Todo o nada. Tras un trabajo de 10 meses y 37 jornadas el Fútbol Club Barcelona se jugará la Liga en el encuentro de mañana en Los Cármenes frente al Granada. El buen trabajo realizado durante la temporada permite a los de Luis Enrique contar con la ventaja de depender de ellos mismos pero son conscientes que un tropiezo significaría darle la Liga al eterno rival, un Real Madrid que no ha dejado de creer y aún aspira a la Liga. Un pinchazo culé y una victoria blanca en Riazor los haría matemáticamente campeones en el sprint final, la peor pesadilla de cualquier culé.

La presión estará de un bando culé que ha jugado con ella durante el último mes y mañana la vivirá una hora y media más. "Estamos acostumbrados a ella. Nuestos jugadores están acostumbrados a ella. La cita es atractiva, y sabemos que en algún momento sufriremos, pero nos centraremos en lo positivo", señaló el técnico del primer equipo que de conseguir el título firmaría su segunda Liga consecutiva desde que firmara hace dos veranos por el equipo catalán.

"El equipo ha recuperado el nivel"

"No sé que equipo nos econtraremos. No soy adivino. Todo es posible en el fútbol, un deporte complejo. Igual nos encontramos un Granada liberado o no. Ya lo veremos", indicó un Luis Enrique que al ser preguntado sobre posibles maletines o primas a terceros no quiso entrar a valorar.

Tras cuatro victorias consecutivas que han mantenido a los suyos mantener el liderato cuando peor pintaba el desenlace del campeonato, Luis Enrique ha admitido que las sensaciones del grupo son positivas especialmente tras lo visto en los últimos encuentros. "Tengo buenos sensaciones a lo largo de toda la temporada, aunque en ocasiones no estuvimos bien. El equipo ha recuperado su nivel acostumbrado", señaló el entrenador sobre los futbolistas que mostraron un gran nivel en la goleada del pasado domingo frente al Espanyol.

Habrá que esperar a ver el desenlace del sábado que, según lo que ocurra, dejará el trabajo de una temporada a un lado u otro de la balanza.