Nuevamente, un equipo discreto le complica la vida al Barcelona en el campeonato local. A pesar de eso, se consiguió el objetivo: mantener viva la Liga. El rival no era una 'perita en dulce'. El Espanyol siempre ha sido un oponente complicado para el Barça, sobre todo, cuando juegan en el Cornellà-El Prat.

Hubo varios factores que decantaron la balanza a favor de los de Luis Enrique, y a su vez, hicieron que el partido se complicara mucho por momentos. VAVEL te trae un análisis minucioso de cada uno de ellos.

Victoria balsámica del Barcelona. Foto: La Liga (web).
Victoria balsámica del Barcelona. Foto: La Liga (web).

El Espanyol no aprovechó 'su' momento

Desde los primeros instantes, los blanquiazules marcaron territorio y complicaron la salida del Barça, mediante la presión alta y la marca hombre a hombre. Poco a poco, el partido se tornó del 'color' que quería el Espanyol: de alto roce y con pocas jugadas de gol.

Quique Sánchez Flores apostó por una doble línea de cuatro en la que Javi Fuego y Víctor Sánchez (los volantes centrales) destruyeran el juego interior del Barcelona, apretando a Busquets y Rakitic. A su vez, encomendó a sus dos laterales, Javi López y Aarón Martín, la tarea de cortar el juego del Barça por los costados, presionando en mitad de campo. La ausencia de Iniesta, un experto en romper líneas, se notaba en demasía.

La labor del Espanyol, en intensidad y recuperación, fue impecable en la primera parte. Casi se vio recompensada cuando Jurado tuvo una jugada muy clara para marcar, pero el ex Madrid terminó echándola a perder con una definición mediocre. Los 'pericos' no pudieron sacarle todo el jugo al 'aturdimiento' del Barça y terminaron pagando.

Las marcas y espacios. Fuente:lapizarradelmister.es
Las marcas y espacios. Fuente:lapizarradelmister.es

Todos los caminos conducen a Neymar

Con los interiores y los laterales controlados, Neymar se transformó en la mayor alternativa de ataque. Fue, con diferencia, el jugador más activo durante los noventa minutos. Sus escapadas por el costado izquierdo, sumadas a su velocidad y calidad en el uno contra uno, fueron el medio con el que el Barça empezó a inquietar.

El 'olfato' uruguayo

En un partido cerrado y que pintaba para un 0-0, sólo existían dos maneras de quebrar la paridad: con una virtud individual o con un error individual. Sucedió lo segundo. Cuando el Espanyol había conseguido plantar un muro en su campo y las aproximaciones azulgranas eran insuficientes, Jurado le regaló un pase insólito a Luis Suárez para que anotara.

El tercer gol, fue otro error de la zaga 'periquita'. Pésimo rechace de Aarón que el delantero charrúa transformó en su doblete. De no ser por varias equivocaciones infantiles, quizá la historia habría sido distinta.

Messi, un iceberg para el barco blanquiazul

Ya con el partido abierto y con un Espanyol desesperado por el empate, el crack rosarino se dio un banquete. Con más espacio para maniobrar, Messi protagonizó los contragolpes del Barcelona en la última media hora el encuentro. En una jugada individual, dejó en el camino a varios jugadores y asistió a Rakitic para que éste anotara el segundo. Sin trabas, el Barça se vuelve imparable.