Por los tiempos de los tiempos, la lucha del hombre contra la bestia, ha formado parte de los acontecimientos heróicos más destacados de la historia de la humanidad. Primero por pura supervivencia de nuestra especie. Después, por mero espectáculo. Desde los antiguos neanderthales, cazadores de mamuts, hasta los domadores de caballos, la pasión del ser humano por amansar a las fieras es innata.

La feroz lucha vivida en el estadio Municipal de Palamós, presentaba al Llagostera intentando domar a un, en principio, grupo de cachorros de león, colistas en la tabla, y con la necesidad de ganar la batalla para seguir soñando con la salvación. Los visitantes quemando su último cartucho en la categoría de plata.

Pero, para sorpresa de los más de 3000 espectadores que casi llenaban el estadio, los cachorros se habían hecho mayores. Ya son leones con sus garras bien afiladas y sus colmillos ávidos de sangre. Las melenas al viento de éstas fieras, ya imponen. Sus rugidos ya resuenan a lo largo y ancho del Kalahari futbolístico de la Liga Adelante

El león macho Alfa, guia la manada

La primera mitad del partido, dejó al aficionado del Llagostera frío. En silencio. Los leones salieron con hambre y a base de rugidos y zarpazos al aire dejaron al equipo de Oriol Alsina al borde del K.O. Toque de balón, triangulaciones, por alto, por bajo, el Bilbao Athletic fue superior en casi todos los aspectos del juego. El macho Alfa de la manada, Aketxe (qué jugador), dirigía al resto con diligencia y orden, lo que prococaba todo lo contrario en los locales, muy presionados y temerosos de su situación.

Las ya típicas desgracias del Llagostera, tampoco podían faltar. A los 26 minutos, Juanjo Expósito, con casi 1,90 cm de altura, recibía una patada en la cabeza dentro del área. No sólo dejó el colegiado seguir la jugada sin pitar falta, sino que el delantero local se quedó mareado sobre el césped y tuvo que ser cambiado. Los planes de Oriol Alsina, por los suelos. Poco después, Fofo recibía una entrada muy fea en el centro del campo que también acabó con su participación en el partido y quién sabe si también, para varios meses. Tampoco hubo sanción. Volvía la indignación con los árbitros a Palamós.

Mientras, René desplegó todo su repertorio de paradones ante unos jóvenes leones que acosaban a su víctima con expertas estrategias de caza en grupo. Si el resultado al final del primer tiempo fue de empate a cero, en gran medida fue gracias a René y a la garra de un equipo, el Llagostera, que se aferra a la vida con coraje y pundonor.

Toda la carne en el asador

En el segundo tiempo, el temor del Llagostera crecía. Los leones imponían su fuerza y juventud, su fútbol. Y en uno de esos zarpazos, el macho Alfa de éste Athletic, Aketxe, decidió morder al Llagostera en la yugular y hacer sangre por fin. El golazo que marcó por toda la escuadra, fue para que el público de Palamós se quedara una semana en pié aplaudiendo. Los locales estaban heridos de gravedad y con más de medio cuerpo en Segunda B. Después, otro zapatazo al larguero de la portería de René, puso la desesperanza. Los valientes catalanes se desangraban.

Pero de pronto, la lucha hombre - león, se transformó en otra cosa. Oriol Alsina recordó la fórmula del druida, su fórmula mágica. Sacó a José Carlos (José Carlix) y todo se convirtió en la típìca caza de jabalí de cualquier cómic de Astérix, auténtica inspiración de la UE Llagostera.

La pócima hizo efecto y José Carlos desarboló al Bilbao Athletic el sólo. Regate por aquí, velocidad por allá, pase, pared, centro y gol en propia puerta. Los valientes leones retrocedieron temerosos hasta la misma entrada de su cueva. Los locales, ya eran imparables y la remontada estaba servida en bandeja.

Escassi, Tebar y compañía, maniataron por fin a Aketxe y el equipo catalán se decidió a acabar con la pesadilla del león. Otro de los destacados, Jesús Imaz, dejó sólo a Benja ante Remiro y consiguió cristalizar la remontada. Los leones estaban domados. Después vinieron los vítores, alegrías y celebraciones pero el sufrimiento en Palamós fue extremo. El filial rojiblanco está preparado para surtir otra vez de sabia nueva al equipo de los grandes. 

Y los aldeanos de Llagostérix, a seguir derribando imperios, acabando con fieras y soñando con la salvación. Oriol Alsina seguirá fabricando más pócima mágica para encontrar la soluccíon en las aventuras que se corren fuera de la aldea, allá en territorio Liga Adelante