Que el Celta de Vigo va a pasar a ser propiedad de un holding chino no es nada nuevo. Las negociaciones se han acelerado en las últimas semanas y, tal y como apuntan algunos medios, la venta ya estaría cerrada a falta de acordar los plazos pactados. El acuerdo entre el presidente del club, Carlos Mouriño, y el grupo empresarial chino, CITS (China International Travel Service), es total. Precisamente uno de los flecos que quedan por atar es el de resolver la compra de las accionistas minoritarios. Y es que Carlos Mouriño tan solo tiene el 52,2% de los activos del club. El 47,7% restante pertenece a pequeños accionistas, que van desde celtistas que compraron activos del club cuando este entró en ley concursal, hasta ex-jugadores del club, como Baiano o Placente.

Por si a alguien le quedara alguna duda acerca de la avanzada situación en que se encuentra la venta del club, este lunes, ocho miembros del grupo CITS estuvieron en Vigo visitando las instalaciones de A Madroa. No lo hicieron solos, sino que estuvieron acompañados por  Esteve Calzada y Joan Román Minguell, de la agencia Prime Time Sport, una firma especializada en servicios de consultoría, márketing y finanzas en el mundo del deporte y que además lleva la representación del jugador céltico Josep Señé. Poco tiempo estuvieron en las instalaciones deportivas del club, ya que pronto fueron descubiertos por los periodistas que estaban cubriendo el entrenamiento del primer equipo. Al ser avistados por la prensa abandonaron el lugar en varios taxis y se dirigieron a la futura sede del club en la calle del Príncipe. Allí volvieron a ser sorprendidos por los periodistas, que tal y como informó Paula Montes en Ser Deportivos, se acercaron a preguntarles si venían para cerrar la compra del Celta. Uno de los integrantes de la expedición asiática respondió a los periodistas asegurando que llegaban desde San Francisco con el objetivo de visitar localizaciones cinematográficas en Vigo. Por lo visto, la primera había sido A Madroa y la segunda era la futura sede del Celta. Una escena anecdótica que representa cómo está el ambiente en Vigo actualmente.

Mouriño deja el Celta diez años depués
Mouriño deja el Celta diez años depués

La expedición llegó a Vigo  el domingo, día que aprovecharon para ver el partido que enfrentó a Celta contra el F.C. Barcelona. El lunes lo dedicaron para terminar de visitar las instalaciones del club, que tal y como anunció Onda Cero, ya las habían visto en anteriores viajes, y para terminar de cerrar los flecos del acuerdo.

CITS, el holding chino que va a cerrar la compra del club en los próximos días, es una firma orientada al sector turístico e intervenida con capital del estado. Su actividad se ha diversificado a través del Cits Group Corporation: comercio libre de impuestos, negocio inmobiliario... Su intención es hacerse con el mayor paquete accionarial posible, a poder ser en su totalidad, algo que ha día de hoy parece imposible, ya que hay pequeños accionistas que se niegan a vender. El actual presidente, Carlos Mouriño, como se ha mencionado antes, posee el 52,2%  del total de las acciones. El resto, un 47%, pertenecen a pequeños accionistas: Play International BV, la empresa de representación del ex futbolista Diego Placente, tiene el 8,3% de los títulos; otros ex futbolistas como Baiano o Contreras, que en su día se les pagó la deuda en forma de acciones, tienen un 13% de los títulos; La familia Barros, con el actual presidente del club a la cabeza, tiene en torno al 5%; El resto, pertenece a aficionados celtistas, que compraron un puñado pequeño de ellas cuando en su día se emitieron, o más recientemente, cuando el ex jugador del Celta, Fernando Sales vendió parte de sus acciones, reservándose él unas pocas, las cual conserva a día de hoy.

La intención de este grupo asiático es la de hacerse con el mayor número de ellas, por eso, que, tal y como avanzó la Voz de Galicia, un intermediario del club se está encargando de comprar acciones a estos pequeños propietarios, para así hacer una ampliación del capital, que poder venderle al holding CITS, que a su vez espera hacer una segunda ampliación una vez haya cerrado la compra del club. Tal y como han avanzado varios medios, estos pequeños accionistas llevan meses (desde primavera) recibiendo ofertas para que vendan sus títulos. Se les ofrece una cantidad que rondaría los 12€ por acción, una cifra muy inferior a su valor real en el mercado (CITS pagará a Mouriño algo más de 300€ por cada una).

Los pequeños accionistas del Celta llevan meses recibiendo ofertas para vender sus títulos. / Foto: Oscar Vázquez - La Voz de Galicia

Según avanzó Rubén Rey de Onda Cero Vigo, los ex futbolistas Baiano y Placente están dispuestos a vender sus acciones a ese precio, los 12€, por lo se producirá una inminente ampliación de capital con el objetivo de minimizar todavía más la parte accionarial de los pequeños y medianos accionistas del Celta.  Con esta compra cerrada, la figura de Diego Placente, ahora mismo segundo propietario del Celta después de que Mouriño comprara a Abanca sus acciones, es clave en el proceso para que Carlos Mouriño y sus allegados puedan ofrecen al holding chino el mayor paquete accionarial posible. El ex futbolista argentino, según palabras de Rubén Rey de Onda Cero, se niega a vender a 12€, aunque está dispuesto a vender a un precio mayor que se acerque a la cantidad por la que las va a comprar CITS. Esta sería la última operación antes de que el presidente anunciara su ampliación de capital previa a la venta del club. Una parte de las acciones quedaría en manos de aficionados, acciones que son imposibles de adquirir por parte del club o del grupo chino ya que pertenecen al celtista de a pie, que se niega a deshacerse de parte del club de sus amores. Conscientes de que no van a poder hacerse con la totalidad de las acciones, el objetivo del club ahora y del holding CITS después, es el de evitar que cualquier grupo cuente con el 5 % del accionario, ya que ese paquete da derecho a reclamar todo tipo de información y abre la puerta a la fiscalización de las decisiones de los nuevos rectores.

A los aficionados se les ofrece 12€ por acción cuando CITS se la comprará a Mouriño por 300€

Una decisión meditada

La decisión de Mouriño de vender el Celta no es de ahora. El presidente lleva tiempo queriendo dejar el club en manos de otros. Según avanzó Onda Cero, en el momento en el que Mouriño compró el edificio Mercantil de la calle del Príncipe para situar ahí la sede del club, ya tenía claro que iba a vender el club. La compra de este edificio en pleno centro de la ciudad era una manera de aumentar el patrimonio, algo que da prestigio a un club, cuyo valor ha aumentado mucho en los últimos años. El Celta es un club saneado, acomodado en la máxima categoría del fútbol español y, ahora mismo, en Europa League. Además es un club con una gran cantera, que nutre de futbolistas al primer equipo cada año. Ahora, además, tiene patrimonio, un edificio en el centro de la ciudad que servirá como sede social, tienda y cafetería. En resumidas cuentas, un caramelito para inversores extranjeros que quieran entrar en el mundo del fútbol. Carlos Mouriño ya no puede más, no se siente con fuerzas como para seguir al frente del club. Ya en un desayuno informativo a principios  de septiembre reconoció que la idea de dejar la dirección del Celta le estaba rondando la cabeza. Desde hace tiempo que lleva negociando con inversores americanos y chinos que se interesaron por el club, y parece que finalmente será el holding CITS quienes se harán con el control del Celta.

¿Quiénes son los nuevos dueños del Celta?

Los que serán nuevos dueños del Celta, como ya se ha mencionado, son el holding CITS (China International Travel Service), es una compañía de capital estatal que desde hace más de 60 años centra sus actividades en el terreno del ocio, el turismo y servicios a viajeros, el negocio inmobiliario y el comercio libre de impuestos. Tiene su sede en Shanghái y nunca han tenido relación con el mundo del deporte. Llegados a este punto el aficionado del Celta se preguntara que para qué quieren estos el Celta. Pese a dedicarse al sector turístico, al igual que  muchas empresas chinas, CITS, diversifica su negocio y entra en cualquier sector productivo en el que intuya que pueda ser una oportunidad. El Celta para ellos supone adentrarse en el mercado español y europeo, y al ser un club saneado y estabilizado no supone un riesgo de inversión. Ven en el Celta un negocio, algo muy distinto a cómo lo vio Mouriño en su día, que cogió las riendas más por amor al club de su vida que a otra cosa. De ahí en enfado de la afición.

Parte de la delegación asiática en el centro de Vigo para ver la nueva sede del Celta. / Foto: La Voz de Galicia

“¡Mouriño, atiende, el Celta no se vende!”

Con esta frase la afición del Celta expresó su malestar el pasado jueves en el partido de Europa League. El aficionado del Celta más que enfadado, está disgustado. Disgustado de que la venta se haya realizado como se ha realizado. No ha habido ningún tipo de comunicación por parte del club. No se le ha informado al aficionado qué iba a ser de su equipo, en manos de quién iba a caer. Eso ha sido lo peor. Enterarse por la prensa de que el equipo al que has seguido desde niño y por el que lo has dado todo cambia de dueño, y pasa a manos de un chino, que seguramente hasta hace nada no sabía ni qué era el Celta, ni qué era Vigo.

El aficionado además tiene miedo. Miedo a no saber qué será del club. La experiencia dice que este tipo de gente no suele llevar el club a una mejor situación, más bien lo contrario. No sienten el club como suyo, como sí lo siente Mouriño, que seguro ha tenido que renunciar a muchas cosas por el e Celta, y se ha jugado su dinero por impedir que el equipo cayera en el pozo. No se puede garantizar que un grupo inversor extranjero vaya a hacer lo mismo, y eso inquieta al aficionado.

Por otra parte hay que entender a Mouriño. Él es un empresario, y el Celta su empresa. Puede venderla cuando él quiera, de hecho ya tuvo oportunidades de hacerlo antes, pero no quería dejar al equipo de sus amores. Ahora que no se siente con fuerzas para continuar deja el relevo a este holding chino.

Empieza una nueva era para el Celta cargada de incertidumbre, dudas y miedos entre la afición. A partir del uno de enero el Celta ya no será un equipo 100% gallego, tendrá un regusto a chino. Esperemos que la identidad no se pierda y que este cambio en la directiva no se vea reflejado en el césped.