El centrocampista sudamericano en el Real Madrid ha ido de menos a más. Tras despuntar en el Sao Paulo, recaló en el filial merengue en calidad de cedido. Allí en el Castilla destacó e incluso llegó a jugar un partido con el primer equipo. Mourinho le hizo debutar ante el Betis y a pesar de ser su primer partido en Primera División respondió bien a lo que se le pidió. El club de Chamartín optó por hacerse con sus servicios. A pesar de ello, no contaba con sitio en el equipo titular, y por ese motivo se fue cedido una temporada a la Liga portuguesa, de la mano del FC Porto. Tras una gran campaña en el club luso ha vuelto al conjunto blanco, y parece que esta vez para quedarse.

Con la llegada de Rafa Benítez al Real Madrid se convirtió en un habitual en la alineación. En el centro del campo merengue hay calidad ofensiva desbordante: el malagueño Isco y su manejo del balón, Modric con su potencial ofensivo o James Rodríguez, el goleador desde la segunda línea. Todos ellos destacan de cara a la portería, con una calidad indudable. Dónde cojean más en aptitudes defensivas. Y ahí entra en juego Casemiro.

El Real Madrid es un equipo que juega de cara a la portería rival, con una gran pegada. El jugador que hace de puente entre la zaga y la delantera es él. Un todoterreno en el césped. Usando su físico y su arrojo es capaz de quitarle el balón a cualquier adversario que controle el balón. No se dará por rendido fácilmente y si el contrario se va de él, volverá a intentarlo nuevamente hasta que haga falta o le quite el balón. Básicamente su función es cortar el ataque de los rivales sin que Keylor Navas tenga que moverse.

Un jugador de corte defensivo como Casemiro necesita un gran posicionamiento para avanzarse a los atacantes y cortar de raíz las jugadas rivales. Algunos jugadores con estas características son Matic o Busquets. Si bien es menos técnico que este último, robando más aprovechando el cuerpo, realiza la función del catalán en el Madrid. Su presencia permite que los otros centrocampistas merengues puedan desplegar su talento ofensivo más despreocupadamente. Liberados de la presión de defender, Kroos y Modric pueden dar lo mejor de ellos mismos en el campo.

No solamente se ocupa de defender. Sus aportaciones ofensivas también han resultado útiles. Una de sus habilidades son los pases largos, que permiten cambiar de banda o asistir a compañeros. Con esas asistencias ha regalado cuatro goles esta temporada a sus compañeros. Otra característica que ha demostrado sobre todo en su estancia en el Oporto es su disparo. Tiene un chut potente con su pierna buena que le permite anotar desde distancias considerables. En el club portugués anotó un total de cuatro goles, siendo pivote. Uno de ellos incluso fue de tiro libre, ante el FC Basilea en Champions League.

Con Rafa Benítez su sitio en el terreno estaba casi asegurado. El planteamiento del técnico madrileño era defensivo, alternaba el 4-3-3 y el 4-2-3-1. En ese dibujo táctico era el pivote del equipo blanco. Esa posición le sienta como un guante a Casemiro. Cortando el juego del rival y no dejándolo respirar. Si bien cumplió bien su función durante la etapa del madrileño como entrenador, cuando llegó Zidane al principio no lo tuvo en cuenta. Progresivamente ha conseguido ganarse un puesto en la alineación del equipo liderado por el francés. El brasileño equilibra el centro del campo del Madrid, combinando arrojo defensivo y colaboraciones en ataque. Con la baja de Kroos, es probable que el trabajo de evitar los envites culés probablemente recaerá en Casemiro, que tendrá una prueba difícil ante el máximo rival, el FC Barcelona.