El conjunto donostiarra ha firmado una campaña de ensueño volviendo a zona europea. Si el objetivo se ha cumplido, ha sido, en gran parte, gracias a la buena racha de resultados y juego encadenada tras la derrota por 3-2 en el derbi vasco. El duelo ante el Athletic Club de Bilbao fue un punto de partida para la Real. A partir de ese instante, los buenos resultados llegaron, y el juego comenzó a ser verdaderamente vistoso. Aquel partido fue el punto de inflexión de la campaña y por consecuencia, la buena dinámica se implantó.

Imagen: La Liga
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El primer encuentro tras el de San Mamés, fue otro derbi, concretamente ante el Alavés. Es de recordar el ímpetu y las ganas que tenía la hinchada babazorra, puesto que no pararon de animar, y llevaron al equipo en volandas. El apoyo de la afición no fue suficiente para lograr la victoria, ni mucho menos para evitar los tres tantos encajados. Se le recuerda una sublime vaselina a Willian José, que de manera paulatina y a base de goles, iba entrando en el equipo. A partir de aquel enfrentamiento, el juego comenzó a ser bastante más fluido.

Tocaba visitar Butarque, territorio insólito para los donostiarras. "A priori" puede parecer que ganar al Leganés fue pan comido, pero por el contrario, los pepineros pusieron en apuros a los easonenses, a pesar de que acabaron sucumbiendo ante la eficacia txuri-urdin. Los goleadores de aquel choque fueron el carioca, Willian José y el capitán, Xabi Prieto. El resultado no hace mella del desarrollo del partido.

El partido ante el Atlético de Madrid apuntaba ser un duelo duro, rocoso y difícil de ganar. La verdad que no fue tan complicado como se esperaba, y los de Eusebio dieron un auténtico recital de fútbol frente a uno de los equipos más rocosos del campeonato. Una vez más, los locales pasaron por encima del cuadro de Simeone, gracias a un once de gala, que comenzó a asentarse.

El Molinón. Un campo talismán para los vascos, desde que Zamora marcó allí, logrando así, el primer título liguero. Los jugadores llegaron con buenas vibraciones a Gijón, con la intención de prolongar la buena racha de resultados y juego. Por suerte, así fue. Los del pucelano se impusieron por 1-3 a los asturianos, dejando un golazo para el recuerdo, obra de Iñigo Martínez.

Por último, llegó el encuentro más ilusionante y a su vez, más complicado de la primera vuelta. El FC Barcelona visitaba Anoeta, un campo maldito para los culés. Ante las dificultades, los guipuzcoanos se crecen, y el duelo ante el Barça, no iba a ser menos. Los locales dominaron a los visitantes, los dejaron neutralizados, sin opción a reaccionar. Pero al tratarse del mejor equipo del mundo, un instante, lo puede cambiar todo. Y así fue. El partido estaba bajo el control de los de Eusebio, pero el jugador más decisivo del planeta tierra, Leo Messi, cambió el rumbo del choque. Dicho encuentro, supuso el final de una extraordinaria dinámica de resultados y juego.

Este tramo de la temporada, marcó el rumbo de una campaña de ensueño. Si a día de hoy, la Real es equipo de Europa, es en gran parte, por los descomunales enfrentamientos que disputaron tras la derrota ante el eterno rival.