Día horrible el de ayer para el malaguismo, para olvidar. A primeras horas de la tarde, se conocía la peor noticia del día, de la semana y, con casi total seguridad, de la temporada: la muerte de Pablo Ráez, un luchador que ha dado una lección de vida al mundo y un ejemplo para disfrutar del deporte como lo que es, un entretenimiento precioso; finalmente, no pudo vencer a la leucemia, pero su memoria seguirá con nosotros para siempre, especialmente por la importancia que ha tenido en la campaña por el aumento de las donaciones de médula que salvará una gran cantidad de vidas. Por eso, desde aquí, queremos mandar nuestro más sentido y humilde pésame a la familia y amigos de esta gran persona.

Así comenzaba la tarde, la noticia llegó a la entidad malaguista y desde el jeque, que dio su apoyo a la familia por Twitter, hasta los jugadores, quisieron dar un pequeño homenaje a Pablo portando brazaletes negros durante el choque y un minuto de silencio previo al comienzo del encuentro. Cabe recordar que el marbellí Pablo tuvo homenajes por parte de la plantilla de Unicaja, pero especialmente del Málaga, club del que se declaraba gran aficionado.

El once titular del 'Gato' dejaba ya muchas dudas de inicio. Se rompía la pareja Luis Hernández y Demichelis que tanta solidez le estaba dando al equipo desde sus respectivas llegadas, y entraba Miguel Torres en lugar del argentino. Además, un centro del campo totalmente inédito lo formaban Duda y Llorente, por las sanciones de José Rodríguez y Camacho. Y arriba Jony sustituía a Chory y Santos a Charles, un once extraño más pensando en el choque entre semana frente al Betis que en el de Ipurúa. Nueve minutos le bastaron a los jugadores de Mendilibar para rematar el partido en una gran muestra de eficacia y juego directo.

La primera parte no fue en absoluto un homenaje al fútbol, el balón viajaba más por el aire que por el césped. Un Málaga bien plantado en el terreno de juego buscaba una contra donde hacer daño a los vascos, Santos la tuvo, pero su disparo no encontró portería. El Éibar monopolizaba la posesión, pero sin hacer daño a la meta de Kameni, hasta que, en una jugada rápida, Pedro León dejaba mano a mano a Sergi Enrich que en fuera de juego controlaba y le dejaba el gol a Adrián que abría la lata a falta de un par de minutos para el descanso. Un gol que hacía mucho daño y en fuera de juego, por poco, pero en fuera de juego. Una jornada más perjudicados por las actuaciones arbitrales que aumentaría en la segunda mitad con la injustísima expulsión de Rosales.

La segunda parte comenzaba y a los cinco minutos, Juankar realizaba un penalti tonto sobre Pedro León que permitía a Adrián de nuevo doblar la distancia en el marcador. El Eibar con poco que tenga, te mata. Así lo demostró tan solo dos minutos más tarde cuando Sergi Enrich remataba a la perfección de volea un centro por la banda izquierda. En menos de 10 minutos, se había acabado el partido y el enclave defensivo realizado por el técnico charrúa, que más tarde dio entrada a Ontiveros y Charles, pero no hubo reacción malaguista. Falta de faceta ofensiva y de organización del balón en un terreno de juego difícil, las rotaciones no resultaron. La expulsión de Rosales fue la última mala noticia de la tarde, una expulsión totalmente inventada y gracias a la cual el venezolano se pierde sus primeros minutos en Liga.

Finalmente, el Málaga se queda decimocuarto con 26 puntos y con el único objetivo de certificar la salvación cuanto antes para respirar tranquilos. Toca pensar en la semana que comienza, donde los malacitanos se verán las caras el martes en La Rosaleda frente al Betis, y el domingo en San Mamés ante 'los Leones' de Ernesto Valverde.