La UD Las Palmas cree en la gesta de la salvación, después del varapalo sufrido en Montilivi, tocaba demostrar a la afición, que volvía a insuflar de aire renovado a los suyos, que ellos son capaces de poder mantenerse otro año más en Primera División. Y así lo hizo, como reza su himno "con coraje, vista y suerte", logró maniatar a un Valencia CF que veía como sus esperanzas se esfumaban con la expulsión de Gabriel Paulista. 

Desde un primer momento se notó esa hambre, esa intensidad por la cual había quejas en partidos anteriores, los jugadores se lo creyeron, y de ahí nació la clave del triunfo. Tana recordaba al jugador que maravilló con Setién, Jonathan Viera, no teniendo que bajar a buscar el balón a campo propio, peligro constante; Calleri, una masterclass de como bajar, dejar y aguantar el balón... y así uno por uno. Todavía no se ha hecho nada, queda mucho que corregir, pero estas victorias refuerzan un estado anímico que hasta hace una semana estaba por los suelos.

Desde la afición lo que se pedía era que murieran por la camiseta amarilla, y así lo hizo el conjunto de Paco Jémez, que ve recompensado su trabajo con esta victoria, quizás no se desplegó un juego bonito, pero el Valencia de Marcelino observó que este conjunto, junto a su afición puede pelearle el partido a cualquiera que pase por el Estadio de Gran Canaria. Los más de 20.000 espectadores que se dieron cita en el recinto de Siete Palmas, si se sintieron reflejados con sus jugadores, si tienen motivos para creer, si pueden decir aquello de "sí se puede".

Nadie asegura nada con esta victoria, todavía queda un mundo, pero a estas alturas cualquier atisbo de mejora hay que aprovecharla, ya el camino para la victoria parecen saberlo, toca seguir mejorando porque queda muchísimo trabajo, pero con partidos así, Las Palmas sí puede.