El derbi catalán siempre promete intensidad y a estas alturas de la temporada el choque llegaba a Cornellá con doble ración de emoción. Los culés harían frente al duelo sabedores de que el eterno rival se había hecho ya con la victoria horas antes en el Bernabéu. Por lo tanto, los de Luis Enrique aterrizaban en territorio perico con la obligación de llevarse los tres puntos para no arrojar por la borda sus opciones de revalidar el título liguero. Por su parte, los pericos arrastraban también el imperativo de ganar para no despedirse de su oportunidad de jugar en Europa la temporada que viene. Ambos llegaban con la obligación de llevarse los tres puntos y el resultado acabaría irremediablemente con los objetivos de uno de los dos.

Las estadísticas se posicionan claramente en favor blaugrana y es que el Espanyol lleva diez años sin saber lo que es ganar un derbi liguero en Cornellá. Aun así, todos mantienen la imagen imborrable del Tamudazo con el que los pericos le birlaron una Liga a los azulgranas poniéndosela en bandeja al Real Madrid. La rivalidad entre los dos conjuntos catalanes y la intensidad de sus duelos siempre ha sido indiscutible y a tan solo cuatro partidos del final de curso los pericos podrían haber sacado  de la pelea por la Liga al Barça por segunda vez.

Los culés llegaban al RCDE Stadium lamentando la baja de última hora por lesión de Andrés Iniesta, cuyo puesto ocupó el portugués André Gomes. Por lo demás, Luis Enrique apostó por lo seguro y presentó su once de gala con el clásico esquema de 4-3-3. Los pericos, comandados por Quique Sánchez Flores, presentarían también su alineación habitual con el esquema de 4-4-2.

Mucha intensidad y pocas ocasiones

Resonó el silbato del árbitro en Cornellá y dio comienzo el derbi catalán. Empezaron los pericos presionando con gran intensidad y sintiéndose más cómodos que el rival en su propio territorio. El Espanyol ponía en apuros al Barcelona en la salida de balón y obligaba a los culés a recurrir a pases largos e imprecisos. Con este escenario fueron los blanquiazules los que tuvieron la que fue posiblemente la ocasión más clara de la primera mitad. A los cinco minutos de partido Jurado se quedaba prácticamente solo muy cerca de Ter Stegen y su disparo al segundo palo se marchaba ligeramente desviado.

Con el paso de los minutos el Barça fue acomodándose sobre el césped del Estadio Cornellá El-Prat y recuperó la posesión del balón logrando conectar con pases cortos. Ya con más control sobre el juego, llegó la primera para los culés por medio de Neymar en el 11. Su disparo peligroso se estrelló en un zaguero blanquiazul. Los culés se gustaban cada vez más y comenzaron un asedio que los pericos lograban salvar con una perfecta colocación sobre el césped. La tuvo primero Sergi Roberto de cabeza y más tarde Neymar, pero la suerte no sonreía a las intentonas blaugranas. Con intensidad pero sin claras ocasiones se disputó el resto del partido con un Barça que dominaba mayoritariamente en el juego mediante una MSN muy activa pero sin acierto. La defensa del Espanyol se erigió como un muro infranqueable que provocó que ambos conjuntos se marcharan al descanso sin goles.

Errores que no se perdonan

Volvieron los jugadores al césped con la misma intensidad con la que se fueron pero esta vez no hubo que esperar para cantar el primer gol. Los de Luis Enrique no se podían permitir salir de Cornellá sin los tres puntos y un error de la zaga perica propició su primer tanto. En el minuto 50 Jurado hacía una muy mala entrega hacia atrás que interceptaba Luis Suárez para salir a la carrera a encarar a Diego López. El uruguayo no perdonó ante el cancerbero blanquiazul y anotó el 0-1 con una perfecta definición.

Luis Suárez celebra su doblete // Fotografía: LaLiga
Luis Suárez celebra su doblete // Fotografía: LaLiga

El tanto no achantó a los pericos que continuaron encarando al rival con una tremenda intensidad. El Barça, con algo más de seguridad, empezó a darle más protagonismo a los de arriba y en el 59 pudo llegar el segundo por medio de un Neymar muy activo al que se le resistió el gol. El brasileño disparó con rosca un balón que iba dirigido a la escuadra pero una buena estirada de Diego López acabó desviándolo a córner. Los blanquiazules tiraron de orgullo para intentar volver a meterse en el partido y en el 69 un gran disparo de Jurado desde banda izquierda ponía a prueba a un Ter Stegen que consiguió blocar el balón haciendo gala de sus buenos reflejos.

El cansancio puede con los pericos

Los azulgranas intentaban evitar que el choque se descontrolara y la grada contenía el aliento cada vez que el Espanyol robaba el balón y salía a la contra con velocidad. Sin embargo, la zaga culé estuvo muy seria sobre el césped y en el 76 los culés lograron afianzar su victoria. Una buena salida del Barça acababa con Messi internándose en el área y cediendo el balón a un Rakitic que disparó al segundo palo mientras el portero se preocupaba de tapar el primero. El croata le dio el segundo a los suyos, que respiraron tranquilos desde entonces. La intensidad con la que el Espanyol encaró el partido acabó por pasarle factura en los últimos minutos y los culés fueron amos y señores del juego sobre el césped.

Así, la MSN logró generar ocasiones que no se materializaron  y Messi se dedicó a repartir buenos pases que no siempre encontraron a sus compañeros. De esta manera pasaban los minutos hasta que un nuevo error de la zaga perica le brindó la sentencia al Barça. En el 86 Messi centraba al área y Aarón, que tenía toda la ventaja para despejar, se hacía un lío y no conectaba bien con el balón. El “killer” uruguayo rondaba cerca y llegó con rapidez para robar el esférico y batir a Diego López después de driblarlo. El uruguayo conseguía su doblete y acababa así con su sequía. Ya con el 0-3 en el electrónico llegó el pitido final.

Con esta victoria los culés salvan el que posiblemente era el obstáculo más importante de lo que queda de temporada. Goleada trabajada en Cornellá que asegura que la emoción de la pelea por el liderato continuará al menos una semana más.