Aunque para la mayoría el empate en tierras madrileñas fuese una tragedia tras ir venciendo por dos goles de diferencia, la lucha por el objetivo continúa y el Sevilla de Unai Emery está a la altura de las circunstancias. Aunque la victoria fuera de casa se está convirtiendo en una obsesión en la cabeza de los miembros de la plantilla hispalense, los números que atesoran los de Nervión en liga son brutales: 15 puntos de 21 posibles en las últimas siete jornadas. Ganar en casa es una premisa clara y las pesadillas como visitante van aminorándose en forma de empates. 

La derrota del Athletic de Bilbao ante su eterno rival y el empate, aunque positivo, del Villarreal en el Vicente Calderón, sitúan al Sevilla en los privilegiados puestos de zona europea. Los ocho puntos que le distancian de la cuarta plaza, en la que se encuentra el submarino amarillo de Marcelino G. Toral, no son suficiente para achacar las fuerzas y la intensidad en el trabajo de Emery y sus pupilos. A todo ello hay que sumar que se ha vuelto a alcanzar la final de Copa de S.M. El Rey y que el pase a octavos de UEFA Europa League está, otro año más, casi garantizado.

Las rotaciones como noción fundamental

Todos sabemos de la talla de Unai Emery como mánager futbolístico y como dosificador de estados físicos en los miembros de su plantilla. Establecido su 4-2-3-1 habitual, una vez más demostró que las rotaciones son relevantes para afrontar tres competiciones y con el esfuerzo ante el Molde noruego el jueves en mente, el de Hondarribia afrontaba una jornada liguera alineando el mejor once posible según sus pensamientos. Emery demuestra que no quiere sufrir más contratiempos por lesiones graves y espera recuperar cuanto antes a Pareja y Krychowiak. 

Con esto, durante la jornada matutina del domingo y pptimizando el once inicial con jugadores, según Unai, al 100%, volvimos a ver que futbolistas habituales como Éver Banega, Carriço, Kolo y Mariano (que se quedó en Sevilla) verían desde fuera cómo sus compañeros realizaban un enorme trabajo durante los primeros treinta minutos de partido. Sin embargo, durante el transcurso del partido en Vallecas ya intuirían que alguno pasaría a ser protagonista (junto a sus compañeros) del final, aunque trágico, de esta historia.

Trámite europeo y visita al Nou Camp

Ahora se presentan dos nuevos encuentros, aunque totalmente contradictorios, para afrontar. Tras el 3-0 de la ida, la visita a Noruega ha de ser un auténtico paseo hasta los octavos de final de la competición favorita para los sevillistas. Tan sólo tres días después, el conjunto de Nervión tendrá la posibilidad de confirmar su racha en un estadio que parece, a priori, implacable. La bajas de Banega por acumulación de tarjetas y Krychowiak, que aún le quedan semanas de recuperación, no han de ser problema para tratar de ganar la, siempre dura ante el Barça, batalla en el centro del campo.