Europa se ve muy lejos ya, exacto, esa zona clasificatoria donde el equipo, según Juande Ramos en verano, debía acabar el próximo mayo. El técnico manchego introdujo un cuento de hadas en la mente de cada malaguista con tales declaraciones, incluso en la de sus futbolistas, quienes no están dando la talla necesaria para la consecución de tal objetivo. 2017 comienza asimétricamente a como finalizó 2016, con dos derrotas y una pitada monumental de la afición malagueña a sus jugadores. Decepciones fuera, no es momento de señalar a nadie en concreto.

El 'Gato' Romero 'acaba de llegar' como quien dice y necesita tiempo para reconstruir un equipo roto con la moral por los suelos, para ejercer esa función de psicólogo que es tan requerida por los entrenadores hoy en día, no hay nada más que ver la cara de pocos amigos de Camacho durante los 90 minutos para saber que es así. La primera mitad no comenzaba mal, el equipo blanquiazul se replegaba un poco ante la superioridad en el centro del campo de los de Eusebio, y es que recordemos que el rival no era un segunda, sino un gran equipo como la Real al cual es harto complicado jugar frente a frente debido a la calidad de su plantilla. Sin embargo, veíamos algo diferente en el equipo en comparación con las 17 jornadas anteriores, una solidez defensiva que podía deberse a la titularidad del canterano Luis Muñoz, que realizó un encuentro notable a pesar del resultado final. La titularidad del canterano era necesaria viendo el rendimiento de Diego Llorente, sobre todo teniendo en cuenta que el primero es propiedad malaguista.

No obstante, la lesión de Sandro fue un indicio de que las cosas irían a peor. El canario se retiraba lesionado tras un tirón en una carrera con Odriozola, dando entrada así a Peñaranda en su debut. Los malaguistas contragolpeaban y Chory gozaba de la mejor oportunidad de la primera mitad para los locales, pero no consiguió disparar con Rulli en frente. Llegábamos al descanso con un 64% de posesión para los vascos, pero sin ningún asedio sobre la portería de Kameni. A los cinco minutos de la segunda mitad, se consumaba que no era la noche para regalar una victoria a La Rosaleda. Una falta lejana disparada por Íñigo Martínez rebotaba en Duda consiguió despistar al meta camerunés que nada pudo hacer por evitar el 0-1.

Tan solo en dos partidos han dejado la meta a cero los blanquiazules

A partir de este instante, el equipo dirigido por 'Gato' Romero se vino abajo anímicamente y perdió lo único que le mantenía vivo en el encuentro: el orden y rigor defensivo, ya que en faceta ofensiva el equipo seguía sin dar señales de vida con un Peñaranda en una notable baja forma. A los cinco minutos del gol, llegaba la primera jugada polémica. Granero, con una patada al más puro estilo De Jong en la final de Johannesburgo, recibía amarilla en una acción muy protestada por la parroquia malacitana. Asimismo, Camacho caía en el área tras un claro agarre de Íñigo que Mateu se negaba a señalar como pena máxima. Y a los pocos minutos, otra jugada para la controversia. Juankar pugnaba un balón con Oyarzabal en línea de fondo que acababa con un córner en lo que debió señalarse saque de portería. Pues bien, en ese córner la defensa malaguista hacía aguas y permitía al hijo pródigo Juanmi anotar en su regreso a La Rosaleda. Los cambios tardíos no consiguieron surtir ningún efecto en el terreno de juego.

Puntilla final a un partido exasperante para los locales y extrañamente sencillo para los visitantes. Racha de cinco partidos sin ganar, la buena noticia es que Europa aún sigue más cerca que el descenso. Urgen fichajes para lo que resta de temporada, especialmente en defensa (veremos si se concreta lo de Demichelis o Luis Hernández). La próxima jornada se producirá la visita al Santiago Bernabéu en lo que significará el cierre de la primera vuelta de la liga.

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Sobre el autor
Pablo Gil Mora
Futuro periodista. Aprendiendo de lo bueno de esta profesión, aunque también de lo malo. "La prensa es la artillería de la libertad''.