El "plan B" del Almería no funciona, al menos de momento. Los que hasta la fecha han gozado de menos oportunidades en Liga o ni siquiera se han vestido de corto han demostrado en la tarde de este martes en Cádiz no opositar para luchar por un puesto en los esquemas de Ramis. Un superado Pervis Estupiñán, un impreciso Owona, un inoperante Javi Álamo o un Lin que mucho tendrá que trabajar para ser titular al menos en el filial de Fran Fernández, entre otros, fue lo que se pudo ver en Carranza de un equipo que en líneas generales ofreció una pobre imagen frente a un rival que supo hacer valer las ocasiones de las que dispuso y que con muy poco logró imponerse.

Los indálicos plantearon el partido para crecer a raíz de la posesión del balón, pero pronto se toparon con una presión adelantada del rival, que obstaculizaba la salida desde atrás y que, a la postre, se aprovechaba de la fragilidad defensiva, sobre todo, del flanco izquierdo de la zaga, sufriendo Pervis Estupiñán constantes internadas por su banda por parte de Moha Traoré.

Avisaron con hasta tres llegadas los amarillos antes de asestar el primer golpe al elenco de Ramis. Acciones que apenas fueron replicadas por un disparo a bocajarro de Hicham tras un saque de esquina que se marchó por encima del larguero. Así, la jugada más repetida en el primer tramo de la confrontación por los de la Tacita de Plata esta vez sí resultó ser productiva gracias a una pérdida de Lin y una posterior apertura a la banda de Dani Romera, que encontró a Traoré libre de marca y este, tras ganar la línea de fondo, hizo lo propio con David Barral, que mandó un pase a la red sin oposición desde el centro del área.

No mostró oposición el equipo de rojo y blanco, ni siquiera orgullo ni amor propio tras el tanto cadista. La salida del cuero desde la línea defensiva se antojaba harto complicada, en tanto en cuanto los encargados de apoyar a los centrales en esta tarea, Verza y Tino Costa, no estaban por la labor de ofrecerse. Por ello, mucha distancia entre la retaguardia y la zona de creación, lo cual obligaba a los unionistas a poner en liza un juego más directo con pases en largo que, en la mayoría de las ocasiones, resultaba ser inocuo. Al Cádiz, por su parte, le bastaba con ser expeditivo en defensa y aprovecharse de la inoperancia de su adversario.

En estas, hubo que esperar hasta bien entrada la segunda mitad para asistir al primer disparo entre los tres palos de un Almería que mostró más intención que en el primer acto pero que continuó sin generar más peligro más allá de un chut lejano de Tino Costa que obligó a estirarse a Rubén Yáñez para evitar que el cuero acabara en el fondo de las mallas que defendía.

Poca más o ninguna producción ofensiva se vio por parte de los del sureste andaluz hasta el final del partido. Los Pozo, Fidel, Alcaraz, Nano y Morcillo pueden andar bien tranquilos puesto que los que vienen desde atrás no han hecho siquiera méritos para entrar desde el banquillo. Quien sí tiene más trabajo por delante es un Luis Miguel Ramis que deberá sacar el mayor jugo posible a un plantel que aún tiene por delante treinta y nueve jornadas de Liga. La primera de ellas, la de este sábado ante el Lorca, que rendirá visita al Estadio de los Juegos Mediterráneos tras haber cosechado un inicio de competición idéntico al de su vecino geográfico.

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