Antoine Griezmann fue el autor del único gol del Atlético para conseguir llevarse un empate a casa del partido ante el Deportivo de La Coruña en Riazor. Aunque todos los aspectos futbolísticos quedaron a un lado tras el golpe que sufrió Torres en los últimos minutos del partido.

El francés comenzó a mostrar su preocupación y su interés, como el resto de la plantilla, por el estado en el que se encontraba su compañero: "Al final me da igual el resultado. Solo quiero saber qué pasa con Fernando y que ojalá esté bien. Y que vuelva lo más rápido con nosotros".

El partido empezó mal para los colchoneros tras el error de Oblak y Giménez, que dio lugar al primer y único gol de los locales. Hasta poco después del minuto 80, todos los espectadores, presentes o no en el estadio, tan solo seguían el balón. Torres chocó con Bergantiños y cayó al césped directamente con su cara. Ahora todos estaban pendientes de 'El Niño'.

Su inconsciencia, la gravedad del golpe y las reacciones que hubo alrededor, dejaron el fútbol en un segundo plano y ya solo importaba la salud del delantero rojiblanco. El ambiente en el estadio estaba muy frío cuando se reanudó el juego y la actitud de los jugadores no fue la misma durante los siete minutos de añadido que mostró el cuarto árbitro.

Este frío ambiente no cambiaría tras el encuentro, pues los ánimos en el vestuario tampoco eran los habituales que podían verse en él. Sin embargo, esto no era no por el resultado que reflejaba el marcador, ni tenía nada que ver con la actuación del equipo sobre el terreno de juego, así lo contó Griezmann: "Todo el mundo estaba callado en el vestuario. Nadie quería hablar más por lo que ha pasado que por el resultado".