Desde hace unos años a este tiempo, la filosofía de fichajes cambió en el seno de la zona noble del Real Madrid. De fichar a estrellas cada verano se pasó a pensar en el futuro a largo plazo trayendo jóvenes españoles. Esta línea fue la que se siguió en este pasado mercado de verano. Pocos fichajes, simplemente aquellos necesarios para apuntalar una plantilla que venía de ganar un doblete.

Pero, si el año pasado la calidad y los minutos del equipo ‘B’ se podían igualar a los del equipo ‘A’, esta temporada ha cambiado totalmente. La confianza de Zidane en el banquillo y, más en concreto, en los nuevos fichajes, es mínima y eso provoca que apenas hayan tenido protagonismo.

El caso más extraño es sin duda el de Dani Ceballos. El andaluz llegó tras deslumbrar al mundo en un Europeo sub-21 magistral y parecía que se iba a convertir en un hombre importante saliendo de relevo en muchos partidos. Nada más lejos de la realidad. El que fuera jugador del Betis ha jugado pocos minutos e incluso en muchos partidos ni siquiera ha entrado en la convocatoria. La mayoría de sus encuentros se han producido en la Copa del Rey y en los minutos finales de partidos ya decididos. El único precedente como titular fue ante el Alavés y marcó el doblete que le dio la victoria al equipo. Ceballos pide más minutos, pero por ahora el técnico blanco parece no estar demasiado convencido.

El otro fichaje con más nombre fue el de Theo Hernández. Fichar un jugador al Atlético de Madrid hizo que la llegada de Theo se viera como un refuerzo importante. Venía de una enorme temporada en el Alavés, pero este año en los minutos que ha tenido no ha demostrado ni la mitad de ese nivel. A pesar de encontrarse con un mal momento de forma de Marcelo, tampoco ha conseguido entrar en los planes de Zidane con asiduidad y, debido a ello, sigue sin encontrar la confianza necesaria para desarrollar su juego en toda su plenitud.

Los otros refuerzos no son fichajes precisamente, sino jugadores que volvían tras un año de cesión. Vallejo está siendo la nueva cara que más está gustando tanto al entrenador como a la afición. El central no comenzó de la mejor manera y tardó en debutar como consecuencia de problemas físicos, pero una vez recuperado ha demostrado ser un central de total garantías. Siempre cumple cuando juega a pesar de no hacerlo muy a menudo.

Mayoral está siendo otro de los casos que el madridismo no entiende. Ni siquiera en los momentos en los que Benzema no ha estado muy acertado, o incluso con el francés lesionado, el delantero no ha entrado en el once titular. Cierto es que cada vez que ha estado en el terreno de juego el canterano ha aportado goles y ahora mismo se sitúa como máximo anotador del equipo en la competición copera igualado a tres con Lucas Vázquez, pero no tiene demasiado confianza en él Zidane.

Por último, Marcos Llorente está siendo otro de los damnificados. Es, de los nuevos nombres de la plantilla, el que menos minutos está teniendo. Un mediocentro que cautivó a los aficionados vitorianos y que mostró tener mimbres para ser jugador del Real Madrid pero que se ha encontrado con una falta de oportunidades alarmante. Se recibió como uno de los jugadores que más falta hacía, pues Casemiro era de los pocos futbolistas sin recambio natural en el banquillo, pero pasan los partidos y el mediocentro sigue esperando en el banquillo.

La calidad en el banquillo está, pero la confianza del entrenador blanco en los nuevos parece haber desaparecido.