“Querer y no poder”. Ese podría ser el resumen del partido de este fin de semana que enfrentaba al Real Betis contra el Atleti. Un partido en el que sumar los tres puntos era fundamental para ambos conjuntos. El Atleti para recuperar las sensaciones tras ser eliminados de la Champions y no bajar puestos en la tabla, el Betis para situarse en un buen lugar en la clasificación rozando los puestos europeos.

Sin embargo, el objetivo lo consiguieron los colchoneros. No por mérito, pero sí por goles. El Betis comenzó la primera parte de la mejor forma posible. Dominaron durante todo el encuentro, sobre todo en la primera media hora, siendo conscientes de todo lo que se jugaban en esta jornada y lo que tenían que darle a su afición, tras las últimas derrotas en Liga y la eliminación en Copa del Rey.

A pesar de la gran entrada al césped del conjunto bético, todo se desvaneció cuando el conjunto madrileño firmó el primer y último tanto del partido. Saúl Ñíguez abría el marcador, con la primera llegada que tuvo el Atleti, en un partido muy flojo para los colchoneros. Este gol hacía desesperar a los de las trece barras, que ansiaban empatar el partido, pero las muchas ocasiones de las que dispusieron no acababan en portería rojiblanca. Un sentimiento de impotencia se despertaba en las filas béticas.

Este partido, ante uno de los difíciles rivales de La Liga, debe servir como un toque de esperanza para volver a remontar el vuelo y hacer las cosas bien. A pesar de la derrota, el Betis mereció terminar el partido con un resultado más a su favor. Sin embargo, ahora toca remontar los puntos perdidos en los pasados duelos, en los que la victoria tendría que haber sido una obligación para conseguir los objetivos propuestos para esta campaña. Las derrotas ante Eibar y Cádiz siguen muy presentes en Heliópolis, por lo que habrá que remendar los errores y remar en una misma dirección para que las victorias vuelvan a llegar a la capital andaluza.