Una de las supersticiones más extendidas ha sido el mal fario que trae consigo el vestir con prenda de color amarillo. Molière inició con su fallecimiento esta creencia teatral allá por el siglo XVII. Creencia con la que no estará de acuerdo  Mario Gaspar Martínez, nacido hace 25 años y que se ha convertido en una de las sensaciones de este año 2015 en el panorama nacional futbolístico.

El alicantino llegó a Villarreal en el verano de 2007 procedente del Albacete, en una operación que incluyó a más de una docena de jugadores por un precio de más de un millón de euros. Mario se formó desde los 17 años en la cantera del club castellonense, con el que ascendió a Segunda División dirigidos Juan Carlos Garrido, técnico por aquel entonces. El entrenador valenciano le dio la oportunidad de debutar en el primer equipo en la temporada 2010-2011. El lateral comenzó a ser habitual en las convocatorias, consolidándose como un recambio en la primera plantilla.

Marcelino no confiaba en él

En enero de 2013 Marcelino García-Toral  asumió el reto de dirigir la nave amarilla en la Liga Adelante. El club se encontraba en el décimo puesto en aquel momento y con la necesidad de ascender a la máxima categoría. Javi Venta, veterano lateral diestro, ocupaba la demarcación con 37 años, y el técnico entendió que ese puesto flojeaba. Sin embargo, el asturiano consideraba que Mario no poseía nivel suficiente para el equipo ni para la categoría, algo que también compartía gran parte de la afición de El Madrigal. Veían en el alicantino a un solvente defensa, pero con falta de criterio en ataque.

“Es el jugador que más me ha sorprendido. Es uno de los mejores laterales de la Liga”, indicó Marcelino dos años después. En esta frase podemos resumir la gran evolución que ha desarrollado el futbolista. El técnico descubrió que Mario tenía un potencial que aún no había sido descubierto. Un jugador de ida y vuelta, cuyo privilegiado físico siempre se hacía notar en los entrenamientos. Su constante mejora técnica lo ha convertido en un pulmón para el submarino amarillo, que ve cómo suma una gran mejora tanto en ataque como en defensa. Marcelino rectificó a tiempo.

Paso al frente e internacional con España

La pasada campaña significó la puesta en escena definitiva de Mario Gaspar. Consolidado ya en la banda derecha de los castellonenses, irrumpió en todo un Santiago Bernabéu con golazo desde el borde del área que, como un obús, perforó las redes de la portería de Iker Casillas. Anotó tres goles en Liga y uno más en Europa. Si algo ha dejado claro, es que cada vez que marca, el tanto es de bella factura. El Athletic ya lo ha sufrido este curso con un disparo desde 25 metros.

Asiduo en categorías inferiores, Del Bosque le dio la oportunidad de estrenarse con la selección absoluta. El 12 de octubre cumplió su sueño debutando ante Ucrania en Kiev. Y no sólo eso, anotó además el único tanto del partido el día de su estreno. Tan solo un mes después, anotaría el gol de su vida, precisamente con España. Ante un pase elevado de Cesc, improvisó con recursos de nueve, un remate de volea en escorzo que superó a Hart en el encuentro amistoso frente a Inglaterra.

Finaliza un 2015 mágico para el alicantino que, tras cuatro semanas de baja, quiere demostrar en el derbi de la Comunidad Valenciana que vestir de amarillo no siempre es mal presagio.