Tan solo unas semanas después de convertirle en la víctima de su primera goleada en la UEFA Youth League, en la tercera jornada de la fase de grupos disputada en el Mini Estadi, el Juvenil A visitaba al Olympiacos con el ánimo de seguir sumando victorias y sellar definitivamente el pase a la siguiente ronda en la competición europea. Y vaya si lo hizo, en el estreno en el banquillo de García Pimienta en esta edición de la Champions de categoría juvenil. Los azulgranas, claros dominadores del encuentro de inicio a fin, tardaron en abrir la lata, pero una vez la tuvo abierta, marchó con paso decidido rumbo a octavos de final.

Sin Abel Ruiz, Sergio Gómez, Mateu Jaume ni Miranda, ausentes tras haber participado con la selección española en el Mundial Sub17, pero con el refuerzo del extremo Carles Pérez, ya integrado en la disciplina del Barça B, el FCB Juvenil A se presentó en Atenas de la mano del nuevo entrenador, García Pimienta, dispuesto a sacarse la espina que le había ocasionado el tropiezo en liga durante el fin de semana. Los barcelonistas, liderados por un Àlex Collado que parece haberse abonado al gol en las últimas semanas, no encontraron dificultades ante su oponente griego, que solo había podido sumar un punto en la primera jornada, con el empate ante el Sporting de Portugal. Collado en dos ocasiones, y Carles Pérez, con una tercera y definitiva diana que le reafirma como el máximo realizador del conjunto catalán en la UYL, aseguraron el billete a octavos para los culés.

Dominio total

Apenas tardó el Barcelona en hacerse con la posesión casi absoluta del balón en Atenas. Los azulgranas movieron los hilos del partido a su antojo, si bien se encontraron con la telaraña que intentaba tejer el rival para impedir que acabasen las jugadas, una vez alcanzaban la zona de peligro. Prueba de ello es que la primera ocasión de gol no se produjo hasta cumplido el primer cuarto de juego, con un disparo de Carles Pérez, que no alcanzó su objetivo. Quizá estuvo más cerca Agiotis de hacer el primero, en propia puerta, en una cesión a su portero que pudo tener consecuencias nefastas para el cuadro local. El balón salió a la izquierda de la portería por poco, resultando en córner favorable a los catalanes.

Martí Vilà fue titular en el Mini y en Atenas | Foto: Noelia Déniz - VAVEL
Martí Vilà fue titular en el Mini y en Atenas | Foto: Noelia Déniz - VAVEL

La renta pudo ser mayor, de haber acertado Monchu desde los once metros

La siguiente oportunidad para los de García Pimienta llegó de los pies de Monchu, que había recibido de Arnau Comas. Parecía que el disparo del centrocampista mallorquín se iría alto, pero se estiró lo justo el portero para tocar con la yema de los dedos, provocando otro saque de esquina. Fue precisamente Monchu el encargado de ejecutar el lanzamiento de la pena máxima que el colegiado señaló por infracción sobre Juan dentro del área, aunque el esférico marchó por encima del travesaño, negando el primer tanto de los culés.

Durante unos minutos el Juvenil A asedió la portería contraria. Por la derecha lo intentó Pérez, combinando primero con Collado y luego más al centro con Riqui Puig. El cuero encontró los pies de Kike en la izquierda, y a punto estuvo de sorprender el ex de la UE Cornellà con un remate que pegó en el poste superior de la portería. La ocasión más clara del Olympiacos en el primer período se produjo debido a un error defensivo del que los griegos intentaron sacar provecho: Rama hizo un intento de rosca después de darse la vuelta, pero el balón se estrelló en el lateral de la red.

La magia de Àlex Collado

Siguieron presionando los barcelonistas con un chut de Monchu que no encontró portería y un disparo desde la distancia de Àlex Collado que se fue alto. El premio a la insistencia del Barcelona llegó tras una asistencia de Kike a Àlex Collado, que desde dentro del área colocó el cuero como pudo ante varios adversarios para chutarlo al fondo de las mallas. Era el gol que daba la ventaja con la que los culés se iban al descanso, después de que Xenitidis probase fortuna con un disparo lejano, casi desde la línea de medio campo, que se fue por encima del travesaño.

Álex Collado vive un momento muy dulce | Foto: Noelia Déniz - VAVEL
Álex Collado vive un momento muy dulce | Foto: Noelia Déniz - VAVEL

El ataque posicional planteado por García Pimienta volvió a ser evidente en la reanudación, aunque los griegos mantenían el orden en su retaguardia, dificultando las tareas de ataque de los azulgranas. Carles Pérez buscaba zafarse con una jugada individual, en la que regateó al defensor que le salió al paso, cedió la bola para Riqui, que estaba en el área chica, pero allí se vio rodeado por zagueros que le impidieron definir y el cuero acabó siendo despejado a córner. La tónica del partido continuó siendo la misma que en el primer período: fue el Barcelona el que llevó el mando de control.

Como contrapartida a las trabas que pretendía presentar el Olympiacos, surgió la magia de Àlex Collado, que con un trallazo desde lejos sorprendió al guardameta, que nada pudo hacer pese a estirarse para evitar el que sería el segundo del Barcelona, y del centrocampista de Sabadell, que traspasa de este modo su racha goleadora de la liga a la competición europea. Kostanasios estuvo a punto de recortar distancias y empañar el resultado con un remate a la madera, pero estaba más cerca el tercero de los culés que el tanto del honor de los locales.

Billete a octavos

Carles Pérez merecía una recompensa a su esfuerzo durante el partido, y ésta acabó por llegar. Lo intentó con un disparo de falta directo que provocó la intervención del portero, que voló para despejar, y el rebote lo recogió Mingue, que probó suerte, pero de nuevo el guardameta saltó por los aires para anular la jugada de ataque. Karadais salvó a su equipo de unos cuantos, pero no del tercero y definitivo, obra de Carles Pérez, tras recibir una asistencia de Calavera y definir con un remate cruzado. El Juvenil A adquiría de un modo brillante su billete a octavos de final: invicto, con pleno de victorias, 12 puntos en el casillero, líder del grupo D y sin haber encajado un solo gol en los cuatro partidos que ha disputado en la fase de grupos.