Partido atractivo, diferente, marcado por la última final de la Copa América. Aún con el regusto de Chile campeona, y una Argentina, que veía una vez más como se le rozaba la gloria con la punta de las manos. Chile renovada, con numerosas bajas, con la ausencia de Arturo Vidal como baja más significativa. Después de la "era Sampaoli", llegaba Pizzi como seleccionador frente a Argentina. La Argentina de Messi, del Tata, una Argentina también renovada, pero carente de ese gen competitivo que marca a las grandes selecciones. 

Comenzaba el choque de la manera esperada, gris, trabado, con escasas ocasiones, pero con mucho ritmo. El conjunto de Juan Antonio Pizzi llegaba al duelo como hemos citado anteriormente, con bajas significativas debido a las lesiones. Si esto no fuera suficiente, en el minuto cinco de partido, Matías Fernández debía abandonar el verde.

La "Roja", más entonada que la albiceleste en los primeros minutos de juego, puso en dificultades a Sergio Romero. Y tras un regalo en un saque de esquina, Marcelo Díaz, conectaba un testarazo que hacía enloquecer a la grada local, y poner de esta manera, el uno a cero en el luminoso

Pizzi, volvía a ver como sus planes se truncaban, y en el minuto 19 de partido, de nuevo otra lesión muscular. Marcelo Díaz se lesionaba, y dejaba momentáneamente a su selección con diez jugadores.

En ese mismo instante, Banega hacía de Messi, y en una jugada personal dentro del área, llegaba el balón a los pies de Di María. El jugador del PSG, culminaba con un gran tiro con la derecha, su pierna menos buena, y ponía el empate en el marcador con un golazo espectacular.

Ángel Di María celebrando su gol ante Chile /Foto: Afa.com/
Ángel Di María celebrando el gol anotado ante chile. /Foto: afa.com/

El partido cambiaba de escenario, y la albiceleste, expoleada por el empate, y por el cambio de posición de Messi, empezaba a ser dominador del juego. El "diez" argentino, retrasó su posición, y al más estilo "Barça", empezó a moverse con libertad por el balcón del área chilena, ofreciendo sus típicos driblings y dando pases para descongestionar la maraña defensiva chilena. 

De esta manera, Mercado, aprovechando un saque de falta, y la indecisión de la defensa chilena, colocaba el uno a dos en el marcador, y plasmaba también la superioridad citada anteriormente sobre el campo, en el marcador. Argentina controló el resto de la primera parte, y de esta manera se llegaba al descanso. 

En la reanudación, Chile salió a maniatar a la albiceleste. Alexis daba el primer aviso allá por el minuto 52 de encuentro. Orellana, minutos después, volvía a hacer trabajar a Sergio Romero. 

Viendo que Argentina había salido adormilado, el Tata Martino cambió a Agüero por Higuaín, el delantero del City, no había estado especialmente acertado durante el encuentro, y el jugador del Napolés, entraba en el campo para intentar ampliar la ventaja en el luminoso, y además, sentenciar el encuentro. A este cambio, respondió Pizzi, como si se tratase de una partida de ajedrez, y dió entrada a Pinilla. El cambio produjo en su selección mayor movilidad de Alexis, mayor libertad para el tocopillano, que se vio beneficiado por Pinilla, que realizaba el trabajo sucio al delantero gunner. Sin embargo, el propio Pinilla tuvo el empate en sus botas, se plantaba en un mano a mano ante Romero, pero su tiro salía desviado.

Se entraba en los diez minutos finales de partido, con uno a dos en el marcador, y Chile asediaba a la albiceleste, pero de esta manera acabó el partido, Argentina aguantaba el chaparrón y se llevaba los puntos a Argentina. 

Los jugadores chilenos, con Alexis a la cabeza, se lamentan tras el segundo gol encajado./Foto: bbc.com/
Los jugadores chilenos, con Alexis a la cabeza, se lamentan tras el segundo gol encajado./Foto: bbc.com/

Partido importante para ambos, Argentina se coloca de esta manera con ocho puntos en su casillero, y Chile permanece con siete.