Segundo partido con Carreras al mando y primera derrota para el nuevo técnico. En un partido que resultaba decisivo el Real Zaragoza no dio la talla. El Oviedo se bastó de las ventajas creadas por su doble punta de ataque para vencer a un Zaragoza con pocas ideas y muy vulnerable en campo contrario.

Planteamiento inicial

Pocos cambios en el once que presentaba Carreras en su segundo partido al mando del Real Zaragoza. Diamanka entraba por Ortí para colocarse como interior diestro, al lado de Morán y de Dorca, que repetía en el once pese a su discutible estado de forma. Ortuño entraba en la punta de ataque, tal y como se esperaba tras la sanción de Ángel.

Bertrán apenas estuvo un minuto sobre el césped, lo que obligó a Carreras a gastar un cambio inesperado y demasiado pronto. Isaac Carcelén fue el encargado de entrar en el lateral diestro. La mejor noticia del partido fueron las sensaciones positivas que mostraron Cabrera y Vallejo, pese al error de marcaje de este último en el gol del Oviedo.

Presión alta de ambos equipos

Si algo tenían claro ambos técnicos era que se trataba de un partido de dos candidatos al ascenso, y que una de las claves pasaba por no dejar jugar al equipo contrario. Con esa idea de intensidad y de apretar salieron los 22 jugadores al césped.  El conjunto local fue bastante más agresivo en esta presión, especialmente en unos primeros minutos que dominó por completo.

Con un 4-4-2, el Oviedo buscaba directamente a los centrales zaragocistas con su doble punta de ataque, formada por Toché y Koné. Entre ambos eran capaces de evitar la progresión de los centrales y de tener un ojo fijo en Morán todo el tiempo. Este trabajo de los delanteros locales permitió duelos igualados en el centro del campo, con Diamanka, Dorca, Rico e Isaac teniendo en todo momento a un jugador del Oviedo pegado.

Morán firmó un partido gris desde el pivote, muy vigilado y presionado tanto por los delanteros como por los mediocentros, y limitado por las taponadas líneas de pase y la falta de movilidad de sus compañeros ofensivos. Por su parte el Real Zaragoza volvió a partir con un 4-1-4-1 buscando presionar también al rival arriba. Sin embargo, con Ortuño solo en la punta de ataque los interiores debían salir a por el central de su zona cuando el Oviedo giraba el balón de un lateral a otro en su línea defensiva.

El Oviedo sacó partido de su doble punta

Esta presión de ambos equipos hizo que el partido pasará a ser una consecución de pases largos por parte de ambos equipos. El centro del campo fue inexistente durante gran parte del encuentro. Tras quitarse la presión inicial del Oviedo, el Zaragoza consiguió contadas posesiones duraderas, con toques bastante seguros pero muy horizontales. En cuanto se buscaba arriesgar un poco llegaban las pérdidas constantes.

En esa lucha de lanzar balones largos el partido se decidió en el que supo mejor como gestionarlos. Por un lado el Zaragoza repetía constantemente el pase largo a Ortuño ante la poca presencia de jugadores como Dorca, Diamanka o Pedro, pero cada uno de estos balones a los que recurría el Zaragoza una y otra vez terminaban convirtiéndose en pérdidas. El delantero zaragocista no ganó prácticamente ningún duelo a los centrales rivales, y cuando lo hizo a menudo intento la jugada individual con nulo éxito.

El Oviedo, por su parte, sacó mucho partido de la doble punta formada por Toché y Koné. Con dos jugadores arriba, las probabilidades de conseguir el balón en los balones en largo crecían. Primero porque aumentaban las opciones a la hora de dibujar líneas de pase y segundo porque ante cualquier balón suelto o protegido el otro delantero se convertía en una opción para tocar de cara.

Además de eso, Koné se mostró acertadísimo a la hora de zafarse de los rivales, utilizando su velocidad o mediante controles orientados. Pese al buen partido de Vallejo y Cabrera el delantero del Oviedo sobresalió en el partido, convirtiéndose en un tormento para los jugadores zaragocistas por su movilidad y participando activamente en el gol que terminó dándole al triunfo al Oviedo.

El Zaragoza sin ideas y el Oviedo con Borja Valle

En la segunda mitad, con la necesidad del Zaragoza de buscar el gol, se vieron muchos déficits del equipo de Carreras en campo contrario. La estadística de tiros a puerta define bien lo que fue el Zaragoza en la segunda parte, un equipo sin ideas, sin profundidad. La entrada de Jorge Díaz por un desaparecido Pedro no cambió en nada el encuentro, y el Zaragoza no mostró en ningún momento ni argumentos ni el convencimiento para remontar el partido.

La entrada de Borja Valle en el Oviedo terminó de decantar el partido a favor de los locales. Actuando desde el costado izquierdo y buscando el constantemente el contacto con el balón, Borja Valle buscaba zonas centrales a menudo, incluso retrasando su posición para poder recibir con más libertad. A partir de esos movimientos aumentaron ostensiblemente las subidas de Peña, lateral izquierdo del Oviedo que en la primera mitad se había controlado mucho más.

Borja Valle, además, centró la atención de los jugadores zaragocistas gracias a sus conducciones  hacia dentro, lo que permitió que crecieran los espacios para el resto de compañeros, especialmente para Koné, que vio como la vigilancia sobre él bajó considerablemente.

El paso de los minutos no hizo más que aumentar la frustración de los aficionados zaragocistas que veían como su equipo no llegaba a la portería contraria. Flojos, muy flojos a la hora de llegar al área rival. Jugadores que apenas se dejaron ver sobre el césped como Dorca y Pedro, otros que firmaron uno de sus partidos más grises de la temporada como Diamanka y Morán y con un delantero que apenas creó ventajas para sus compañeros, ni siquiera en la que se presupone como una de sus grandes virtudes, el juego de espaldas a portería. El Oviedo no necesitó realizar un gran partido para llevarse la victoria, pero se mostraron superiores cuando conseguían llevar el balón a campo rival. No se podía esperar un cambio enorme en el segundo partido de Carreras al mando, pero cada vez son más claros los defectos del Zaragoza, algo en lo que debe fijarse también la dirección deportiva para acertar con los fichajes.

Fuente de las imágenes: Canal + y LFP.