa social mayor que la nuestra”.

Agustín Abadía llevó a la Sociedad a Segunda B. Foto: golrioja

El equipo, dirigido por el mítico Tato Abadía, no obstante, estuvo a punto de ascender a Segunda B en la 2010-11. La Gimnástica Segoviana les dejó sin a las puertas de la gloria. Hubo que esperar a la siguiente campaña para llegar a la categoría de bronce, ya sí en Las Gaunas. “Revuelta firmó un contrato de arrendamiento por cinco años, pero se dio cuenta de que mantener el campo él solo costaba mucho dinero y pidió nuestra vuelta”.

La Sociedad ganó en la Copa de 2012 el primer derbi en un duelo "precioso y lleno de tensión"

La Sociedad fue líder del Grupo XVI y subió directamente al deshacerse de la Peña Sport navarra. Se ganó también el derecho a participar en la siguiente edición de la Copa del Rey. Nadie, absolutamente  nadie, imaginaba que, el 29 de agosto de 2012, en la primera ronda del Torneo del K.O., los dos hijos del Club Deportivo Logroñés se enfrentarían en Las Gaunas. Ganó, 2-1, la Sociedad. “Fue precioso, un momento muy bonito para nosotros. Un derbi repleto de tensión”.

Foto: VAVEL

Fue el prólogo perfecto para una temporada en la que los de Abadía mantuvieron la categoría con solvencia (décimo puesto). Sin embargo, no ocurriría lo mismo un año después. Los blanquirrojos perdieron la categoría y, desde la temporada pasada pelean en el grupo riojano de Tercera División.

¿Y el futuro?

Llegados a este punto, Uriarte explica desde dentro los objetivos del club. “No nos vamos a engañar. Queremos subir, pero también potenciar la cantera”. Este discurso ha sido duramente criticado por los aficionados de la Unión Deportiva, que no le ven presente a la Sociedad.

Uriarte es claro: “¿Qué esto es más un proyecto de futuro? No lo creo. El club ahora mismo es viable, generamos anualmente superávits. Contamos con patrocinadores limitados, sí, pero gastamos lo que tenemos. Otros, en cambio, van ya por su tercera o cuarta ampliación de capital y no son dueños de su club”.

"Logroño no tiene afición ahora mismo para volver a Primera"

Esa es la principal diferencia entre las dos entidades. Ser dueños o no de tu destino. Confianza en un mecenas o confianza en ti mismo. “Ellos no se cuestionan las deudas que puedan generar. Viven con urgencias, sin pensar en el futuro y por ello nunca podremos entendernos. No tienen cantera, solo un filial y un juvenil, mientras que nosotros contamos con más de 250 niños”.

La diferencia, en este sentido, es abismal. También en cuanto a la forma de ver el fútbol. Dos formas totalmente opuestas. “Ellos viven con la urgencia de ascender rápidamente a Segunda. Cada derrota es una tragedia y esto les genera ansiedad, obsesión. Nosotros queremos hacer las cosas con tranquilidad. En Logroño no hay ahora mismo afición para volver a Primera y lo tenemos claro”.

Foto: larioja.com

Una situación vale más que mil palabras. Uriarte recordó, como conclusión de la entrevista, los momentos más duros deportivamente hablando de la Sociedad. “Cuando caímos contra la Segoviana fuimos naturales. Nos jodió, claro que sí, pero al acabar el partido nos fuimos a tomar unas cañas al bar de un patrocinador. Sin darnos cuenta, cambiamos el chip y comenzamos a preparar la temporada siguiente, al igual que ocurrió tras el descenso. Te aseguro que prácticamente todo el mundo quería que Abadía siguiera dirigiendo al equipo”.

Logroño, pues, vive una situación deportiva muy peculiar. Dos entidades, dos proyectos, dos mentalidades con un único objetivo: volver, algún día, a la Liga de las Estrellas. Solo el tiempo dará la razón y erigirá como ‘ganador’ a uno de los dos. Entonces, a nivel nacional, se volverá a oír aquello de “Gol en Las Gaunas”.

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Sobre el autor
José Manuel  Gallardo
Elige una profesión que te apasione y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida. Periodismo en la Universidad de Sevilla.