Cuando es noche de partido grande, se nota en el ambiente de Vallecas. Las gradas estaban repletas de camisetas con la franja en el pecho. La afición era consciente de la dificultad de ganar a un FC Barcelona que cada vez está más cerca de alcanzar un nuevo título liguero. El Rayo Vallecano llegaba con la autoestima intacta tras superar todos los partidos de la segunda vuelta sin conocer la derrota. Mientras que los blaugranas sabían que no podían relajarse, pues la victoria del Atlético de Madrid le dejaba a sólo cinco puntos.

Ambos equipos demostraron que ningún partido se gana o se pierde antes de jugarlo. Presión alta, balones arriba, jugar al primer toque, intensidad y velocidad. Esas fueron las armas de los dos equipos en los primeros veinte minutos de juego. Intentaban lo mismo jugando muy parecido, salvando las distancias en cuanto a nombres se refiere. El conjunto franjirrojo se mostró valiente en ataque con un disparo de Embarba que tuvo que repeler Claudio Bravo. Además, la zaga del Rayo Vallecano se plantó en el campo con sobriedad y seguridad, zona donde Messi, Neymar y Suárez perdían los balones. No tenían superioridad numérica, por lo que el margen de error era prácticamente nulo.

Sin embargo, ese no fue el problema. Un balón blaugrana colgado al área contraria llegó a las manos de Juan Carlos, quien no pudo blocar el balón, y este cayó en los pies de un Rakitic que marcó el primer tanto del encuentro a placer. Un error del cancerbero franjirrojo echó por tierra el gran trabajo desplegado por los hombres de Paco Jémez. El FC Barcelona, ahogado por la presión rival, utilizó otra de sus muchas variantes: balones largos a Luis Suárez y salida a la contra.

Cada vez que el equipo blaugrana pasaba el mediocampo transmitía una increíble sensación de peligro difícil de soportar para la defensa franjirroja. Tan sólo un minuto después y sin tiempo para digerir ese gol, los pupilos de Luis Enrique armaron una contra de manual que finalizó Leo Messi a pase de Neymar, quien estaba ligeramente adelantado cuando recibió el balón.

Un error de Juan Carlos acabó con el trabajo defensivo perfecto que estaba haciendo el Rayo

El partido se puso de cara para el FC Barcelona en tan sólo un instante. Esto es fruto del esfuerzo de los jugadores más talentosos para estar al servicio del trabajo sin balón de su equipo. Luis Enrique avisó en la previa del partido que no se podían relajar fuese cual fuese el rival y que si fallaban el Atlético de Madrid estaría soplándoles en la nuca. Con la lección bien aprendida salieron los jugadores al terreno de juego y, haciendo una buena lectura del encuentro, no se arrugaron si tuvieron que dar un balonazo para salir de la presión rival.

Minutos antes de coger el túnel de vestuarios para el tiempo de descanso, Vicandi Garrido enseñó la tarjeta roja a Diego Llorente. El central franjirrojo golpeó con la plancha al blaugrana Rakitic, a pesar de que primero había tocado el balón. El Rayo se quedaba con diez y Paco Jémez tenía que ingeniárselas para darle vida al partido en la segunda mitad.

El Rayo estaba con diez y el Barcelona bajó una marcha

Con la segunda mitad en juego, el Rayo Vallecano no dejó de insistir en lanzarse en las tareas ofensivas, debido en gran medida a la presión que llegaba desde el banquillo para que el equipo no se arrugase. Mientras que el Barcelona redujo una marcha, permitiendo al conjunto franjirrojo moverse mucho más cómodo y poder tocar más. Los tres puntas blaugranas ya no presionaban y se quedaban descolgados. Aun así, eso fue suficiente para hacer el tercer gol de los visitantes. Luis Suárez disparó al palo derecho y el rebote cayó en los pies de quien no debía: Messi, que no perdonó.

Cuando el partido parecía acabado y las gradas se quedaron un poco frías, apareció Manucho para dar un poco de energía y dinamismo al partido. Adrián Embarba puso un centro desde la derecha que cabeceó Bebé, quien ganó por encima a Sergi Roberto, para que Manucho la mandase al fondo de la red. Alegría desmedida en Vallecas y no era para menos: un gol de honor, que se celebró como un triunfo porque era marcar al líder indiscutible del campeonato liguero.

Este resultado acabó con la racha de siete partidos consecutivos sin conocer la derrota del Rayo Vallecnao

Esa alegría se diluyó con el paso de los minutos y, aunque el Rayo no dejó de jugar como sabe, era consciente de que el encuentro no tenía vuelta de hoja. Pero para añadir más épica en Vallecas, el colegido vasco señaló un penalti a Sergio Busquets de Iturra, quien fue expulsado al instante. El elegido para lanzar desde la el punto de la pena máxima fue Luis Suárez, que lo falló. Tras una serie de errores y síntomas de nerviosismo, Juan Carlos pudo resarcirse y compensar a la afición con una gran parada.

A partir de ese emomento solo pasó el tiempo. Dos goles más subieron al marcador del conjunto blaugrana. Uno que completó el hat-trick de Leo Messi y otro que supuso el estreno goleador de Arda Turan con el FC Barcelona. Este resultado acabó con la racha de siete partidos consecutivos sin conocer la derrota por parte de los hombres de Paco Jémez. El Rayo continúa en la lucha por la permanencia, mientras que el conjunto blaugrana Barcelona se acerca un poco más al deseado título liguero.