El derbi madrileño acabó sin goles, con heridas sin curar ni cicatrizar, no pudo ser para ninguno. La ocasión prometía emociones fuertes, ya que los últimos precedentes se habían saldado con victorias para ambos bandos aunque los únicos beneficiados fueron los madridistas, tanto en liga como en Champions la temporada anterior. La esperanza era la de un derbi frenético, y en cierto modo lo fue, los de Simeone empezaron rugiendo primero con una ocasión demasiado clara para ser fallada de Correa, Varane despejó el balón hacia el atacante rojiblanco y solo ante Kiko Casilla el colchonero no supo definir al fondo de la red.

Fue un mero espejismo para los del Cholo que apenas volvieron a atacar con contundencia en aquella primera parte, acto seguido el Madrid de Zidane aún se andaba recuperando del susto que Correa les había pegado en aquella primera jugada, pero parecieron volver a reestructurarse, Isco mostraba su toque de balón como la seda como lleva acostumbrando en cada partido que juega, Marcelo en cambio no tuvo su mejor inicio de derbi posible y el Atlético demostraba esa solidez defensiva que antaño imponía a sus rivales.

No fue hasta llegada la primera media hora del partido cuando ocurrió la primera gran ocasión madridista, producto de una incursión en el área de Oblak por la banda izquierda entre Toni Kroos y Cristiano Ronaldo, que entre paredes y devoluciones, fueron eliminando defensas atléticos hasta que Kroos le quedó el toque final para batir a Oblak, aunque finalmente el balón acabó tocando las redes rojiblancas, pero por el lateral de la red.

El Madrid lo seguía intentando por las bandas que es su punto fuerte, sobre todo con la vuelta de Dani Carvajal al lateral derecho, que se ha hecho notar por su fiabilidad y dureza en defensa. Carvajal volvió y disputó el partido con creces tras recuperarse de su proceso vírico que le ha mantenido más de mes y medio fuera de los terrenos de juego, fue la gran presencia del encuentro en el Wanda Metropolitano. En la otra banda Marcelo pasaba apuros en defensa en lo que no ha sido el mejor partido del brasileño con el Real Madrid, aunque fue partícipe de un centro al área que Ramos intentó cabecear al fondo de la red, pero para mala suerte para el camero, acabó con la nariz rota en el intento tras el despeje de Lucas que también tocó balón, finalmente Ramos no pudo acabar el encuentro y se produjo su sustitución por Nacho en el descanso.

En la segunda parte el Madrid tomó el mando pero no encontró el rumbo

Parecía en principio otro partido, los de Zidane pretendieron dar el golpe sobre la mesa que lleva necesitando todo el madridismo desde principios de temporada, Isco seguía dominando el centro del campo por cada balón que pasaba por sus pies, aunque la sala de máquinas del Real Madrid parecía más sobrecargada que de costumbre con un Modric un tanto espeso que en encuentros como el del del Wanda su labor creativa es fundamental.

Definición fue lo que les faltó a ambos equipos, el Madrid ahogaba en la presión al Atlético en ciertos tramos de la segunda parte y los de Simeone buscaban su oportunidad en contras que apenas llegaban a Kiko Casilla. Al encuentro aún le quedaban varias ocasiones claras para ambos equipos, muchas oportunidades desbaratadas por las defensas de ambos equipos: La del Atleti implacable, Cristiano gozó de alguna que otra ocasión llegando al final del encuentro bien por cortesía de Modric o bien por Isco, que no llegó a cuajar por motivos diversos, entre ellos la falta de determinación del portugués que necesita cuanto antes recuperarla para volver a darle puntos a su equipo; por otra parte, la defensa del Real Madrid supo calibrar bien el choque y mantener a ralla a los rojiblancos, en una noche en la que la segunda ocasión más clara para los atléticos fue un mano a mano de Gameiro con Kiko Casilla, en la que el francés supo superar elevando el balón por encima del portero madridista, aunque finalmente salvó Varane bajo palos.

El partido fue muriendo poco a poco sin mayores incidencias, en un encuentro en que ninguno de los dos se permitía perder puntos, con el miedo de cometer fallos, ninguno supo dar el paso adelante necesario para pujar por la victoria, y por ese miedo a perder, perdieron los dos.

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