Desde que Fran Escribá decidiese sustituir a Lacen en el minuto 56 hasta el final del partido, contando los tres minutos de tiempo que añadió Santiago Jaime Lastre, pasaron un total de 37 minutos que Henok Goitom estuvo en el terreno de juego.

Fueron sus primeros defendiendo la elástica del Getafe, y aunque su participación no fue destacable, hay que señalar que pocos minutos después de su entrada Miku hizo el segundo gol para el Rayo y el equipo azulón se vino abajo y apenas no volvió a aproximarse con peligro a la portería de los vallecanos.

Intenta tirar de "galones"

Sorprendió ver la rápida adaptación que el eritreo ha demostrado. Su conocimiento del castellano por aquellos años que estuvo jugando en la Liga y su experiencia parecen ser parte de las culpables de que a menudo estuviese corrigiendo a sus nuevos compañeros y dándoles indicaciones como si hubiese estado con ellos desde hace mucho más tiempo.

Aparte de esto, demostró su calidad a la hora de bajar y tocar con rigor la mayoría de los balones que le llegaban por alto. De esta forma, permitió que el Getafe ganase posesiones que con Álvaro Vázquez o con Scepovic probablemente no hubiese podido. Pero intentó tocar con pases rápidos y ahí evidenció la falta de rodaje que le falta para adaptarse a sus nuevos compañeros.

Quizás llegó incluso a pecar de entusiasmo en una de las ocasiones finales cuando remató un balón de cabeza que pudo dejar que otro jugador del Getafe rematase desde una posición mejor que en la que estuvo el eritreo. Pero esto es señal de que parece que se puede contar con su compromiso con el equipo.

De todas maneras, con el segundo gol del Rayo el conjunto azulón se vino abajo y no funcionó en ataque como normalmente lo hace. Así que para ver el verdadero rendimiento de Goitom habrá que esperar hasta la próxima vez que juegue, que puede ser este mismo fin de semana contra el Villarreal.