La matinal de domingo dejó un partido precioso entre Osasuna y Sevilla que acabó con victoria por la mínima del equipo visitante que firma la mejor vuelta de la historia del club y sigue en la lucha por el título. Osasuna, por su parte, sigue sin ganar en su estadio y desplegando un fútbol muy pobre, aunque reclamaron mucho al árbitro algunas acciones polémicas.

Vasiljević alineó a un once de garantías, con la doble amenaza en punta de León y Riera, siendo el catalán una bestia negra para el Sevilla por los cuatro goles anotados en cinco partidos ante el cuadro andaluz. Sampaoli, por su parte, apostó por Jovetic en lugar de Vitolo y por Iborra en el de Nasri, con el valenciano formando doble pivote para escoltar y liberar a N’Zonzi, a quien le recaería más peso creativo. Ambas defensas eran de 5, aunque las intenciones eran distintas; la del Osasuna para frenar la numerosa ofensiva sevillista.

Osasuna golpea y el Sevilla espera al 45’

Los primeros compases del partido estuvieron llenos de imprecisiones, también por el pésimo estado del césped, muy castigado por las condiciones climatológicas adversas en Pamplona. El Osasuna esperaba sólido y ordenado atrás cuando el Sevilla conseguía mantener el balón, previamente presionado por Osasuna. El equipo rojillo se adelantó al cuarto de hora, después de una jugada mal defendida por el Sevilla. Rami pensó que el centro de Oriol Riera era inofensivo y lo dejó pasar; mientras que Sergio León no perdonó el resbalón en el marcaje de Mercado para definir cruzado y avanzar a Osasuna. El Sevilla no reaccionó fiel a su estilo, pues la presión rojilla y el césped no le permitía que fluyera su juego y le obligó a optar por un constante balón largo que no dio resultado. Vázquez y N’Zonzi fueron los únicos acercamientos a la portería de un Mario que resolvió bien. Rico apareció estelar con una parada de balonmano con el pie después de un gran chut de León que buscaba su doblete. Lentamente, se desperezó el Sevilla y regresó a su estilo. El premio a la fidelidad llegó rápidamente, después de un acrobático y bonito disparo de Iborra que pegó en el poste, recogió el rechace Jovetic, que recortó y le sirvió en bandeja el gol a un Iborra que no perdió la fe (ni el tiempo) lamentándose por su disparo. Cuando ya agonizaba la primera mitad, una falta cometida por el propio Iborra permitió que Roberto Torres tuviera una clara oportunidad. La mandó a la escuadra, pero emergió un gigante Rico para sostener el empate momentáneo.

Locura en la segunda mitad

Empezó con un tanteo la segunda mitad, cuando ambos equipos quisieron elaborar un poco más las jugadas. Torres tuvo una clara tras (otro) error de Rami pero Rico volvió a agigantarse. Cuando el partido derivaba en un toma y daca, un centro sin destinatario desde la banda derecha pamplonica acabó en un autogol de Iborra, que despejó descoordinadamente hacia su portería, con un remate al que nada pudo hacer Rico. Pero, lejos de venirse abajo, apenas un minuto después, el propio Iborra puso el empate en el luminoso tras aprovechar el rechace de un chut de Ben Yedder. Restaban 25 minutos en los que se auguraba mucha intensidad y emoción. El Sevilla se acercaba con peligro al área de Mario y el Osasuna se defendía con todo, a la espera de cazar alguna ocasión a la contra. Después de unos cuantos acercamientos por parte de los hispalenses, llegó el gol de Vázquez tras un saque de esquina. Los jugadores de Osasuna reclamaron energéticamente una posible falta de Vázquez a Oriol Riera justo antes del remate. Se volvió a cumplir la estadística de que el Sevilla es el equipo que más goles marca en los últimos 15 minutos y el Osasuna el que más encaja en ese periodo de tiempo. Lejos de achantarse, el Sevilla buscó el cuarto gol saliendo desde atrás y lo consiguió gracias a un ajustado disparo de Sarabia. Con el tiempo casi cumplido, Kenan Kodro recortó distancias pero ya era demasiado tarde.

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